Hubo un ruido detrás de él.
-Detente, ¿adónde vas?- Joaquín entrecerró los ojos mirando a mujer acobardada, sintió un impulso de irritarse.
-A trabajar.- dijo Denis lentamente.
¡Al instante!
El hombre se irritó más, sin emociones en su rostro tan frío como el jade, de repente dijo, -¿Trabajas? ¿Con tu cuerpo en mal estado ahora?- Una mujer que no sabía lo bueno o lo malo, solo pensaba en el dinero, acababa de salir de la posibilidad de morir, solo podía ver dinero, además del dinero, ¿qué más prestaría atención?
¡Oh... se equivocó!
¡Y a Julián!
¡Ese Julián de quien ella hablaba en su sueño!
-Si no tiene nada, entonces, Sr. Garcia, iré a trabajar ahora.- Ella todavía estaba así, acobardada. Su columna vertebral, como si nunca fuera a estar recta. Joaquín la vio, sintió ira inexplicable y su rastro de tristeza que deliberadamente ignoró a sí mismo.
Trabajar, trabajar, le gustaba mucho trabajar...
-Está bien, yo siendo tu jefe tengo la suerte de tener una empleada tan diligente como tú. Como amas tanto tu trabajo, entonces puedes usar tu diligencia para ganar cinco millones en un mes.-
Denis sintió que estaba a punto de desmayarse de nuevo, volvió la cabeza incrédulamente para mirar al hombre sentado en el sofá y preguntó temblorosamente,
-¿Sr. Garcia quiere que yo envíe 5 millones a esa tarjeta bancaria en un mes?-
Joaquín no respondió a su pregunta, pero se burló y agitó la mano, -Ve a trabajar, te creo, eres una buena empleada.- Incluso la animó, -Vaya y trabaja, estoy optimista contigo.-
Una ironía clara, el rostro de Denis estaba pálido y sus labios temblaban. Abrió los ojos y miró a la persona seriamente, como si no hubiera nada más en sus ojos, al igual que esa persona, lentamente abrió la boca y se movió, al final ella no dijo nada, incluidas palabras de suplica misericordia.
-Ya sé, Sr. Garcia.- Después de dejar estas palabras en silencio, Denis entró al ascensor bajo la mirada de esos ojos negros.
En el momento en que se cerró la puerta del ascensor, el hombre en el sofá, con la cara fría, de repente estalló en una sonrisa sangrienta... Antes, se arrodillaba y suplicaba misericordia facílmente, pero ahora, ni siquiera se molestó en decir una palabra suave, y este cambio comenzó cuando conoció a Julián.
Levantó el teléfono, -Investiga sobre Julián.- dejó las tres palabras al otro lado del teléfono, Joaquín cortó la llamada, sosteniendo el teléfono en su palma, de repente, ¡lo tiró fuertemente contra el televisor!
Después de un rato, sonó el walkie-talkie en la entrada del ascensor, y Joaquín presionó el control remoto de toda la casa en su mano, y Manrique dijo en el walkie-talkie, -Jefe, Sr. Lázaro me pidió que trajera el medicamento. ¿Se la subo ahora?-
-Llévatelo directamente a Ivana y dile que de a la mujer.- respondió, y cuando estaba a punto de colgar, de repente recordó algo, por lo que agregó, -No menciones a esa mujer mi nombre.-
Manrique respondió, y Joaquín pensó, -Después de entregar la medicina a Ivana, investiga lo que pasó en la habitación privada de Arturo de inmediato. Quiero todos los detalles.-
-Sí, jefe.-
-Avanza.-
...
Manrique llamó a la puerta, escuchó que alguien le contestó, -por favor, entra-, y empujó hacia adentro.
-Arturo... Oh, ¿te refieres a ese Arturo en el sur? ¿Qué le pasó a ese Arturo?-
-Arturo consumió en Emperador Internacional hoy, y estaba en la habitación privada en el sexto piso.- Manrique frunció el ceño, -Ivana, ¿ni siquiera sabes lo que pasó en el sexto piso recientemente?-
Ivana estaba estupefacta, y pensó en las palabras de Manrique.
Un comerciante de Hong Kong, Arturo, vino a consumir hoy, y estaba en el sexto piso de Emperador Internacional. Lo que sucedió en el sexto piso recientemente... ¡de repente abrió los ojos grandemente!
-¡Denis!- Ivana se puso de pie abruptamente, y la silla saltó al suelo.
De repente, extendió la mano y agarró la camisa blanca de Manrique con rudeza. -¡Dime lo que sabes!-
-Ivana, tú, la líder del Emperador Internacional, no has hecho bien el trabajo. Después de un largo tiempo de tranquilidad, ni siquiera sabes que pasó algo tan grande en tu propio lugar.-
-Deja de decir tonterías, acabo de regresar a Emperador Internacional para buscar algo del banquete de Hilario Castillo. Date prisa y cuéntame qué pasó durante mi ausencia. ¿Por qué le diste la medicina a Denis y qué hizo la tonta?-
No era que Manrique nunca hubiera visto la feroz apariencia de Ivana, pero eso ya fue hacía dos años. Desde que Ivana se convirtió en el gerente general del Emperador Internacional, Manrique nunca volvió a ver a Ivana tan feroz. De repente no se acostumbró, tosió, -Tú suéltame primero.-
-Tu hablas primero.-
-...- Manrique no podía hacer nada, y le dijo a Ivana lo que había sucedido hoy.
Ivana lo escuchó, y solo sintió mucha ira, repentinamente soltó a Manrique, y se fue rápidamente. -Voy a preguntarle a ese Renzo Díaz, ¡quien le dio el derecho de dar a esa tonta el trabajo de servir a ese hombre adinerado!-
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