¡Zum! Cuando Rosa Sangrienta caminó hacia el trono rosa imperial, reinaba un silencio sepulcral en toda la barra de abajo. Todos los ojos estaban puestos en ella. Era la primera vez que su rostro manifestaba horror y miedo; como si hubiera visto algo terrible.
Ruidos de una discusión agitada resonaban en el bar. Pero eso no era todo.
¡Zum! ¡Zum! ¡Zum! Uno tras otro, varios hombres corpulentos en traje aparecieron de improvisto afuera de la multitud. En un abrir y cerrar de ojos, se habían movido al frente de Rosa Sangrienta. ¡Eran como diez personas! Vestían colores oscuros, lo que les daba una apariencia siniestra; como si fueran un grupo aterrador de mafiosos en traje.
-¿Qué pasó, señorita Rosa Sangrienta?
El líder de esos hombres tenía caderas fuertes como un oso y un torso tan flexible como el de un tigre. Su cuerpo estaba muy trabajado, lo que le daba cierto aire de ferocidad. Era Tigre Negro, el campeón número uno que trabajaba para Rosa Sangrienta. Un campeón de boxeo clandestino solemne, conocido por su crueldad. En ese momento, la música del bar desapareció. Estaba tan silencioso como una tumba y todos los ojos estaban puestos en el rostro de Rosa Sangrienta.
¡Horrorizada! ¡Confundida! Definitivamente, era la primera vez que todos veían la expresión perturbada de Rosa Sangrienta.
-¡Apresúrate! ¡Vacía el club! ¡El jefe está aquí!
«¿Qué?» Al escuchar las palabras de Rosa Sangrienta, todos, desde Tigre Negro hasta los clientes que se encontraban alrededor, quedaron estupefactos, «¿jefe?» Nadie podía imaginar a alguien que mereciera ser llamado jefe por la solemne Rosa Sangrienta.
¡Zum! En un segundo, toda la clientela del primer piso se alborotó. Uno a uno, fueron reaccionando con asombro. Sin embargo, no había terminado. De inmediato, Rosa Sangrienta dijo:
-Tigre Negro, ¡envía a alguien que vigile el salón privado n°808! ¡Está estrictamente prohibido molestar al jefe!
«¡Ochocientos ocho!» Al escuchar esto, uno a uno miró el salón privado del segundo piso; todos estaban conmocionados. Sabían que quien había entrado al salón privado debía ser alguien importante, con el poder de sacudir la ciudad de Jiang.
Por el contrario, nadie adentro del salón privado n°808 tenía ¡dea de lo que estaba ocurriendo afuera. Se notaba el menosprecio y desprecio que todos le tenían a Lin Fan.
—¡Mierda! ¿Así que ese es el esposo de la hermosa Bai Vi? Dios, sinceramente, es como una flor atrapada en un campo de estiércol de vaca. Pero aún peor, porque ese estiércol ni siquiera es uno fresco.
—Exactamente. Tan solo míralo. ¿Qué clase atuendo desgastado tiene puesto? Es bochornoso.
El eco de los comentarios podía escucharse afuera del salón privado. Una docena de ex compañeros de Bai Vi se estaban burlando y riendo a cuestas de Lin Fan. Lo que era peor era que, aunque esta gente hablara en voz baja, todo lo que decían podía escucharse claramente. Era como Lin Fan se hubiera convertido en un chiste del que todos podían reírse en ese momento.
Al ver esta escena, Wen Quian no pudo evitar sonreír, mientras disfrutaba de su desgracia. Ella había aconsejado hace mucho no traer a este vándalo inútil. ¿Lo entendían ahora?
«Vergonzoso, ¿no es así? ¿Te sientes avergonzado?»
¡Eh!
Al pensar en esto, Wen Qian rápidamente saludó con la mano, aplacando las bromas y el desprecio de todos; y dijo a sus antiguos compañeros presentes ahí:
-Déjenme presentarles a Lin Fan, el marido de Bai Vi, la diosa más hermosa del campus.
¡Bum! Tan rápido como las palabras salieron de su boca, empezaron a emerger sonidos de gente abucheando y burlándose adentro del salón privado.
Y eso no era todo, Wen Qian continuó hablando con una expresión placentera:
-Además, cuando se dirigían hacia aquí, ¡presenciaron un accidente automovilístico! El coche involucrado era un Lamborghini que pertenecía a Xu Zhiheng, el joven amo de Tianlong Group, y Zhang lian, el único hijo del director. ¡Y el responsable de todo esto no fue más ni menos que Lin Fan!
«¡¡¡Qué!!!» Todos quedaron atónitos al escuchar las palabas de Wen Qian.
«El coche accidentado era el de Xu Ziheng and Zhang Tian.»
«Por dios. ¿Quién no conocía acaso a esos dos jóvenes infames?»
«Y este vándalo inútil, no solo había cometido un crimen, sino que también se había pavoneado todo el camino hasta esta reunión. ¿Quería ponerlos a todos en peligro?»
En un segundo comenzaron a surgir sonidos de descontento y regaño entre los presentes. Todos observaban a Lin Fan como si fuera un bufón, la atmósfera se estaba agitando.
—Wen Qian, tú...
El bello rostro de Bai Vi se había puesto tan pálido como una hoja. Justo antes de ingresar al salón, le había contado sobre el accidente. En un principio, había pretendido que Wen Qian la ayudara a resolver ese problema. Pero nunca se imaginó que, en un abrir y cerrar de ojos, su mejor amiga se lo contaría a todos los presentes.
Wen Qin no mostraba ni una pizca de culpa, todo lo contrario, se agarró de Bai Vi y dijo en tono consolador:
-No te preocupes, Bai Vi. Nuestro monitor, Lin Guangyao, es el gerente de departamento de Tianlong Group; y tiene una relación muy cercana con el joven amo Xu Ziheng. Todo va a salir bien; siempre y cuando él hable en tu nombre. -Mientras hablaba, no pudo evitar mirar hacia el apuesto hombre con lentes dorados—: ¿No es así, monitor?
Sus padres los llamaban cada diez minutos y en cada vez que Juan lo hacían, los regañaban ferozmente; ambos se estaban volviendo locos.
-¡Maldita sea! ¿Qué clase de aterrador historial tiene este señor Lin? ¿Cómo puede ser que preocupe tanto a mi
padre? -El rostro de Xu Ziheng palideció de miedo.
¡Su padre lo había dejado claro! Si no era perdonado por Lin Fan, lo expulsarían de la familia. Su padre rompería todo vínculo que tuviera con él y terminaría reducido en un niño abandonado por su familia adinerada. Y no era solo su caso. Zhang lian, quien estaba a su lado, estaba al borde de las lágrimas. Miró a Xu Ziheng con desesperación.
-¡Ziheng! ¿Qué haremos ahora? Mi padre dejó claro que, si no obteníamos el perdón del señor Lin, me matará. ¡Te digo la verdad!
¡Miedo! Zhang lian nunca antes en su vida había visto a su padre comportarse tan fuera de control. Tenía la corazonada de que realmente moriría si Lin Fan no lo perdonaba.
Al oír esto, Xu Ziheng, que estaba a su lado, comenzó a sentir que el cuero cabelludo se le entumecía. ¡Y justo cuando estaba por consolar a Zhang lian!
¡Riiin, riiin! Le llegó un mensaje de texto.
—¡Maldición! ¡Qué bastardo insensible! ¿No podrían llamar si tuvieran novedades? ¿Qué sentido tiene enviar un mensaje de texto? -La furia de Xu Ziheng ardía cada vez más. Siguió maldiciendo, mientras agarraba el móvil.
Tan pronto como pronunció estas palabras, una cantidad incontable de coches arrancaron haciendo un rugido ensordecedor. Inmediatamente leyó el mensaje de Lin Guangyao.
«Este bastardo de Lin. ¿Cómo se atreve a enviarme un mensaje de texto en este momento? Si no es algo importante ¡juro que voy a despellejarlo vivo.»
«Joven amo: ese tal Lin está en el salón privado número ochocientos ocho en el Club Golden Age. ¡Venga rápido!»
¡Bum! El cuerpo de Xu Ziheng comenzó a temblar violentamente cuando leyó el mensaje. Inmediatamente después, una euforia descontrolada se apoderó de él.
—¡Lo encontré! —Su voz temblaba como si hubiera encontrado un tesoro precioso. Su entusiasmo era sin igual. En ese momento, agarró a Zhang Tian y corrió hacia el coche—. ¡Apresúrense! —llamó a todos—. Avisen que el señor Lin se encuentra en el Club Golden Age.
-¡Maldita sea! Ordénales que me escolten para implorar su perdón. ¡Apresúrate!
¡Zum!
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