Bebé por Contrato (COMPLETO) romance Capítulo 49

Son las 4 de la madrugada, Barry no me ha marcado de nuevo ni nada. No me está buscando y no ha llegado.

Yo sé que me dijo que llegaría en madrugada, no creo que inventara, y supongo que me avisaría.

-Maldito, Barry. -Putaaaaaaaa Mónica ridícula, no quiero que lo toque. Aunque NO me gusta, el es mío. MIO. SOY LA MADRE DE SUS HIJOS. Si mañana no llega antes de que despierte me iré. Y no a la casa de mis papás, hay muchos hoteles campestres fuera de la ciudad. No tiene porque mentirme y ni siquiera llamar.-A ver Kelly... Le pudo haber pasado algo -corro a encender la TV. Si algo le pasó las noticias ya estarían informando.

Le cambio a todos los caneles informativos y en ninguno hay nada, así que descartaré la idea de que le pasó algo. Si le llamó al móvil se registrará mi llamada y por obvia razón se dará cuenta de que lo estuve buscando y yo no quiero eso.

Ya debo de dormir, y salir a primera hora, antes de que llegue y antes de que Tita pueda notar que me fui...

Despierto con el chirrido típico que hace la puerta de mi habitación. Tengo el edredón tapándome la cara, no quiero ver si es Barry, Tita o quién sea. Puedo sentir un pequeño movimiento en la cama, me destapo rápidamente y ahí está, mi Pinky.

-Hola, mi vida-ella mueve de un lado a otro su colita.-Buenos días, niña preciosa -le encanta recibir cariño y atención, como a todo ser vivo.-Pinky, ves por tu correa, regresamos a casa.

No hay de otra, en ningún hotel me recibirán con esta pequeña. A menos que sea de lujo y no sé si pueda pagarlo.

Pinky baja de la cama emocionada. Espero que no haya llegado Tita, me sentiría mal dejarla sin expresarle motivos. Me cae bien, aunque Barry sea la luz de sus ojos.

Tengo ganas de llorar y no sé porqué diablos, son las siete de la mañana. Todavía estoy a tiempo de irme sin dejar rastro.

Pido un Uber a la casa, tengo flojera de salir a la calle y tomar uno, así sólo puedo salir en pijama con mis cosas y listo.

Llego a mi departamento una hora después, no quisiera estar aquí, pero vamos, ¿a donde puedo ir? Y más con Pinky, puedo dejarla aquí, ella ya conoce pero me sentiría muy mierda dejándola. Tomo mi móvil y por fin, después de unas semanas tengo un mensaje de Liz, lo primero que veo es un: "OMG, QUE MIERDA LE PASA.

Foto

Foto.".

La manos me empiezan a temblar y a sudar, mi corazón late desbocado y siento un calor subir por mi rostro.

¿qué pasa? ¿es Barry? ¿Por eso no llegó? Le doy click en el mensaje.

Y sí, son dos capturas de pantalla, un Barry y una Mónica juntos.

Barry abrazando a una Mónica de vestido pegado como segunda piel.

Barry y Mónica en un bar.

Mi enojo aumenta al ver casa imagen. No, no es enojo, es decepción. DECEPCIÓN.

-MALDITO HIJO DE PUTA. MALDITOS, MIL VECES MALDITOS -Mis ojitos arden, sí, sí quiero llorar. Quiero llorar a mares, todo estaba tan bien, sin peleas, sin diferencias y con cariño, ya estábamos bien. Empezábamos a tener una relación de verdaaaaad. -ME CAGO EN LA PUTA.

Mi cara arde, todo el cuerpo me pica y el cabello me estorba, quiero matarlos. Quiero decirle que lo odio y que es un MALDITO. Que me decepcionó y que espero que jamás me vuelva a hablar.

Me pongo a llorar descaradamente, ¿a quien putas le miento? Ya lo quería, ya le estaba tomando aprecio. Amaba despertar a su lado y ver como sus pestañas estaban tranquilas sobre sus mejillas.

¿Qué nos pasa a nosotros los humanos?¿por qué ponemos canciones tristes para deprimirnos más?

Le doy Play a I'd rather go blind en la versión de Beyoncé, esa canción me puede. La letra coincide totalmente con lo que ahora estoy sintiendo. Lloro descontroladamente al cantar cada estrofa. No puedo creer que esté con ella o que haya estado con ella sin importarle todo lo que estoy sintiendo. Quiero verlo y escupirle en la cara. Dos personas en estado de ebriedad no pueden controlar su acciones, y a quien pueden engañar, ellos dos debieron de haber cogido. La música pasa y pasa y yo no la logro escuchar, mi yo interno grita y se jala de los cabellos desesperada. Quiere darle golpes a algo y salir corriendo. Miro con anhelo mi pequeño bar del rincón, quiero tomar hasta olvidarme de ésto. Quiero olvidar que él existe y que ella esta con él. Quiero que desaparezca esa imagen suya de mi mente...

Son más de las 5;39 de la tarde, no puedo creer que haya estado casi diez horas dormida, pero sinceramente lo agradezco. Tallo mis ojos, los siento arenosos de tanto llorar, y por un lado quiero volver a domir, pero mi estómago está rugiendo. No hay que olvidar que hay dos desconocidos como los suele llamar Barry en mí que quieren devorar. Me levanto de la cama y voy a la cocina, pero no haya nada obviamente, más que una lata de atún y unas galletas aguadas.

¿Pizza , sushi o tacos?

Me voy por la comida mexicana así que marco el número del restaurante al que suelo comprar para pedir mi orden. Tengo una llamada perdida de Liz. Así que al terminar con mi comida le regresaré la llamada.

-¿Qué pasó? -digo secamente.

-¿Sabes que rollo con esa nota? -su voz es cautelosa. Sabe como me pongo.

-No, y tampoco quiero saber. Estoy en mi departamento, ¿vienes? Traeme un jugo o un vino-río levemente ante mi propio chiste.

-Ay, Kelly. Voy en media hora. Lo hablaremos y lo superáremos juntas, cielo.-Cuelgo sin decir más. Me han venido las ganas de llorar de nuevo, no quiero ni verme los ojos, y ni se diga de mi aspecto.

Saco mi taco del papel aluminio agregándole un poco de salsa y limón. Literal, me lo devoro. Tengo muchísima hambre y sed.

-Liz, ya llegaaaaa-suspiro.

Miro la bandeja de unicel, ya no hay más tacos, sólo quedan las hierbitas y la cebolla. Quiero más. Definitivamente quiero mas.

Están tocando la puerta muy tranquilamente, seguramente es Liz, se tardó mucho, ya son las 7;00 pm.

-¡Abreme soy yo!-grita.

Inmediatamente la abro y miro a una Liz con una jugo néctar de durazno y una pizza en las manos.

-Me derrito por ti-La abrazo y agradezco a los cielos por tenerla.

-¿Como estás bebé? -me mira espetante.

-Mal.-Suspiro.

-¿Quien es esa tipa?

-Una tipa del trabajo, es su nueva secretaria-sollizo-me siento estúpida, Liz.

-Basta, ninguna amiga mía se debe sentir estúpida y menos por un hombre imbécil. -Nos sentamos en la alfombra acolchada. Ella destapa la pizza y me da una rebanada, la tomo y le meto una mordida.

-Quiero morir, a éste paso medio mundo me señalará por esa noticia.

-¿Desde cuando eso es un problema? Olvidate de eso ahora, por favor. Relajate por los bebés.-Me soba el vientre.

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