A Maira no le sorprendió recibir una llamada del Grupo Hernández, pero no esperaba tener noticias suyas tan pronto.
Al otro lado de la línea estaba Lucio, el Director de Proyectos al que había presentado el dibujo hoy mismo. Sonaba cortés cuando dijo:
-Señorita Sierra, el Director Hernández se encargará del proyecto de Bahía del Sol en persona. Ha visto su borrador y le gustaría reunirse con usted para discutir los detalles del proyecto.
Al escuchar eso, se quedó atónita. «El Grupo Hernández tiene numerosos proyectos, ¿cómo es posible que el Director se encargue del Proyecto Bahía del Sol?».
-Señor Lucio -comenzó, y luego hizo una pausa antes de continuar desde donde lo había dejado—. Gracias por su tiempo y consideración, Señor Lucio. Permítame devolverle el favor en nombre del Grupo Chávez.
En el momento en que el Señor Lucio escuchó su respuesta, se preocupó de que pudiera haberla confundido y contestó enseguida:
-No es necesario. El Señor Calderón me dijo por casualidad que el Director Hernández estaría libre esta noche. No deje escapar esta oportunidad, Señorita Sierra.
El Proyecto Bahía del Sol estaba bajo la supervisión del Grupo Hernández y era un tema de gran interés desde principios de año. Dado que el Grupo Chávez sólo había entrado en el sector inmobiliario hace dos años, conseguir un proyecto de esa envergadura diría mucho de sus logros.
Con esto en mente, Maira acordó reunirse con el Director en el Hotel RitzCarlton más tarde esa noche para que pudieran discutir el diseño que había presentado antes de terminar la llamada.
Tania estaba ocupada con sus propios deberes tras volver a la oficina y Elsa estaba desaparecida por completo desde el mediodía. Maira había intentado llamar a Elsa, pero fue en vano. Al final se dio por vencida y agarró la
carpeta de diseños antes de dirigirse al estacionamiento.
Lucio ya la estaba esperando cuando llegó al RitzCarlton aquella noche. La sonrisa en el rostro de Lucio parecía demasiado alegre para su comodidad cuando la saludó:
-Buenas noches, Señorita Sierra. El Director Hernández ya la espera en el comedor privado. Sígame, por favor.
—Siento mucho llegar tarde -respondió Maira mientras se apresuraba a seguirlo.
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