Bebé por Contrato (COMPLETO) romance Capítulo 61

KELLY

—¿A qué hora te vas a vestir? No seas aragana—Me duelen los pies como nadie tiene una idea, tengo ganas de vomitar por tanto que he comido...

—No tengo ganas—sollozo..

—¿Por qué? —Liz me acaricia el cabello.

—Me siento mal, además todavía faltan 4 horas para que empiece el baby shower—me recuesto en la cama y me cubro con mi edredón...

—A ver bebé, son cosas normales del embarazo, pero date cuenta que tu fiesta está por empezar, allá abajo todo el mundo se está haciendo bolas, yo no puedo decidir por algo que es tuyo y de Barry, así que tomate un té y baja.—Su voz la escucho hasta distorsionada.

—No digas idioteces... Barry ni siquiera se ha parado por aquí en todo el día, ni hoy ni ayer ni toda la semana nos hemos sentado a desayunar, ni un puto mensaje me manda, ¿cómo quieres que me sienta? No sé que es lo que nos pasa..—mi voz se quiebra y empiezo a llorar, inmediatamente Liz me abraza.

—Shhh shhh, trabquila. Tu hombre también trabaja, el mío también lo hace.

—Ni siquiera sé si está en el trabajo, en una reunión o con alguien más, no sabes lo frustrante que es, me dan ganas de llamarle al teléfono, gritarle que no me gusta que le ignore, que me molesta que se comporte así y que me dan unas infinitas ganas de mandarlo a la mierda.

—Todo el día está con William, yo soy tan hostigosa con él que siempre estoy en la empresa de tu marido. Te puedo asegurar que no está haciendo algo malo.

—Pero entonces, ¿que es lo que pasa? ¿Por que me hace sentir sola? Me dan ganas de salir corriendo por atención de alguien. Es un sentimiento feo, hace dos semanas estábamos bien, cariño mutuo, ¿me entiendes? Y ahora por más que intento comprender que es lo que pasa, mi cerebro se llena de dudas. Parece que quiere que deje de quererlo y creeme Liz que lo está logrando —chillo.

—Altos y bajo, así es un matrimonio ¿no? Tú eres la que me da los consejos a mí, así que tú te deberías de entender y darte cuenta que podrías hacer una tormenta en un vaso con agua. Respira hondo y calmate.—Me da un apretón y hace que me levante de la cama—vamos a que veas como está quedando todo.

Bajamos al jardín, ahí esta él. Impoluto, mientras yo estoy con los ojos hinchados y la nariz llena de mocos. Me mira y me sonríe y devuelve la atención a su móvil.

—Quiero entrar—doy la vuelta y empiezo a caminar, ignorando todo lo que los meseros y decordores me preguntan a mi paso.

—Muy bien Freeman—grita Liz. Camino lo más rápido posible, quiero llegar a mi habitación y encerrarme. Ahora mismo no queiro hablar con ese maldito, lo más seguro es que me ignore. No lo he logrado, me he quedado a la mitad de las escaleras cuando su mano me toma el brazo.

—¿Qué pasó? —no es necesario que diga más, con eso ya me tiene rota de nuevo, estoy llorando sin ninguna discreción. —¿Kelly?—toma mi barbilla y hace que lo mire a los ojos.—¿Qué es lo que te sucede hoy? ¿No estas feliz por el día?

Me libero de su agarre y empiezo a subir, ya no estoy triste, estoy hirviendo del enfado. Estoy con las tres N (no me mires, no me hables, no me toques).

—No huyas, con es barriguita hermosa a penas y puedes dar dos pasos—se ríe.

—Ni siquiera sabes que tengo¿verdad?—me paro en uno de los escalones y me tomo del barandal.

—No soy adivino Kelly.

—No hace falta que lo seas para darte cuenta de todas las actitudes estúpidas que haz tomado. Ignorarme, ¿en serio? Bien, hazlo... Pero por favor, cuando sea mi turno no te sorprendas de como te empiece a tratar.

—¿Qué?—no aguanto más, caigo en el escalón hecha un mar de lágrimas. Que injusto tratar de querlo, demostrarle que lo quiero y que él simplemente me ignore sin reconocer todo el esfuerzo que hago, es tan nefasto.

—Ya no aguanto, decidete... O me ignoras o me quieres. No puedes hacerme esto, no es divertido como me estas tratando...

—Ve y cuéntaselo a Rease, a puesto toda mi fortuna a que estaría dispuesto a consolarte.

No, no, no... ¿Lo.sabe?

—¿Qué?

—No hay día en el que no te mire y me de cuenta de lo estúpido que soy a veces, me haz tomado el pelo...

—Lo de Rease no significa nada... Empezamos a llevarnos como amigos, solamente eso, de ahí pasó un poco más pero hasta ahí, no tuvimos ninguna relación.

—¿Tengo que creerte?

—Claro que sí —murmuro.

—Levantate, te vas a encajar el filo del escalón —me da la mano para ayudarme.—Hablaremos esto después.

—No, es mejor ahora.

—Las cosas están calientes ahora, no quiero decir cosas de las que después me puedo arrepentir.

—Barry...

—Disfrutemos el día, después de todo, no nos quedaremos sin hablar del tema. Date una ducha y vistete.—se da la vuelta y me deja.

Reasignada, subo a mi habitación. No tomaré una ducha, si no un baño de agua caliente. Ya estamos en temporada de frío, lo malo es que me dan ganas de dormir.

Dos horas después me encuentro secadome el cabello, obviamente con el secador. Cuando te lo secas correctamente, tu cabello toma un volumen perfecto, además de que queda sedoso.

—¿Se puede?—dice Liz detrás de la puerta.

—Pasa—tomo mi pomada de cejas y empiezo a trazar el contorno.—Mierda—me he ido mal, no hay un día en el que intente hacerme la ceja perfecta y que una siempre me quede mal.—¿Qué pasó?

—Allá a bajo todo está bien, ¿y aquí?

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