CEO: Matrimonio arreglado romance Capítulo 18

Narra Liam.

La sensación de mi polla dentro del culo de Katherine y la vibración distante del juguete en su coño hicieron que mi placer se disparara. Se necesitó cada gramo de autocontrol para no salir de inmediato, especialmente al ver el rostro de ella en el espejo. Sus labios estaban rojos por chuparme y su cara estaba sonrojada. Con cada empuje de mi polla, se balanceaba hacia adelante, sus dedos se clavaban en el mostrador de mármol. Tenía los labios entreabiertos y cada gemido era una dulce melodía en mis oídos. Acaricié su garganta, luego eché su cabeza hacia atrás para darle otro beso profundo, deteniéndome un momento para saborear realmente el momento de estar enterrada completamente dentro de ella. El zumbido del vibrador se mezcló con nuestro jadeo. Las pestañas de Katherine se agitaron antes de que sus ojos se abrieran, mirándome directamente. Se arqueó bajo otro orgasmo y yo tampoco pude contenerme. Con un escalofrío, entré dentro de ella. Mi visión se volvió negra por un momento, y apenas podía respirar por la intensidad. Dejé que mi frente se hundiera en el cuello de ella inhalando su dulce aroma. Ella se suavizó debajo de mí y pasé las yemas de mis dedos por su garganta, sintiendo su pulso acelerado.

—Eso fue intensó— admití, mí voz era ronca.

—El control remoto—susurró mí esposa. Busqué a tientas mí celular y apagué las vibraciones. Seguimos conectados, y cuando abrí los ojos, ella sonrió exhausta. Su cabello estaba pegado  a su  frente, su cara estaba roja, sus labios hinchados. Sonreí y la tomé de la cintura.

—Joder, es hermosa, Señora Brown. Te amo—le dije con todo el amor que sentía por ella.

Ella se  sorprendió por mis palabras, era la primera vez que se lo decía. Ya no podía ocultar más mis sentimientos por ella, estos meses han sido maravillosos y esperaba pasar muchos años más con Katherine.

—Yo también te amo—respondió sin vacilar, en ese momento la bese.

Luego nos refrescamos un poco y nos acomodamos la ropa. Me dio una mirada tímida y abrió la puerta, asomando la cabeza, después  la abrió por completo y salió apresuradamente. Sonreí con satisfacción ante su obvia preocupación de ser atrapada y la seguí unos pasos, dándole tiempo para entrar sola al salón.

Dylan me hizo un gesto con la mano y me entregó una bebida.

—Te ves jodidamente delirante—me dijo imaginándose que habíamos hecho.

Sonreí ante sus palabras.

—No delirante, solo contento— respondí quizás por primera vez en mi vida, me sentí muy feliz.

Me lanzó una mirada inquisitiva.

—Te dije que casarte con ella tendría efectos positivos a largo plazo. Una mujer más joven siempre hace que tu sangre bombee —mencionó.

—Al parecer Cinthia  también hace que tu sangre bombee—contraataque, él simplemente sonrío.

Mis ojos se lanzaron a través del salón hacia donde Katherine estaba hablando con mí hermana y Cinthia. Cuando ella sintió  mi mirada, me dio una de esas sonrisas secretas que solo ambos conocíamos. La amaba locamente, ella era perfecta para mí.

 

 

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