El joven amo Black, se quedó unos segundos sin responder a la declaración de amor de la bella, obsesionada y desquiciada mujer, no daba crédito a tan mórbido caso de enamoramiento, se preguntaba cómo Casandra Heart, creía amarlo si ni siquiera conocía nada de él, eso era lo más ilógico que había escuchado en su vida
— Casandra Heart, olvídate de eso que creés sentir por mí, ve a terapia, medicate, has algo que te ayude a salir de esta equivocación, entre nosotros no puede haber nada ni habrá nunca algo romántico, yo estoy enamorado de la madre de mi hijo, ella y solo ella será la señora Black... mi mujer, así que deja de perjudicar mis empresas por un capricho estúpido
— No, no puedo aceptar tu rechazo, ¿por qué tienes que ser tan cruel Lucien? puedes siquiera darte una oportunidad conmigo, si no funciona lo dejaremos así, ¿qué pierdes con intentar amarme? ¿no estás siendo demasiado obstinado? — Casandra Heart, estaba casi en las lágrimas
— Por favor no te humilles más, no vas a tener amor de mí, pero si sigues poniendo piedras en mi camina lo que puedes obtener es la muerte, te has olvidado que sigo siendo un Black, y tú Casandra, ya me colmaste la paciencia, si no te detienes no me culpes por aplastarte sin piedad
— ¡No te tengo miedo, jamás podrás conmigo! ¡si no eres para mí, no serás para nadie más, es mejor que antes de salir de aquí pienses muy bien tu decisión, por qué ya fuera no va a ser tan fácil que logres hacer que te acepte, tendrás que hincarte a mis pies para tal vez conseguirlo!
Lucien Black, se puso de pie para dirigirse hacía la salida, su decisión no iba a cambiar ni aunque Casandra Heart, lo amenazara, nunca la haría su esposa, ni su amante, ni su nada
—No tengo nada que pensar, espera mi respuesta, no creas que lo que has hecho en contra de mis empresas va a quedarse sin que lo pagues Casandra te haré....
El joven CEO, se quedó perplejo y sin voz en su garganta al ver entrar a un pequeño en traje de shorts y botines, con sus cabellos lacios peinados de lado, ese no era otro que el pequeño Lucien
— Señorita... ¡papá! el pequeño Lucien, le pidió a mamá que vinieramos a verte... señorita, a usted siempre le gusta estar semidesnuda, entonces ¿esta queriendo chantajear a mi padre? temo decirle que no se va a salir con la suya, mamá, viene a defender al padre de su pequeño Lucien
Angelina, entró al lujoso departamento, ella vestía de costosa ropa de marca, lucía hermosa y elegante, también tenía en su rostro un expresión que antes no había visto el empresario, la bella CEO, estaba celosa
— Buenos noches, espero no interrumpir nada importante, Lucien Black, tu hijo a querido venir a verte, es por eso que viajamos a los Estados Unidos, de paso me he enterado de que Casandra Heart, a estado acostándose con dos de tus clientes más importantes para perjudicarte, ella pretende acorrralarte para que aceptes ser su amante a cambio de convencer a esos dos clientes de comprarte de nuevo tu producto, ¡patético! ¿cierto?
Casandra, antes no habría metido las manos por el joven amo Black, pero dado que todo lo que logre en vida será la herencia su pequeño hijo, está vez voy a ayudarle, así que prepárate para recibir el contraataque, y por lo de conseguir volver tu amante a mi ex marido, te puedes ir olvidando de eso por qué a ese hombre lo quiero para mí, él solamente será de nuestros hijos y mío
— ¡¿Qué diablos pasó aquí?! ¿quién disparó? — Philips, entró de inmediato, recorrió la escena de un lado a otro y comprendió todo, habían disparo a Angelina, y se estaba desangrando
— ¡Philips, llama a la policía para que arresten a esa perra desquiciada, si trata de huir mátala, con eso me harías un gran favor, me llevaré a Angelina, al hospital!
— Lucien, llama a una ambulancia
— ¡No puedo esperar a que se me desangre mi mujer aquí, debo llevarla a atender lo más pronto posible! — el pequeño Lucien, ya estaba abrazado a su madre, el niño lloraba desconsolado
— Mamá, no te mueras, acuérdate que tienes que dar a luz a mi hermanito, no me puedes dejar al pequeñito Lucien, ya le compré un moisés al bebé que viene en camino, y no aceptan devoluciones por qué es personalizado... buuu... — lo había dicho, no era el momento pero él lo dijo, que su mamá estaba esperando un bebé
— Pequeño Lucien, esa era una sorpresa para papá, ¿ahora que vamos a hacer con ésto? Angelina tenía en sus manos un par de zapatitos de color amarillos que ella misma había tejido para su bebé, más ya no pudo decir nada más por qué cayó en un sueño profundo, uno del que no sabía si iba a regresar
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: CARIÑO VUELVE A MI LADO