Amor desgarrado romance Capítulo 94

Por la mirada del hombre, no pude evitar sonrojarme.

Pasaba toda la vacación en el pequeño pueblo de Yonatán.

En los últimos días Yonatán me mostraba su gran cariño y sus padres me trataban muy bien.

Esto me hizo encontrar el cálido de la familia y el amor de los padres y mayores por primera vez.

Era diferente a lo de Mauro y Marina, a los que me esforcé por complacerles y apenas podría conseguir pocos cariños de ellos.

Los padres de Yonatán eran simpáticas y amables, a lo mejor les gustaba yo debido a Yonatán.

Aunque no habíamos establecido una relación formal, parecía que no era más que una hoja entre nosotros para publicar nuestra relación formal.

Apenas faltaba un paso, así publicaríamos nuestra relación.

Pensé que entre nosotros dos simplemente faltaba una oportunidad para convertirme en su verdadera novia.

Cuando terminaban las vacaciones del Año Nuevo, ya habían llegado muchos compañeros cuando entré en la empresa.

Todos charlaron en grupos sobre el Año Nuevo.

Entré sola, y alguien me saludó y me preguntó cómo estaba mi año nuevo.

Este año nuevo era una experiencia sin precedentes para mí.

Lo recordé, luego sonreí y le respondí a mi colega, -Muy bien.-

Inmediatamente le interesaba por mis palabras, sus ojos se iluminaron y me preguntó, -Oye, la sonrisa es tan dulce, ¿no es cierto lo pasaste con el vicepresidente Yonatán?.-

-¿Qué, qué? ¿Tú y el vicepresidente Yonatán se reunieron con los padres?-

Me rodearon los demás al escucharlo.

Debido a todos sabían que Yonatán había dicho que le gustaba yo antes, así que no era demasiado sorprendente para ellos.

Cuando estuve dudando en responder, una voz sonó detrás de la multitud, -¿De qué estáis hablando?-

Era Yonatán.

Tan pronto como llegó, todos los colegas cambiaron inmediatamente sus metas y lo rodearon para saludarle feliz año nuevo.

Luego cambiaron de tema en seguida y le preguntó con quién pasaba el Año Nuevo.

Entonces, Yonatán levantó la cabeza, me echó un vistazo, apareció una leve sonrisa en su cara.

Todos lo comprendieron con esta acción.

Alguien se quejó, -Qué pena, parece que ya no tengo ninguna posibilidad.-

-Sí, han visto a los padres y tengo que cambiar mi meta.-

Todos se fueron después de bromearse.

Yonatán se me acercó y me preguntó con voz suave, -¿Qué quieres cenar por la noche?-

-¿Ahora ya piensas en las cosas de la noche?- Levanté la vista y lo miré parpadeando.

-O puedes decir algo más.- Yonatán se puso en cuclillas, de mirarme hacia abajo a mirarme hacia arriba, -En realidad, si puedo hablar contigo, todo estará bien.-

Me sentí un poco avergonzada de lo que dijo.

Al mismo tiempo nos charlábamos, escuchamos un ruido proveniente del exterior de la oficina, parecía que Diana venía.

Todos los colegas se apresuraron a saludar a Diana.

Al principio, no lo presté atención, pero Diana de repente se paró en la entrada de mi oficina, mirando a Yonatán que estaba en cuclillas, y dijo, -Deja de las citas, ven a la sala de conferencias, haremos una reunión.-

Después de hablar, se fue a toda prisa.

Pero podía sentir la seriedad en su tono.

Después de que Yonatán se fue, todos los colegas regresaron del exterior y se reunieron para discutir.

Parecía que todos los directorios de nivel medio y superior habían sido convocados a la reunión, por la expresión de Diana, podría ser un evento importante.

Todos discutieron qué estaría pasando.

Alguien preguntó, -¿Nuestra empresa va a quebrar?-

Un colega dijo misteriosamente, -Mi tío conoce a un accionista de nuestra empresa, durante las vacaciones, dijo que alguien pagó un precio altísimo por sus acciones en esos pocos días, me temo que la empresa esté a punto de cambiar del propietario.-

La discusión se había vuelto más intensa tan pronto como salía esta gran noticia.

En la pantalla iluminada estaba el nombre de Yonatán.

Contesté el teléfono de prisa y dije, -Aló.-

Sin embargo, no había ningún sonido en el teléfono.

Dije de nuevo, -Buenas noches.-

Hasta entonces, hubo un suspiro del teléfono, muy suave, pero lo escuché con mucha claridad.

Inmediatamente me puse nerviosa, mi corazón parecía estar atrapado de repente y preguntó, -Yonatán, ¿eres tú?-

-Sí, yo soy.-

Cuando llamé su nombre, Yonatán comenzó a hablar, sin embargo, la voz del hombre era un poco ronca y baja, no tan suave y clara como de costumbre.

-¿Qué te pasa?- Le pregunté con preocupación.

El hombre guardó silencio un buen rato antes de decir, -Julieta, ¿alguna vez pensaste en irte de aquí?-

-¿Qué?- Me sorprendí.

-Saldremos de aquí, de este país y viviremos en otro país.-

No había entendido la razón por la que Yonatán lo dijo, así que expresé mis preocupaciones, -Estoy sola, puedo ir a cualquier lugar, pero tú, tienes tus padres, si te vas al extranjero, ellos lo harán...-

-Los llevamos.-

-Pero están acostumbrados a vivir aquí, cuando lleguen al extranjero, no entienden su idioma, por lo que se sentirán muy solos.- Hice una pequeña pausa, pareciendo darme cuenta de que habría sucedido algo, y luego le pregunté, -¿Qué ocurrió?-

Había otro largo silencio en el teléfono.

Entonces, Yonatán volvió a decir, -Quiero irme de aquí, y quiero preguntar si quieres irte conmigo.-

“Irte de la Ciudad Yiela.”

Nunca había pensado en esto.

Aunque no tenía muchos amigos, estaba muy familiarizada con la vida aquí, también se necesitaba valor para empezar una vida nueva en un lugar desconocido.

No obtenía la respuesta mía, Yonatán soltó una carcajada triste, -¿No estás dispuesta? Efectivamente, todavía me falta el encanto.-

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