Amor profundo: insaciable amante romance Capítulo 54

El coche arrancó de nuevo y el destino era el banquete de cumpleaños del señor Eustasio, que tendría lugar en la Villa Romero.

En la Ciudad Pacífica, la familia más prestigiosa era la familia Moya, seguida de la familia Romero. No obstante, la familia Romero había ocupado el primer lugar entre todas las familias aristócratas de la Ciudad Pacífica en décadas atrás.

Actualmente, la familia más poderosa era la Moya, pero la influencia de la familia Romero seguía siendo enorme en la Ciudad Pacífica.

Como los invitados del banquete de cumpleaños de Eustasio eran nobles, damas y todo tipo de famosos, por lo que, habría muchos periodistas.

No cedían el paso a los periodistas, pero solo se podían hacer fotos fuera de la puerta principal, donde habían puesto una alfombra roja y parecía una gala porque había guardianes y periodistas a los dos lados.

Orlando y Melina se bajaron del coche uno tras otro, ella lo tomó del brazo a Orlando sonriendo de manera orgullosa.

¡Clack! ¡Clack!

Estaban rodeados de los ruidos de las cámaras y entraron juntos. Luego, volvió a sonar las cámaras cuando vinieron otros invitados por detrás.

—Señor Orlando.

El mayordomo de la familia Romero se paró en la puerta como representante del anfitrión para recibir a los invitados y cuando vio a Orlando, lo saludó muy calurosamente.

—Este es mi regalo de cumpleaños para el señor Eustasio.

Dicho esto, el asistente que estaba detrás de Orlando dio un paso adelante y le entregó el regalo al mayordomo.

—Gracias, señor Orlando. Pase, por favor.

Orlando asintió y entró con Melina al salón del banquete, donde muchos invitados llegados estaban charlando y socializando.

—Estimado señor Dylan.

Como no se habían alejado demasiado, pudieron oír con claridad el saludo del mayordomo hacia Dylan. A pesar de que llamaba a ambos señores, el respeto hacia Orlando venía del prestigio de su familia, mientras que se apreciaba a Dylan por sus habilidades geniales.

Orlando se puso furioso al pensar en esto, pero lo tenía que ocultar en esta situación, por lo que, desahogaba su ira haciendo fuerzas en la cintura de Melina sigilosamente.

Dolía mucho, pero Melina se mordió el labio para aguantarlo todo.

Después de saludar al mayordomo, Dylan vio a Orlando y Melina y se les acercó sin mostrar cambios en la expresión.

—Dylan —Orlando saludó a Dylan con rigidez, y todavía tenía que mostrar la formalidad debida.

Dylan le asintió levemente, pero frunció el ceño al ver a Melina y dijo disgustado:

—Este es el banquete de cumpleaños del señor Eustasio, deberías elegir bien a tu acompañante.

Claramente, Dylan lo dijo para burlarse del origen humilde de Melina, sus palabras formales dañaron más a Melina, quien tenía que sonreír falsamente mientras aguantaba su odio.

Luego, Dylan se fue antes de que Orlando le contestara y Orlando no esperaba que Dylan le pusiera en ridículo, aunque parecía que simplemente le aconsejó como tío.

Orlando apretó los puños por la ira provocada por el desprecio de Dylan y se mordía los dientes.

—¡Orlando, duele! —murmuró Melina con la cara pálida, porque ya no podía soportar más.

Al oírla hablar, Orlando desahogó su ira en Melina, luego apartó su brazo y frunció el ceño con disgusto.

—No me molestes más.

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