Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 28

Ha insistido tanto en traerme a mi casa después del evento, que no me ha quedado otra opción que aceptar. Está conduciendo y yo no sé ni qué decir, prefiero quedarme en silencio y hacer de cuenta que estoy sola, pero al parecer él tiene otra idea.

—¿Puedo preguntarte algo? — dice y debo mirarlo.

—Ya lo has hecho... Continúa. — respondo fría.

«No sé me ocurre cómo actuar con él, siento que mi único mecanismo de defensa es éste. Me da mucho miedo olvidar lo que me ha hecho, tengo pánico de que su mirada azul y profunda me gane. Es una guerra interna que me vuelve loca... ¿Se puede sentir atracción y odio por la misma persona?»

—Quisiera saber si existe alguna posibilidad de que yo pueda hacer algo para demostrarte que estoy arrepentido por el daño que te he hecho ¿Cómo puedo demostrarte lo que siento por ti de verdad? —me pregunta y me obliga a mirarlo con esas palabras.

—Y según tú... ¿Qué sientes? — presiono.

—Ya te lo he comentado antes, pero se resume en que me he enamorado de ti—me responde sin rodeos y siento que las pulsaciones de mí corazón se han acelerado de una manera anormal.

«¿Qué es esto? No Sienna... No... tú no puedes... Debes odiarlo» Me recuerda mi mente, pero al parecer mi cuerpo y mi corazón no prestan demasiada atención.

—Me cuesta demasiado confiar en ti— confieso en un susurro.

—Lo sé. He sido el primero en levantar este muro de odio, venganza, desconfianza y dolor que ahora existe entre los dos. Necesito hacer algo para remediar la situación, para que todo esto sea como debió ser desde el inicio— me dice perturbado y no puedo entender su descaro.

—¿Dices remediar? ¿Cómo es que remediaras toda la mierda que ha ocurrido entre los dos? —pregunto con rabia y cierro mis puños intentando controlar todas estas sensaciones que recorren mi ser.

—No puedo echar el tiempo atrás Sienna, tampoco hacer que lo que hice deje de existir— me dice en un murmuro mientras que finalmente entra a la gran entrada de coches que hay frente a mi casa.

Estaciona el coche y sólo me le quedo mirando—Tú lo has dicho, no podemos echar el tiempo atrás. Es muy difícil todo lo que ha ocurrido entre nosotros— sentencio e intento abrir la puerta, pero él me sujeta suavemente del brazo.

—Dime algo por favor— me dice y sólo me quedo esperando a que continué hablando—¿he sido yo el único que sintió algo el día que nos conocimos? ¿O tú también has sentido algo? — me pregunta dejándome sin aire.

—No me di cuenta de que has sentido algo... Desde el inicio jugaste tu juego para vengarte ¿Cómo me podía dar cuenta que algo te pasaba? — respondo y desabrocha su cinturón de seguridad sin soltarme.

—Déjame mostrarte que ese no era yo. Aún no entiendo como fui capaz de lastimarte de esa manera cuando lo único que quería esa noche era amarte... rozar tu piel con delicadeza. —

—Has hecho todo lo contrario— le interrumpo.

—¿Qué puedo hacer para demostrarte que realmente me he enamorado de ti y que lo único que quiero es hacerte feliz? —me pregunta sin dejar de mirarme a los ojos.

«Pienso un instante en su pregunta».

—Será a mi manera. No me besarás, ni me tocarás, no harás nada si yo no te lo pido—digo firme y asiente.

—En este instante comienzo a cumplirlo— me dice apartando sus manos de mí.

—Mañana a las nueve; no llegues tarde— digo y sin más me salgo del auto bajo su atenta mirada y sin darle la oportunidad de que diga nada.