El domingo a las seis de la mañana, la alarma del celular de Emma sonó con furia. Somnolienta se levantó y se duchó para espabilar el sueño.
Se vistió simple con un pantalón de Jean corto, una remera que apenas se hacia visible la parte inferior de su abdomen y sus zapatillas blancas. Fue a la cocina, se preparó una chocolatada fría y preparó café para cuando Danny y Kary se despertaran.
Repasó la cocina para dejar todo en orden. Limpió su cuarto, el comedor y barrió la entrada de la casa y la vereda.
Si bien la casa no era grande, allí habían vivido toda su vida. Absolutamente toda la limpieza de la casa dependía de Emma, obsesiva hasta la médula por el orden. Ella era la encargada de la limpieza y la cocina, sólo cuando Kary estába en la casa era la que se dedicaba a cocinar que Generalmente era a la noche, Danniel y Kary salían de trabajar a la tarde y volvían los dos a casa. Y las veces que Kary se iba a su casa, donde vivía con sus padres, eran los días en que Danny optaba por emborracharse y apostar. Volvía casi al amanecer se bañaba y volvía a irse a trabajar.
Cuando Emma decidió hablarlo con Kary había tenido miedo de que lo dejará, que terminará con él, era complicado lidiar con una persona con dos vicios juntos. Más aún, Kary tenía sus propios problemas, sus padres eran personas mayores y no le gustaba dejarlos solos, sin embargo ella decidió ayudarlo en vez de darle la espalda y por decisión de los padres de Kary, es que pasa más tiempo en casa de Emma y Danny, que en su propia casa.
Los padres de Kary, Thomas y Elisa, siempre fueron bondadosos y comprensivos a su situación.
Ambos hermanos habían perdido a su madre de una enfermedad que la fue consumiendo poco a poco, y los niños habían sufrido emocional y físicamente, ya que su padre se había mostrado distante y de un día para el otro se dedicó a beber. Sus hijos y su esposa dejaron de importarle y un día, a las pocas semanas de la muerte de su esposa, llegó totalmente borracho, tomó sus cosas y se largó sin decir nada, dejando a Danny, con sólo diecisiete años, con una enorme carga en sus hombros, su hermanita que a penas tenía cinco años.
Durante ese año Danny hizo lo imposible para mantener una vida normal, pero el desgaste físico por el estudio y el trabajo se estaba notando.
Los padres de Kary cuidaban de Emma o la misma Kary se hacía cargo cuando ellos no podían, mientras que Kevin siempre estuvo pendiente de ellos económicamente. Así pasó el tiempo y la amistad entre Kary y Danny fue tan intensa que se enamoraron, ya no podían estar separados.
Pero un año después, Danny había llamado a unos parientes para pedirles que le prestarán algo de dinero. Y estos no sólo le dijeron que no, sino que enviaron a un asistente social de protección al menor para que solucionará el problema enviándolos a un internado.
El juez se levantó, lo miro una vez más y le sonrió. Con eso bastó.
A Danny le dieron exactamente seis meses para terminar el secundario y conseguir trabajo. Tener la casa y a Emma en condiciones que avalen el esfuerzo por ganar la patria potestad.
Y así fue, Danny empezó a trabajar dos semanas después, terminó el secundario. Emma había empezado el primer año de primaria y se la veía muy feliz.
Sin duda Danny había hecho un gran trabajo, un gran esfuerzo y para Emma su hermano era su héroe, era lo más valioso que tenía. Con los ojos vendados aceptaría cualquier cosa que Danny le dijera que hiciera.
Pensó distraída.
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