Incluso cuando se enfureció contra Jefe Barros, Joaquín no dejó de romper el contenedor transparente con la fregona en su mano.
Estaba como un loco, rompiendo el contenedor como loco.
A cinco mil metros de Emperador Internacional en el viaducto, un coche deportivo Maserati estaba corriendo a una velocidad de 122 por ahora. La ventana no estaba cerrada, el viento silbando a través de la ventana, la voz de la gente dentro del coche no se oyó claramente.
Vagamente, el conductor en el asiento delantero dudó y dijo - Jefe Norberto, ¿estará bien? Ese recipiente era muy difícil de romper, me deja cambiar la llave para desbloquear, podrá morir.-
Una sonrisa, sumergida por el viento, seguida de palabras no se perdió
-¿Tiene algo que ver conmigo ? Accidentalmente tomé la llave equivocada, ¿también violó la ley? Jugar a este juego pervertido es Arturo, fue el quien necesita preocuparse.-
El conductor en el asiento del conductor dejó de decir mucho, sólo su mano estrechó por un momento.
-No va a morir, si alguien quiere salvarla, se puede romper con mucha fuerza. Sólo la asusto.-
El corazón del conductor se enfría, ¿hices algo que asustaste a alguien? Si la persona tenía mal corazón, podía morir por tu asusto. ¿Por qué no dijiste que odiaste a esa camarera?
Por supuesto, el conductor tenía miedo de decir esto.
En Emperador Internacional, Joaquín estaba loco y golpeó el contenedor, el cuerpo de la mujer en el agua delante de sí misma . Todavía recordó que antes de que ella cerrara los ojos, el último grito era su nombre,
- Joaquín...-
Las personas no se atrevieron a decir más, todos los aplastaron con mucho fuerte. Incluso Jefe Barros y los tres empresarios japoneses que él trajo también tomó la herramienta inmediatamente que se podían coger para aplastarlo cuando vieron a Joaquín tan loco,.
Macaria se sentó al suelo por susto hace mucho tiempo, sus manos y pies estaban fríos. Miró horrorizada al contenedor rectangular, y no supo si estaba muerta o viva.
Antes no sabía la relación entre Emperador Internacional y este hombre misterio que apareció de
repente era el dueño de esta empresa, pero Ahora lo sabía por su conversación con el Jefe Barros.
Por un lado, esperaba que Denis no tenía un accidente, por lo que no sería castigada. Por otro lado, esperaba que la mujer en el contenedor moriría en esta manera, porque cuando se despertaría, tal vez hablara con el propietario de Emperador Internacional de sus errores.
Cuando Joaquín golpeó, el contenedor rompió una grieta, al mismo tiempo, sus manos estrecharon la fregona cortada por la mitad.
Perdió la fregona con mucha prisa, no pensó nada, sólo hizo tres golpes en la grieta en el contenedor.
-Jefe.- Los personas estaban muy nerviosos cuando Joaquín hizo tres golpes en la grieta, gritaron inmediatamente –Sus manos.-
Sobre todo, Manrique estaba muy nervioso.
Sabía que Joaquín no podía tener ningún riesgo.
Jefe era el líder de familia García y llevó consigo la prosperidad y la ruina de esta familia.
Manrique era la sirvienta de familia García, no debía dejar que Joaquín estaba en peligro -Jefe, no puede continuar. Tus manos estaban heridas.-
-Vete.- Joaquín empujó a Manrique, sin duda de tirar el cuarto puño.
-Jefe.-
Esta vez, aquellos finalmente entendieron todo, se dieron la vuelta con miedo.
Ellos murmuraron, pero no se atrevieron a mirar.
En realidad, Joaquín no quiso que la gente veía el cuerpo de Denis, incluso un poco de piel. Joaquín se quitó la ropa de Denis, y le dio los primeros auxilios.
Él no sabía cuánto estaba nervioso en este momento, sólo tenía un pensamiento en su corazón: Denis, respiró.
No sabía cuánto tiempo después...
Una larga lista de sonido de tos, la boca de Denis escupió agua, también una tos, ojos abiertos, ojos doloridos, estaba brumosa y vaga, no vio a la persona delante de ella, sus labios se movieron.
Joaquín estaba muy emocionante, miró a sus labios, le prenguntó inmediatamente -¿Qué dices?-
Los labios pálidos de Denis se movieron -Jefe Barros, el dinero...-
De repente.
El tiempo parecía congelado, el aire parecía no fluir.
Los ojos de Joaquín de esa emoción, desaparecía en un instante, solo se quedó un tono frió diciendo -¿Cuánto?-
-Como has dicho, dos millones...- Sólo sentía que la persona delante de ella se veía vaga, pero muy familiar. En ese momento no lo pensaba mucho.
Los ojos de Joaquín se congelaron, su mano derecha colgando del lado de su pierna, sangró mucho –Bien, está bien. Dos millones, te lo daré.-
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