Amor profundo: insaciable amante romance Capítulo 53

«¿El banquete de cumpleaños del señor Eustasio?»

Melina tardó mucho tiempo en reaccionar tras la llamada, apretó fuertemente el móvil con incredulidad y repitió emocionada:

—¿El banquete de cumpleaños del señor Eustasio? ¿Orlando ve va a llevar allí?

Melina se puso muy emocionada al pensar en la influencia que tenía el señor Eustasio en la Ciudad Pacífica y la identidad de los invitados que irán al banquete de cumpleaños...

«¡Esta es una gran oportunidad!»

Melina, tratando de calmarse, se sentó en el sofá pensativa y encontró un número perteneciente a Jorge Bergara, que era su vecino antes de que su madre la enviara a la familia Cazalla.

Se llevaban muy bien desde pequeños y a Jorge le gustaba mucho esta chica hermosa.

Después de entrar a la familia Cazalla, Melina había dejado todas sus relaciones anteriores y hasta que estaba en bachillerato cuando volvió a encontrarse con Jorge, quien ya era un periodista recién graduado en aquel entonces.

Realmente, Jorge trabajaba en una pequeña editorial como un periodista de cotilleos y entretenimiento, mejor dicho, era un paparazzi. De modo que, se sentía muy humilde frente a la persona que le gustaba tanto desde la infancia.

Sin embargo, Melina no lo despreciaba, porque ella era muy hipócrita desde niña y sabía muy bien cómo esconder su disgusto. Incluso había llorado de alegría por su reencuentro con Jorge y lo había tratado tan cariñosamente como antes.

Durante varios años, Melina y Jorge seguían manteniendo en contacto y Melina lo trataba como alguien superior a un amigo íntimo, de modo que, Jorge estaba loco por ella.

Aunque la editorial de Jorge era muy pequeña con poca fama, Jorge era un periodista y algún día Melisa lo necesitaría. Con este propósito, ella le daba de vez en cuando noticias de las celebridades para ayudarle a ascender y, actualmente, Jorge ya era el editor del sector de entretenimientos.

Después de todos estos años, Jorge la amaba aún más y estaría dispuesto a hacer cualquier cosa por ella.

No obstante, Melina no había recurrido a Jorge cuando había creado la trampa a Vanesa, porque ella sabía que esta peonza se tenía que usar en el momento más clave.

«¡Y ahora es el momento!»

Melina sonrió maliciosamente, como una flor bella pero venenosa, luego marcó el teléfono de Jorge.

—Jorge, ¿cómo estás?

—¡Melina! ¿Cuánto tiempo sin llamarme? ¿Qué te pasa? Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos, ¿te invito a cenar? Nos vemos donde siempre ¿te parece? —Jorge, muy contento, preguntó con tono halagador.

Melina mostraba desprecio y desdén, ya que ella no iba a cenar con un perdedor como él, pero seguía hablando con un tono suave:

—Jorge, ¿podrías hacerme un favor?

—No hay de qué. ¿Qué quieres que haga? Melina, sabes que te quiero y estoy dispuesto a hacer todo por ti.

—Jorge, lo sé, lo sé todo —la voz de Melina se volvió más tierna, pero luego se echó a llorar fingiendo estar muy agraviada—. Jorge, ¿podrías ayudarme? ¡Por favor, ayúdame!

—¿Melina? ¿Por qué estás llorando? ¿Qué pasó? No llores, dime. No te preocupes, te ayudaré, aunque tenga que sacrificar mi vida.

—¡Jorge, sé que eres el mejor del mundo! Lo siento, es que no me queda otra forma, no puedo perder a él, porque moriré sin él, Jorge.

Melina estaba llorando tan dolorosamente que Jorge estaba tan ansioso que quería venir a por ella para consolarla en persona.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amor profundo: insaciable amante