Amor desgarrado romance Capítulo 85

-Sí, he bebido y me siento muy mal. Otros dicen que se puede aliviar las penas bebiendo, pero sigo sintiendo muy mal después de beber.-

Estaba apoyada en la mesa de café, sostenía el teléfono y balbuceaba.

La persona al otro lado de la línea permaneció en silencio un rato antes de hablar.

-¿Por qué no me lo cuentas? Te sentirás mejor después de contarme las cosas.-

-Vale…-

Yo estaba atontada, empecé a hablar por teléfono sobre mí y Héctor ...

No sabía cuánto tiempo estuve hablando.

Y más tarde, no supe lo que pasó y me quedé dormida.

Después de que me despertara ya era de noche.

Tenía un dolor de cabeza terrible. Me levanté y preparé un plato de fideos instantáneos. Quise ver la hora, pero descubrí que el móvil no tenía betería y ni siquiera podía encenderlo.

Estaba un poco perpleja, recordaba que esta mañana estaba bien.

Sólo llamó a 112 para Héctor.

Cargué mi teléfono y fui a comer fideos instantáneos sola. Cuando terminé de comer, el móvil se encendió.

Abrí el registro de llamadas y encontré que había un número sin guardar. Le reconocí de un vistazo. ¡Este era el número de teléfono de la persona que me financió para ir a la universidad!

Eché un vistazo a la hora de la llamada ...

132 minutos.

-Ay Dios mío-

Me aterroricé, ¡cómo pude hablar con él durante tanto tiempo!

Intenté con todas mis fuerzas para recordar en ello, y finalmente recordé que parecía estar llorando ante él.

De repente me sentí muy apenada.

De hecho, nunca conocí a la persona que me financió. En mis recuerdos, era un anciano que me cuidaba mucho.

En otras ocasiones, yo le enviaba mensajes de texto siempre de manera educada.

Pero cómo pudo durar tanto la llamada...

Realmente tenía miedo de haber dicho algo que no debería decir.

Por si acaso, le envié un mensaje para disculparme, diciendo que bebí demasiado durante el día. Si dije algo malo, por favor que tenga paciencia conmigo.

Después de enviarlo, mi corazón estaba un poco nervioso.

Pero pronto recibí su respuesta. -No, estás muy graciosa hoy.-

Graciosa.

Cuando dijo esto, me inventé por mi cuenta un anciano de 40-50 años, que diciendo con seriedad a una joven, -graciosa.-

Estaba un poco avergonzada, pero aun así le dije algunas disculpas.

Luego dejé el teléfono y fui al baño a lavarse la cara. Cuando entré, vi el cepillo de dientes eléctrico y la taza de enjuague bucal de Héctor en el lavabo.

Me dolía el corazón, recogí estas cosas y las tiré a la basura a un lado.

Después de eso, vi sus pantuflas.

A tirar a la basura.

Dejó el bolígrafo aquí.

A tirar a la basura.

Busqué por la casa y tiré todas las cosas que Héctor había usado antes.

Estaba sentada en el sofá, con la cabeza inclinada, vi un pelo corto en el cuero del sofá, aunque yo también tenía pelos cortos, este era más corto que el mío.

Era de Héctor.

Tiré ese cabello y comencé a limpiarme como loca, usando guantes de goma.

Recogí el agua una palangana, le eché un poco de desinfectante y comencé a limpiar cada rincón de la habitación con un trapo.

Cuando terminé, ya era medianoche.

Encendí la luz al máximo y busqué en todas las habitaciones.

Solo estaba asegurando de que ya no quede rastro de la existencia de Héctor.

Cuando terminé de empacar todo, regresé a la cama y me di cuenta de que había un mensaje de Whatsapp en mi móvil, era de Alicia.

Desde que fue ascendida, había estado muy ocupada con su trabajo, casi nunca estaba en el país, y tampoco tenía tiempo para quedarse en la Ciudad Yiela.

En Whatsapp, dijo que regresará en avión esta noche y llegará mañana al mediodía, y, que ya estaba en el avión, y cenarámos juntas.

Más tarde, me envió una foto.

Debido la diferencia del horario, todavía había luz de día donde estaba ella.

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