Angelina rodó los ojos, de protones dió cuenta que el padre era mucho más posesivo que su hijo, ni a Lucien le agradaba Alejandro, ni al pequeño Lucien, le agradaba el niño Alexandro
— Ustedes dos son imposibles, deberían buscar una cueva e irse a vivir allí, así nada ni nadie va a molestarlos — dijo una impaciente Angelina
— ¿Pero tú vas a venir con nosotros, mami? — el inocente Lucien, preguntó sin malicia, fijó sus grandes ojos verdes en su mamá, esperando respuesta
— Claro que sí bebé, mamá siempre estará contigo, cariño
— El niño sonrió contento — ¿Escuchaste papá? mami, nunca va a abandonarnos, ella siempre nos va a amar a ti y a mí
— ¿Este niño fue cupido en su vida pasada o que demonios? — murmuró bajito la CEO, ella no pretendía conservar al padre, solo quería tener a su lado a su pequeño y darle todo su amor, pero solo a él
— Mamá, es única y especial, nosotros tampoco abandonaremos a mami, nunca, ella siempre contará con nuestro apoyo y... nuestro amor
Por fortuna el coche paró frente al elevador personal de Angelina, que se encontraba en el estacionamiento, ella bajó a toda prisa, no iba a hacer ningún comentario de lo que acababa de decir el hombre que fue el causante de interminables noches de llanto, de acercó a su hijo a darle un beso de despedida y de dió media vuelta para seguir su camino
— ¡Angelina! ¿no te vas a despedir de mí? — la varonil e imponente voz del hombre, detuvo los pasos de la bella joven, Angelina, se quedó unos momentos sin moverse
— Mamá, despídete de papá, no seas mal educada — el niño asomó su cabecita por la ventana para llamar a su madre
A la CEO, no le quedó más remedio que caminar hasta la ventanilla del piloto y darle un beso en la mejilla a su ex marido, Lucien Black, aprovechó y le dió un cálido beso, se mantuvo lo más que pudo cerca de ella, su ex mujer olía tan bien que aspiró su aroma para quedarse lo en los pulmones
— Ya debo irme, te veo más tarde, mi amor — Angelina se despidió de su hijo, así los dos hombres se quedaron viendo como la hermosa Angelina, se perdía de su vista
El CEO, llevó de regreso a su hijo al penthouse, tomaron una ducha y se vistieron guapos y elegantes, Lucien, eligió el mismo, el trajecito de color azul para su hijo, el llevaba puesto un traje del mismo tono, así salieron de nuevo para ir a la compañía de Angelina
— Apenas llegaron, las miradas se fijaron en ellos, las mujeres comentaban que el CEO era demasiado atractivo, que su belleza era cautivante, el adorable niño era un imán para las chicas, si no fuera por qué Lucien Black, siempre estaba ajeno a los coqueteos y nunca se detenía a darles pié para nada, habría salido de allí con más de veinte números telefónicos
Era casi la hora del almuerzo, el CEO Alejandro había llamado a Angelina, para invitarla a comer en un restaurante cercano, ella había aceptado, solo estaba terminando de enviar un correo para ponerse en marcha
La puerta se abrió de golpe y una pequeña figura elegante y pulcra, entró corriendo a los brazos de su madre
— ¡Mamá! ¿trabajaste mucho? ¿te sientes cansada? papá y yo hemos venido por ti para comer juntos en familia, mira, ya nos hemos vestido apropiadamente para que te gustemos más, ¡vamos mamá, ya tengo mucha hambre!
Por la puerta entró también la atractiva figura de Lucien Black, ese día se veía particularmente apuesto, su fino perfume se esparció por la oficina, Angelina, lo aspiró, era fresco, varonil, con un toque de madera
— Cariño, ¿por qué no me avisaron que venían para la compañía? he quedado de ir a comer con Alejandro Maldonado, no puedo dejarlo plantado así como así
Lucien Black, no se sorprendió al escuchar los planes que ya tenía su ex mujer, de hecho se había adelantado a Maldonado, era por eso que se había presentado con Lucien, de sorpresa en la oficina de Angelina
— ¿Qué tal si comen todos juntos? así ninguno se queda fuera — sugirió el buen asistente Jan Pierre
— Por supuesto, ven acá campeón — Así salieron los dos Lucien, a buscar a Angelina, el impotente CEO Black, se veía como un felino protector de su indefenso cachorro, el pequeño Lucien, se sentía muy feliz y seguro en los fuertes brazos de su padre
Afuera del restaurante, Angelina, le sostenía una manita a su hijo, ella era hermosa, con un aura de sofisticada princesa, Lucien Black, era imponente, inteligente y apuesto, el hijo de ambos era adorable y despierto, ellos parecían ser una bella familia y Alejandro Maldonado, lo pudo notar
— Angelina, regresaré a la empresa, espero verte en el cumpleaños de Alexandro — de nuevo el beso de despedida delos amigos molestó a Lucien, tenía unas inmensas ganas de romperle a Maldonado, la boca con la que había besado a la madre de su hijo, la vocecita de su hijo interrumpió sus destructivos pensamientos
— Mamá, ya no te dejes besar por el señor Maldonado, ya tienes a papá, para que te dé besos, no hagas enfadar a papá — dijo el niño que todavía seguía en los brazos de su padre
Angelina, resopló y se subió al coche, esa noche aclararía unas cuántas cosas con Lucien Black, no le iba a permitir inmiscuirse en su vida
El resto del día, padre e hijo fueron de compras, se divirtieron mucho estando juntos, y por la noche Lucien, llevó de un restaurante cinco estrellas, una cena balanceada, carne y vegetales para ser precisos
De nuevo el CEO, leyó un cuento y arropó a su hijo para que durmiera, después salió de su habitación hacía la habitación de Angelina, sabía que ella lo estaba esperando, al entrar la encontró en sentada en un sillón bebiendo una copa de vino, ella se estaba relajando de un largo día de trabajo
— Ya estoy aquí, me di cuenta que quieres hablar conmigo, dilo, te escucho — el hombre no acostumbraba a irse por las ramas
— Tienes razón, debemos poner las cosas en claro con Lucien, creo que el está pensando que nosotros estamos o podemos estar juntos, debemos buscar la manera de hacerle entender que eso no pasará
— ¿Por qué? ¡¿por qué quieres ir a los brazos de Alejandro Maldonado?! — Lucien Black, estaba muy celoso, no sabía cuánto tiempo más se iba a poder contener, no soportaba ver a ese hombre rondando a su... a la madre de su hijo, ¡él muy ladrón quería conquistarla, seducirla, se la quería robar!
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