Amor profundo: insaciable amante romance Capítulo 68

Vanesa no mencionó ninguna compensación económica, sino unas demandas razonables. Ella no era tonta, de lo contrario, conocía muy bien a Gerardo y sabía que, si pidiera dinero, sería una mujer sencilla que se podía satisfacer con dinero.

Era la hija de Felipe Cazalla y su dignidad no era valorable por dinero.

Luego, Gerardo lo aceptó todo inmediatamente:

—No te preocupes, Orlando tiene una evaluación interna en el Grupo Moya y últimamente no tendrá tiempo para buscarte. En cuanto a Melina... Si no fuera tu hermana, ya la habría echado de la Ciudad Pacífica.

—¡Gracias abuelo! —Vanesa sonrió honestamente como en el pasado.

Su comportamiento era apropiado para Gerardo y a él no le importaba compensarla más, porque no podía permitir que se divorciaran dañando la reputación de la familia Moya. De modo que, aceptar las condiciones de Vanesa y cederle más compensación extra, era suficiente para que ella dejara a un lado este escándolo.

Gerardo lo pensó por un momento y dijo:

—Vanesa, has sufrido mucho por esto y he decidido cederte el 1% de las acciones del Grupo Moya. Lo gestionará mañana el abogado, no es mucho, pero es un regalo de mi parte.

Gerardo poseía el 36% de las acciones del Grupo Moya y Orlando poseía el 15%, los dos juntos eran 51%.

Por lo tanto, la familia Moya era el mayor accionista del Grupo Moya.

Después de ceder el 1% a Vanesa, ellos dos seguía teniendo 50%. Además, muchos de los accionistas del Grupo Moya eran aliados de Gerardo, por lo que, Gerardo no se preocupaba.

El 1% de las acciones del Grupo Moya valía unos millones en el mercado, con esto sería muy fácil pedir préstamo al banco para el Grupo Cazalla, por eso Vanesa no tenía razón para negarlo.

—Abuelo, no lo hice por esto.

—Claro, sé que eres muy buena niña y me sentí peor ante el caso. Quédatelo sin más —dijo Gerardo muy decisivo y Vanesa tuvo que aceptarlo.

Después de comer con Gerardo en la Villa Moya, Vanesa se marchó con la excusa de tranquilizarse y Gerardo llamó a Orlando poco después de que se fue Vanesa.

—¿Que no vaya a buscar a Vanesa durante este tiempo? ¿Por qué? —cuestionó Orlando disgustado.

—¡Haz lo que te digo!

Gerardo se enfadó más con Orlando, por su culpa, tenía que ceder el 1% de sus acciones y encima este chaval le habló de esta forma.

—Y echa cuanto antes a esa Melina, Vanesa es la única que reconozco como tu esposa y no pretendas traer a ninguna prostituta a casa. Para disculparme por ti, cedí el 1% de mis acciones a Vanesa. Pasado un tiempo, cuando Vanesa esté menos enfadada, pídele el perdón y cuídala bien para tener ese 1% en nuestras manos.

Esta era una de las razones por las que Gerardo había sido tan generoso, pero con la existencia de Dylan, no iba a cumplir su objetivo.

—Vale —Orlando dijo irritado y colgó la llamada.

Él no iba a obedecer a Gerardo e inmediatamente llamó a Vanesa, pero Vanesa no respondió.

—¡Joder! —maldijo Orlando.

Luego, Orlando volvió a desahogar su ira con Melina, llamó a su guardaespaldas, Paco Calvo, y le dijo que fuera a la villa para echar a Melina. Orlando era muy cruel con esta peonza inútil.

En ese mismo día, Melina fue expulsada de la villa.

Todavía no se había recuperado sus heridas y su rostro estaba completamente pálido. No tenía ningún sitio para residir y dejó la tarjeta de crédito que le había dado Orlando para darle pena.

Finalmente, tuvo que regresar a la familia Cazalla y Felipe estalló ira al verla.

—¡Imbécil! ¡Cómo te atrever a volver!

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