Amor profundo: insaciable amante romance Capítulo 71

—¿El encargado del Banco ABA? —Orlando se rio fríamente al adivinar la intención de Vanesa.

«Vaya, ¿cree que puede conseguir préstamo bancario con el 1% de las acciones del Grupo Moya sin mi permiso? ¡Lo está soñando!»

Orlando quería ver cuánto aguantaría Vanesa, porque tarde o temprano vendría a suplicarle la clemencia.

—Paco, cita con ese encargado a nombre de Orlando Moya.

—Sí.

Después de colgar la llamada, Orlando se sentía mejor, porque iba a destrozar la esperanza de Vanesa para obligarla a suplicar delante suyo.

Como Vanesa solo contaba con el 1% de las acciones del Grupo Moya, pues Orlando lo convertiría en algo inútil. De modo que, la podía seguir amenazando con la crisis del Grupo Cazalla, que tanto le importaba a Vanesa.

Orlando siempre conseguía sus propósitos.

Él mandó investigar los pasos del Grupo Cazalla.

Sin embargo, Vanesa no sabía nada al respecto y acababa de llegar a la Villa Cazalla con Dylan.

Debido a aquella llamada, Felipe y Mercedes los estaban esperando en el salón.

—Buenas noches Felipe.

Dylan dejó a un lado el regalo de suplementos nutritivos, que había sacado del trasero del coche. Luego, Vanesa se enteró de que este hombre había venido preparado.

«¿Qué quiere? Ahora mis padres estarán muy disgustados con la gente de la familia Moya.»

Sin embargo, Felipe charlaba alegremente con Dylan como de costumbre y casi quería invitar a Dylan a pasar la noche en su casa.

—Vanesa, acompaña a Dylan hasta la puerta.

—Sí, papá —asintió Vanesa sonriendo y puso los ojos en blanco a Dylan a escondidas.

Los dos fueron paseando hasta el jardín y Vanesa preguntó:

—Dylan, ¿qué diablos quieres hacer?

Desde su punto de vista, este hombre era una persona orgullosa y distante, a Vanesa le parecía increíble que tratara a la gente de manera gentil. No obstante, Dylan le trataba con mucha amabilidad a Felipe desde que se conocieron, como si quisiera complacerlo a propósito. ¿Pero era necesario?

Vanesa se sorprendió por su pensamiento y Dylan preguntó a propósito:

—¿Crees que tu padre tiene buena impresión de mí? Mucho mejor que Orlando, ¿no?

—¿Qué quiere decir con esto? —preguntó Vanesa alertada.

Ella tenía el presentimiento de oír la respuesta que menos deseaba, pero Dylan sonrió y no le respondió.

—Ya es tarde, ve a descansar.

Dicho esto, el hombre se marchó en coche.

Vanesa estaba deprimida, porque éste no le había respondido y la dejó en duda con sus palabras ambiguas. Pero, bueno, Vanesa dejó de lado la duda, porque tenía tantas cosas que hacer y no tenía tiempo para adivinar los pensamientos de Dylan.

Esa noche se durmió muy bien, porque al día siguiente iba a conseguir el préstamo del Banco ABA.

Vanesa estaba de muy buen humor cuando se despertó, que incluso preparó un delicioso desayuno por su propia cuenta y se fue a la empresa tras desayunar con sus padres.

Habían quedado a las tres de la tarde y Vanesa partió radiante a las dos con Enrique tras haber estado trabajando toda la mañana.

—¿Qué? ¿Se marchó por un viaje de negocios?

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