— ¡Espera, espera! ¡¿cómo que ya viene?! ¡si todavía te falta una semana según las cuentas del doctor, el bebé se está adelantando! ¡no es su tiempo de nacer! — Lucien Black, estaba histérico
— ¡Ya lo sé! pero ya viene, ¿que quieres que haga? ¡¿qué lo regrese?! ¡si el bebé quiere nacer no nos va a pedir permiso! ¡toma la maleta y vamos al hospital, Lucien, no quiero tener a mi hijo o hija aquí! — si el padre estaba con los nervios de punta, Angelina, estaba mucho más, ella era la que iba a dar a luz a la criatura y sabía muy bien cuánto era lo que dolía el parto, era como bajar al infierno
— El joven y elegante CEO, parecía ser un novato, y es que realmente lo era, tenía a su pequeño Lucien, pero él no había estado en el su embarazo, ni en el parto, Angelina, no le permitió estar por como se había portado con ella, en su matrimonio, ella se había ido para no volver, pero ahora era totalmente diferente, ahora eran una pareja feliz que se amaba y se estaban dando la oportunidad de amarse después del divorcio
— Papá, ¿qué le pasa a mamá? ¿por qué de rica así la barriga? ¿el bebé se la está comiendo? ¡hay no, salvala papá, solo tengo una madre, no se la pueden comer! te lo dije, ese bebé no me da buena espina — acusaba el pequeño Lucien, con el dedo índice a su hermano
— ¡El bebé, ya va a nacer, es por eso que a mamá le duele, tenemos que ir al hospital para que el médico la revise, vamos Angelina, camina despacio! tu puedes mi amor, tienes que ser valiente
— ¡Valiente mis tetas, esto va a empezar a doler cada vez más, ya siento que los cólicos se me están arresiando cada vez más! ¡pero claro, como tú no vas a parir al bebé, es muy fácil para ti decirlo!
Así, entré los quejidos de dolor de Angelina, un Lucien Black, bastante nervioso y un pequeño Lucien, entre asustado y molesto con su hermano por hacer sufrir a su madre, la familia de tres y pronto se cuatro, llegó al hospital
El imponente CEO, bajó todavía vestido en un costoso traje a ayudar a su embarazada mujer a bajar del coche, Angelina tenía una pancita redondita y muy abajo ya, el bebé había bajado muy rápidamente
Pronto el personal médico, al ver a tan importantes CEOS, se apresuraron a atender a la embarazada, debían tener todas las precauciones necesarias, no debían cometer un solo error
— ¡Señor Black, debe pasar a vestirse para que pueda acompañar a la señora Black, durante el parto, por favor venga con nosotros! — pidieron los enfermeros
— Espere, primero voy a llamar a mi asistente para que cuide de mi hijo, después iré
— No se preocupe, no hay nadie más aquí, este piso es privado, no le pasara nada si espera aquí viendo la televisión
— ¿Quién dijo que temía por él? temo por el hospital, mi pequeño es capaz de incendiarlo, inundar o derrumbar este edificio, es por eso que necesito de mi asistente — los enfermeros aunque sorprendidos, no dijeron más, se retiraron a lo suyo
— Philips, te necesito en la clínica San Mateo, de inmediato, Angelina ya está por dar a luz y necesito que cuides del pequeño Lucien, mientras yo entro a la sala de partos
— Enseguida salgo para allá, Lucien, si quieres ve entrando que yo llego pronto a cuidar del pequeño demonio, haber si salgo vivo — se mofo el asistente
— Si saliste ileso del secuestro que perpetuaste, creo que también podrás con ésto — Ael CEO, le regresó la cortesía
— Aaashh, ya estoy en camino — se escuchó jugar a Philips, antes de que Black, le cortara la llamada
— Pequeño Lucien, papá irá adentro a acompañar a mami, necesito que seas bueno y te quedes aquí sentado viendo la televisión, Philips, llegará pronto a cuidarte
— El asistente de Lucien Black, se equivocó, no se debe andar por ahí secuestrando a la gente, eso está muy mal pequeño Lucien — dijo Jan Pierre, que iba llegando a la clínica, el travieso niño le había llamado del celular de su madre, Jan Pierre sabía que era muy probable que se encontrara con Philips, ahí, pero no pensaba dejar sola a su CEO y amiga
— No está mal si se hace por amor — refutó, Philips, el estaba enamorado y pensaba que cuando uno está en esa situación, las medidas desesperadas se valen
— papá, entró a acompañar a mamá por qué el bebé ya va a nacer, por fin voy a conocer a lo que lleva mamá en la barriga, pero.... ¿en dónde estará ese condenado pájaro? no lo veo por ningún lado y ya llevo largo rato buscándolo
—¿De qué pájaro hablas, pequeño Lucien? explícate — pidió el apuesto Jan Pierre
Philips, apenas podía quitarle la vista de encima, ese asistente si que era elegante sin proponérselo, él estaba loco por él, esperaba que se le pasara el enojo por el pequeño secuestro... y por la pequeña dosis de droga que le dió a beber, en ningún momento cruzó por su cabeza hacerle dañó
— Por supuesto que me refiero a la cigüeña, el pájaro que trae a los bebés, pero no le veo por ningún lado, ¡quiero atraparlo! — el niño hizo una señal con su puño cerrado
— ¿Acaso te quieres llenar de bebés? si atrapas a la cigüeña, no va a dejar de traerte un bebé tras otro, ¿qué harás? — Jan Pierre, le preguntó al niño
— No había pensado en eso, creo que lo mejor será que no atrape a esa ave, no quiero llenarme de hijos como la señora bigotes — dijo el pequeño Lucien, muy pensativo
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