Ángela escuchó la orden que le daba, y con sarcasmo respondió: “¡No hace falta que tu guardaespaldas dé la vuelta! ¿Dónde estás ahora? ¡Voy yo misma!”
Hospital.
Stuardo agarró el celular de su madre, ¡su cuerpo estaba muy tenso.
Estaba decidido. Tenía que hacer que Ángela le dijera qué había hablado en esa llamada con su madre antes de morir.
No podía dejar que la muerte de su madre muriera fuera en vano.
Hernán se acercó cautelosamente a su lado y preguntó: “Stuardo, mamá ya se fue. ¿Empezamos con los preparativos del funeral?”
Stuardo: “¡Primero la autopsia!”
¡Tenía que descartar un asesinato!
Aunque su madre tenía presión arterial alto, siempre se hacía chequeos generales y estaba bastante saludable.
Era muy sospechoso que su madre hubiera muerto de repente por una caída.
Hernán asintió: “De acuerdo, iré a buscar al doctor.”
Mauricio se quedó con su madre del brazo, , sin atreverse a jadear en voz alta.
Su corazón latía a mil por hora, con un miedo interno.
No podía mostrar ninguna fisura.
¡Si su tío descubría que su abuela murió por su culpa, seguramente lo mataría en el acto!
¡Él tampoco quería hacer eso!
Normalmente, la abuela prefería a su tío, pero también lo quería mucho.
¡Fue Yolanda quien lo había forzado y seducido, cegándole la conciencia!
¡Ya no tenía salida!
......
Yolanda no quería que Stuardo supiera que el hijo de Ángela era de él. Porque si Stuardo se enteraba, seguramente sería aún más bueno con Ángela.
Qué casualidad, solo estaban ellas dos en el ascensor.
Ángela no tenía ánimo para lidiar con ella.
Sin embargo, ella continuó con su sarcasmo: “Vienes a ver a Delfina, ¿verdad? Oí que Delfina te llamó antes de morir... Ángela, ¿qué le dijiste a Delfina? ¡Es increíble que muriera justo después de hablar contigo!”
“¡Cállate!” la reprendió Ángela.
“¡Jajaja! ¡No me callaré!” Yolanda estaba de muy buen humor, “Viéndote tan deprimida, toda la infelicidad que tuve hace un tiempo no se sintió tan mal. Ángela, voy a decirte la verdad. La madre de Stuardo no murió por su propia cuenta.”
Ángela miró a Yolanda sorprendida.
La miró fijamente.
“Ella supo que tu hijo es de Stuardo. Iba a contarle todo a Stuardo después de recibir los resultados de la prueba de paternidad.” La sonrisa de Yolanda se volvió sombría, “¡Esa tonta se creía muy lista, me daba rabia verla! ¡Así que después de que obtuvo los resultados, la envié a la muerte!”
¡Ángela estaba furiosa!
“¿Sabes por qué me atrevo a decirte todo esto?” Yolanda se acercó a su oído y sopló, “Porque apuesto a que Stuardo me creerá a mí, y no a ti.”
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