Estoy listo, ¿Tu estas lista?
Jeff se le queda viendo.
—Quizá sea por que tu y yo nos parecemos mas de lo que te imaginas —le dice.
—Bien, sabes que simulemos que nos conocemos de toda la vida, y esta boda será la mejor —responde la rubia mirándole fijamente.
Jeff ayuda a Lucrecia a bajarse de la limosina grande que tiene, una sonrisa del rubio es dibujada en su rostro, y al instante aquellos ojos brillosos se convirtieron en el escenario mas hermoso de todo el ambiente.
Lupe baja el vestido de novia y dice.
—Ya es hora señorita Lucrecia debe alistarse con su vestido —dice Lupe.
—Ok esto será increíble —le dice mientras agarra la corbata de Jeff.
—¿Sucede algo con mi corbata? —Pregunta el guapo atractivo.
—Es hermosa y ya la ajuste como me gusta, que quede, que empiece la acción —dice la rubia de camanances y de cabellera larga.
Jeff sonríe y todos se apuran, para la gran boda, nadie sabe nada de que ellos están bajo contrato, pero darán su mejor espectáculo, para que se haga una realidad.
Horas después, Lucrecia se encuentra en la habitación del hotel, y ya está lista, luce un vestido hermoso, de boda, con un velo que hace verla pura y virgen.
Su madre entra al cuarto.
—¿Quién es el afortunado que se casara contigo? —Pregunta su madre con cara de asombro.
—Se llama Jeff es todo lo que te diré, y pues me casare con él, ya que no se puede cancelar, nada la boda sigue en pie, solo que yo no me casare con el innombrable que no quiero mencionar —le dice la rubia peinando su cabellera lisa.
—Es enserio, guao, y se puede saber, porque yo no estaba informada de esto, es decir se que te lastimo, y no te darás tiempo, digo, ese joven con el que te casaras con Jeff, debe ser guapo y elegante, como para que decidieras tomar algo tan drástico como eso —le dice la intervención de su madre.
—Mami no tengo tiempo de lidiar con esto ahora mismo, me casare, y ya, pon otra cara, y ponte feliz, porque tu hija se casará y obtendrá una beca —le dice mirándole fijamente.
—¿Eres millonario? —Pregunta su madre.
—Si, y supongo que usted es la madre de mi amada Lucrecia —le dice mirándole detenidamente.
—Si, soy la señora Alexandra, si me llego a enterar que a mi hija le rompes el corazón te juro que tendré el poder de destruirte —le dice sin vacilar.
—No se preocupe, cuidare bien de su hija —le dice Jeff dirigiendo sus ojos a Lucrecia.
—Estas bella, ¿Estoy listo?, y tu ¿Estas lista?.
—Estoy lista —le dice la voz apacible de lucrecia.
Ambos se toman de la mano caminan por el pasillo, bajan las gradas mientras caminan dirigiéndose al altar, y cuando llega allí, todos quedan en shook mientras la rubia se queda viendo al vacío.
Mientras que para el rubio todo es tan extraño, pero se siente bien, estando con la rubia, mas cuando siguen agarrados de las manos.
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