Amor desgarrado romance Capítulo 86

Por la tarde, Alicia se fue a casa y volvió por la noche para recogerme y salir juntas.

Cuando vio mi ropa, me criticó.

Entonces eligió personalmente un suéter largo para mí. Pensé que debería usar pantalones debajo, pero Alicia solo me dejaba usar botas y unas medias gruesas.

Pero, estábamos a mediados de invierno.

Aunque dijo que no necesitábamos caminar afuera, igualmente usé dos capas de medias.

Luego cené con ella.

Después de que acabábamos de cenar, Alicia tomó otro taxi.

Al subir al coche, escuché a Alicia decirle al conductor,

-Al Bar Reina.-

-Allí es muy caro, mejor no vayamos .-

Cuando escuché el nombre, detuve rápidamente a Alicia.

Conocía este bar, se podía decir que era uno de los bares más caros de la Ciudad Yiela.

Anteriormente, se informó en Internet que algunas segundas generaciones de clases ricas iban a menudo a este lugar.

-Venga, alguien invita, no tengas miedo.-

Alicia era alta y, en cuanto levantó el brazo, me rodeó en sus brazos.

Desesperada, solo podía estar de acuerdo.

El taxi pronto llegó al Bar Reina. Salí del coche y me sorprendió al ver estos coches de lujo estacionados al costado de la carretera frente al bar.

Todos los coches de afuera valían por lo menos más de un millón, y hay muchos coches deportivos valían de más de diez millones.

Esta escena no era peor que el aparcamiento subterráneo de La Ciudad Yiela Noº1.

Alicia me llevó a la puerta y alguien vino a hablar conmigo, Alicia me abrazó y entrábamos a dentro.

Caminábamos hasta el final y Alicia me llevó a una mesa reservada.

Eché un vistazo y ya había una persona en la mesa.

-Yonatán…-

Cuando vi a Yonatán, no pude evitar de sorprender.

Alicia se rio entre dientes,

-Gerente Yonatán, ya te dije que no te haría invitar sin ganancia.-

-Tome asientos.-

Yonatán se puso de pie, nos cedió el sofá de dos plazas y se sentó en el sofá de una plaza.

Luego nos entregó la carta de vinos, pero le dijo a Alicia,

-Julieta no bebe. Puedes pedir lo que tu quieras beber.-

-¿Quién dijo que no bebe?-

Alicia me entregó la lista de vinos y me dio una palmada en el hombro.

-Bebe todo lo puedas. Emborracha y vomita. Después de mañana, ya no tendrás nada que ver con ese hombre perro.-

-¿Qué pasó?-

Yonatán se quedó un poco perplejo cuando escuchó las palabras de Alicia.

Alicia era una persona que no podía ocultar las cosas, se acercó a Yonatán y le contó sobre mi divorcio.

Yonatán me miró y frunció levemente el ceño

-Ya me parecía raro cuando retiraste la denuncia, pero no te lo pregunté...-

Bajé los ojos.

Sosteniendo la carta de vinos en la mano.

No pude evitar recordar cuando Héctor me obligaba a retirar la denuncia.

Le dije a Alicia,

-Pide por mi, quiero beber algo fuerte. Tienes razón, necesito olvidar de él.-

Aunque, ayer ya me emborraché.

Pero en vez de olvidarlo, el dolor en mi corazón se hizo más obvio.

Sabiendo que me estaba auto engañando, todavía me decía a mí misma que a lo mejor era porque no estaba de lo suficientemente borracha.

Alicia pidió un vino llamado Magellan.

Yonatán la persuadió, pero ella dijo,

-Bebamos juntos.-

Pronto, el camarero nos trajo el vino y el cubo de hielo.

Luego lo abrió para nosotros y sirvió un vaso para cada uno antes de salir.

Alicia tomó la copa de vino y dijo,

-¡Salud! ¡Felicidades Julieta, ha vuelto soltera!-

Yonatán y yo también tomamos vino.

Cuando miré a Yonatán, descubrí que él también me miraba a mí. La luz en el bar era tenue, pero aún podía ver los ojos del hombre parpadeando.

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