CARIÑO VUELVE A MI LADO romance Capítulo 76

Philips, fue quién llevó en su auto a Jan Pierre y su ex novio al hospital, el hombre iba de un humor negro ya que el asistente ingles iba en la parte trasera del costoso auto sosteniendo a Marco, eso lo cabreaba muchísimo

No le gustaba que su gatito, aunque todavía no fuera suyo, tuviera contacto físico con el hombre, quería poder lanzar al tipo ese por la puerta y no verlo más

Una vez en urgencias, el enfermero les entregó una bata para que cambiaran al inconciente Marco

— Pónganse está bata al señor, por favor, enseguida vendrá el médico a atenderlo — fueran las palabras que el enfermero les dejó antes de irse a por unos medicamentos

Jan Pierre, la tomó y estaba ideando para quitar el costoso traje que su ex pareja llevaba puesto cuando escuchó a un molesto Philips, hablar con los dientes apretados

— ¿Qué carajos crees que haces? ¿pretendes desvestir a tu ex novio enfrente de mí? estás tentando demasiado a tu suerte sabes, tu no vas a hacer tal cosa

— Philips, no seas infantil, ¿qué no ves que Marco, está inconciente y que no puede desvestirse el mismo? necesita ayuda, déjame apurar que el médico ya viene a revisarlo

— ¡Dame acá esa bata, yo lo voy a desvestir y a ponerle este vestido, tú mantente alejado de él por lo menos en lo que estoy presente, no me hagas sacar mi lado salvaje!

Jan Pierre, tuvo que ver de lejesitos como el celoso de Philips, de mala gana cambió de ropa al CEO ingles, para cuándo el doctor vino el hombre ya estaba listo, no sabía que su asistente rival podía ser tan territorial

Esa noche Marco se quedó en observación, lo curaron y le pusieron medicina para el dolor, él por lo pronto dormiría toda la noche, Jan Pierre, le avisó a su asistente para que estuviera al pendiente, así que apenas llegó y pudo dejar a Marco, en buenas manos, se marchó junto con Philips

— Vamos, te voy a llevar a tu casa — Philips, seguía muy dolido pero no era como si fuera a dejar a Jan Pierre, tirado a media noche, lo llevaría a su residencia y después se iría a la suya, así que hablo muy poco de camino

— Llegamos, ¿quieres...quieres pasar por un café o una copa? — preguntó Jan Pierre, con un poco de timidez, temía que el enfadado hombre lo rechazara, había mal interpretado todo

— ¿Estás seguro? sabes que corres peligro conmigo cerca, sobre aviso no hay engaño

— Mientras yo no lo permita, no podrás hacerme nada, así que deja esas infulas de cazador, no te tengo miedo y se cuidarme muy bien yo solo, no por nada he viajado tanto por el mundo — Jan Pierre, de defendió

La nana, ya de había ido a su habitación, había estado acomodando un poco lo que destrozaron, eso se notaba, la señora era una santa

— ¿Una copa o café? — ofreció Jan

— Una copa por supuesto, ese vino que tienes ahí, es de una muy buena cosecha, lástima que de lo compartiste a él y no a mí — Philips, tambirileó los dedos en la cantinera de fina madera que Jan tenía cerca de su sala de estar

El asistente ingles no pudo decir nada más, Philips, atacó sus labios haciéndolo callar, era tan desesperado su beso que no tuvo más que corresponderle, solo que el cazador no se iba a conformar con eso, siguió besándolo, disfrutando de su sabor, desvistiendo lo con cuidado, pronto lo tuvo donde quería

La habitación de Jan Pierre, se llenó de jadeos y gemidos, Philips le hizo el amor a su chico tan salvaje y romántico como era él, lo había hecho suyo, ahora era su atractivo y adorable gatito, solo de él y hay de aquel que se lo tocara, nadie podía pasar poner sus manos en ese minino, les estaba prohibido a todos

A la mañana siguiente, el pequeño Lucien, se despertó por qué el llanto del bebé Angelo, llegó hasta su habitación, él y el señor bigotes estaba afuera de la puerta de los padres, abrió encontrándose con que estaban cambiando el pañal del bebé

— Papá, ¿qué le pasa al bebé? su llanto no me esta dejando dormir al pequeño Lucien, tampoco bigotes puede dormir, míralo papá, tienes los ojos rojos y desvelados, tu hijo nuevo es muy llorón

— Cariño, así son todos los bebés, lloran por qué no pueden hablar, es su manera de pedir lo que necesitan, cuando crezca ya no va a ser así — Angelina, intentó mediar, ella no se esperaba la respuesta del niño

— Entonces devuélvelo a la cigüeña y que te lo traiga cuando ya haya crecido y no llore por todo, no podemos vivir así, parecemos zombies — el pequeño Lucien, no era el ganador del premio a la paciencia, era directo y frío

— hijo, el bebé Angelo, es tu hermano pequeño, y nuestro hijo menor, es nuestra responsabilidad que crezca sano y cuidado, aunque llore por las noches o todo el día, ¿entiendes? él es un niño indefenso por ahora

— Asshh... vámonos bigotes, este problema va a llevar tiempo para resolverse, si sigue así nos iremos con los abuelos un tiempo — dijo el niño en voz baja al gato, pero sus padres pudieron escucharlos, ese niño era cosa seria

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