(COMPLETA) Cuéntale que me Amas romance Capítulo 42

La brisa de la primavera se colaba por la ventana del cuarto. Todo estaba preparado, la iglesia, la fiesta, los invitados, un enorme pastel de bodas y el vestido de novias. Emma también estaba preparada, pero sin perder oportunidad tomó el vestido, se lo colocó al frente de ella y se miró al espejo. Por detrás se reflejó la silueta del hombre que amaba, alto y rubio, con su tez clara pero con un leve rubor, sus ojos azul verdoso era lo más hermoso que había visto en su vida, y podía disfrutarlo todos los días. Ataviado con un traje de etiqueta parecía un modelo internacional.

-Que pasa mi princesa, acaso tu también quieres casarte?- Le dijo Kevin en su oído, besando su cuello dulcemente.

-Quizá más adelante. No es necesario esperar a que termine la universidad o si?- Dijo Emma mirándolo por el espejo.

-Si por mi fuera ya te habría hecho mi esposa, y ya tendríamos uno o dos hijos.- Le dijo muy serio.

-De verdad? Me encantaría complacerte. A veces soy yo la que tiene miedo de que te canses de esperarme y empieces a encontrarte con otras mujeres a mis espaldas. O peor aún, que dejes de quererme.-

-Ni se te ocurra siquiera pensarlo. Tu eres lo más importante en mi mundo, vivo por ti Emma, me ha costado una buena paliza tenerte conmigo, y créeme que por nada del mundo te dejaría. No me importara esperar un par de años mas, quizá a nuestros hijos les importe en el futuro, ya que tendrán un padre que parecerá un anciano.- Dijo kevin riendo burlonamente.

-Serás el esposo y el padre mas maduro y sexy, por lo menos para mi.- Dijo Emma riendo y dándose la vuelta para que pudiera verla mejor.

- Te queda perfecto. Seras la novia más hermosa del mundo mi amor.-

-Algún día. . .- Dijo Emma melancólicamente.

Hacia ya un año y siete meses que vivían juntos y en dos meses cumplirían su primer aniversario de novios, y seguían tan enamorados como el primer día. Tenían muchos proyectos, pero la mayoría de ellos, eran solo para realizarse después de que Emma terminara la universidad. Afortunadamente le estaba yendo de maravilla, e incluso Milena y Alan, terminaron estudiando con Kevin.

Muchas veces habían hablado de casamiento, de hijos, de viajes, hasta de una casa nueva, pero todo eso vendría mucho mas adelante.

MELODY marchaba a la perfección, y mas aún cuando habían incorporado Fast Food y Heladeria. Era uno de los lugares mas populares del centro. Tanta era la demanda de clientes que Kevin tenía pensado ampliar el lugar.

Ese día de primavera, no era uno cualquiera, quizá era el día mas importante para todos. En la capilla de Valle Verde, se celebraría la boda de Kary y Danny. Quienes aun seguían viviendo en España, pero después del nacimiento de su hijo Julian, habían decidido casarse. El pequeño, tenía tres meses de vida, y era tan hermoso como su papá, Danny sin duda resulto ser el padre más protector y cariñoso de la tierra. Malcriaba todo el tiempo al niño y hacía oídos sordos cuando kary lo regañaba para que no lo tuviera tanto tiempo en brazos, ya que el pequeño, se mal acostumbraba y luego era ella quien debía soportar sus llantos y caprichos.

Eran una familia envidiable, después del embarazo de Julian, Kary estaba decidida a darle un hermanito lo antes posible, el tema de la edad a veces le afectaba, ya que se sentía muy mayor para tener hijos. Pero deseaba con todo su corazón, ser madre nuevamente. Emma era la tía mas melosa del mundo, era la segunda en consentir al pequeño, ya que no solo era su primer sobrino, sino que también su ahijado. Kevin la veía con ternura cuando ella estaba con su sobrino. Y esa imagen le inspiraba deseos de ser padre, de tener una familia con Emma.

Unos golpecitos en la puerta de la habitación rompió el clima romántico y melancólico entre Kevin y Emma.

-Perdon por interrumpir, es que debo vestirme, o me matarán si llego tarde a la iglesia.- Dijo Kary algo acelerada.

Volvía de amamantar a su pequeño hijo. quien se había dormido profundamente.

- Oh Emma, te ves tan bellisíma, creo que mi vestido, no opacará al tuyo.- dijo riendo.

Emma sería la madrina de la ceremonia y llevaba un vestido largo, color lavanda, con el corcet blanco adornado con delicadas piedras lavanda en la delantera del mismo. Se veía realmente Hermosa. Y Kevin se lo había dicho repetidas veces.

-Dame a Julian, lo llevaré al otro cuarto para que puedas terminar de arreglarte, llamaré a mi tía para que venga a ayudarte.-

-Estoy tan nerviosa. Era el momento que espere toda mi vida, desde niña.- Dijo Kary con cara de pánico.

-No te preocupes, todo saldrá bien. Hoy es tu día, disfrútalo, y por Julian no te preocupes, te molestaremos solo cuando tenga hambre.- Le dijo Kevin acercándose para darle un fuerte abrazo.

-Gracias chicos, los quiero con todo mi corazón.-

Por la puerta se asomó Danny y los vio a todos reunidos.

-Que esta pasando? Kary date prisa en una hora debemos estar en la iglesia. Y mi gordito se ha quedado dormido?- Dijo casi en un susurro acercándose a su hijo para darle y beso.

Kevin miro a Danny, a Kary y por ultimo a Emma, quien llevaba en brazos al bebé.

-Piensen de mi lo que quieran chicos, pero en este momento, soy la persona mas dichosa, la mas feliz. Por que los tengo a ustedes. Conservar una amistad como la nuestra no es fácil, sin embargo aquí estamos, nos hemos venido grandes todos juntos, y eso me hace feliz. Les deseo toda la felicidad del mundo.-

- Gracias amigo. Lo mismo deseamos para ustedes, espero que sean los próximos en casarse.-

Dijo Danny con una picara sonrisa y luego miró a su hermana.

- Emma cuando veas a un joven guapo y sexy que quiera estar contigo, cierra los ojos y piensa en este idiota que te ama con locura. No aceptaré otra persona como cuñado, mas que a kevin, Así que por favor termina tus estudios y dale algún hijo antes que lo arrebate la vejez.- y rió a carcajadas.

-Oh muchas gracias por tus dulces deseos. Eres tan sincero. Tú no cantes victoria. También te estás viniendo viejo- Le respondió Kevin a su amigo.

- Ven conmigo Emma.- La tomó de la mano y caminaron el tramo hasta la entrada de la estancia. Ya afuera a unos metros del portón de entrada se detuvieron.

-Que pasa, por que me traes afuera?-

-Tengo algo que pedirte.- Kevin se puso frente a ella y acomodó algunos mechones de cabello detrás de su oreja, bajó su mano hacia su mentón para poner su boca en posición para recibir un tierno beso en los labios. Emma no dudo en abrazarlo y besarlo con mas pasión. Cuando el beso llegó a su fin, Kevin apoyó una rodilla en el suelo tomo su mano y le dijo.

-Emma, quizá sea muy pronto para pedírtelo, pero quiero saber si te casarías conmigo? No ahora, por supuesto, mas adelante. Pero me harías el honor de ser mi esposa?-

Emma soltó un grito de satisfacción, seguido de lágrimas y se arrodilló en el suelo con él. Más lágrimas emanaban de sus ojos y aún no podía responder, sólo se abrazó a él.

-Deja de llorar y responde de una vez, o me harás morir de impaciencia.-Dijo Kevin sabiendo que esas lágrimas eran positivas.

Emma movió su cabeza de arriba hacía abajo, asintiendo a su propuesta.

-Si amor, claro que acepto. He deseado este día, mucho más que cualquier otra mujer. Kevin quiero ser tu esposa. Quiero darte todo lo que hemos proyectado hasta ahora.- Dijo Emma con evidente satisfacción.

-Ven acá mi pequeña.- Kevin se puso de pie, y la levantó sin esfuerzo, Tomó su mano y le entregó pequeña una cajita de terciopelo roja. Cuando Emma la abrió, allí descansaban dos alianzas de plata, con una pequeña cadenilla de oro alrededor. Kevin sonrió y acariciando su mejilla le dijo.

-No cambias más, sigues siendo la misma llorona de siempre.-

-No es momento para encontrar mis defectos. No vas estropear el momento con tus comentarios ácidos mi Sr. Limón.-

-Te amo Emma. Espero que sigas a mi lado siempre.-

-Supongo que te torturaré lo que me reste de vida.-

Se abrazó aún más fuerte a ese hombre que conocía hace mucho tiempo, pero no conocía nada a la vez. Se enamoró perdidamente, y aunque el miedo y las dificultades habían amenazado, sin darse cuenta se habían propuesto superar todos los obstáculos. No eran la pareja perfecta. Pero se amaban intensamente y sólo eso valía para ellos. Un amor sin reglas, un amor sin diferencias. Eran felices así, la vida los había golpeado, pero la recompensa había logrado opacar los recuerdos tristes y sanar las heridas del pasado.

FIN

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETA) Cuéntale que me Amas