Amante peligroso romance Capítulo 6

¡El problema realmente llegó a ella! ¡No se hubiera metido en el problema por ayudar a Macaria!

Denis se arrepentió mucho.

-Oye, te estoy preguntando, esa limpiadora.-

Denis solo pudo asintir con la cabeza con mucho coraje.

La voz casual se rió alegremente y le dijo a Macaria, -¿Has escuchado? Una limpiadora sabe mejor la situación que tú, y sabe mejor apreciar los favores que tú.- Luego agarró la botella de alcohol, la puso sobre la mesa nuevamente. -Bébelo todo. De lo contrario, llamaré a Ivana para que venga.- Ivana es la que entrevistó a Denis.

Macaria se puso un poco asustada cuando él mencionó a Ivana. Su familia era pobre y vino a Emperador Internacional como camarera debido al alto salario de aquí. Si él llamara a lvana, perdería su trabajo.

-¡No llames a Ivana!- Macaria agarró la botella en la mesa de cristal, -¡Yo bebo!- Dijo, antes de beber, las lágrimas cayeron.

-Espera un minuto.- En la oscuridad, una voz baja sonó pausadamente. Denis le dio la espalda al rincón oscuro, y cuando escuchó esta voz, su cuerpo comenzó a temblar violentamente.

El pánico se apoderó de sus ojos y su respiración se hizo más pesada.

-Date la vuelta.- ordenó la voz en la oscuridad.

Las piernas de Denis parecían estar llenas de plomo y no se podía mover. Se dijo desesperadamente a sí misma, -no está hablando conmigo.-

-Te digo una vez más, date la vuelta, esa limpiadora.-

-Ah...- Denis sintió como si le hubieran dado un puñetazo en el corazón, sabía que tenía que hacer según su orden. Sus dientes temblaron, como que estaba vistiendo ropas pesadas, se dio la vuelta con dificultad.

El ambiente era muy extraño, en ese momento todos se dieron cuenta de que algo andaba mal.

El señor casual puso los dedos en los labios y silbó alegremente, -Hay un buen espectáculo para ver.-

Otro hombre en el sofá gritó, -Telmo, cállate, no me molestes ver este espectáculo.-

-Joder, Lázaro, eres tan jodidamente malo.-

Los ojos de Denis estaban llenos de miedo, ¡quería escapar!

Tres años en prisión, mil noventa y cinco días y noches, vivía en miseria, y después de salir del infierno donde no se podía ver el sol ni el cielo, ya no se atrevía a pensar en Joaquín. Lo que le quedaba era el miedo de este hombre.

Aunque todavía tuviera obsesión y amor por este hombre, y habían estado enterrados en su corazón durante mucho tiempo.

-Levanta la cabeza.- ordenó lentamente la voz, y Denis casi hacía cada movimiento según la ordén del hombre.

La luz era tenue, y al hombre, escondido en un rincón oscuro, no se atrevió a mirarlo de cerca cuando ella entró, con razón que ella no se diera cuenta.

Como un emperador, Joaquín se sentaba elegantemente en la esquina del sofá, con sus delgados brazos descansando en los apoyabrazos del sofá, su barbilla apoyada en el dorso de su mano, un elegante caballero, pero esos ojos con gafas de marcos dorados la miraban fijamente como un lobo hambriento, como si en cualquier momento la hiciera pedazos por todas partes.

En tres años, no solo no se envejeció con las huellas de los años, al contrario, se volvió cada vez más deslumbrante después del pulido de los años.

Ese rostro, oculto bajo la tenue luz, parecía estar revestido de luz dorada, y él se sentaba allí, exudando un encanto impresionante.

Pero... ¡ella no se atrevió a echar otro vistazo! Apresuradamente bajó su cabeza en el grueso pecho.

-Je.- se burló Joaquín, sonriendo fríamente, y dijo con una voz llena de peligro. -No nos vimos hace mucho tiempo, ¿qué pasó? ¿No me saludas?-

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