El sonido de un mensaje de Luca en el celular, sacó a Emma de sus pensamientos.
_[buen día princesa, salimos al mediodía?]
_[buen día. Hoy no voy a poder. Iré con un profesor particular a estudiar!]
_[hoy domingo? que clase de profesor es?]
_[conocido de mi hermano]
Emma no tuvo agallas para decirle que era Kevin, Luca lo conocía sólo por nombre. y las veces en las que podrían haberse cruzado, Kevin llegaba tan tarde que nunca tuvieron tiempo de conocerse.
_[ok. cuando termines, avísame. quizá pueda ir a buscarte] Respondió Luca.
_[Está bien. te aviso]
Con un suspiro de alivio Emma guardo su celular en la mochila donde tenía sus apuntes y los exámenes. Volvió a respirar hondo para cargar energía y salió de su casa. Tomó el colectivo a tres cuadras de su casa y tenía exactamente quince minutos de viaje. La casa de Kevin estaba a sólo diez calles de la universidad de medicina y a doce calles de MELODY.
Cuando llegó al frente del imponente edificio, se quedó admirandolo desde la calle de frente. Allí había un parque con un pequeño espacio de juegos para niños. Boquiabierta pensó lo lindo que sería vivir frente a un parque y en un departamento como ese. Recordó que tenía que llevar algo para desayunar así que fue a una confiteria casi en la esquina, compró unas masas dulces surtidas. La chica que la atendió la miraba fijamente, como si la conociera de algún lado, pero no dijo nada.
El edificio tenía una entrada con columnas y pisos de mármol gris, puertas de vidrio con sus cerrajes de bronce y un guardia de seguridad bastante alto y de piel morena. Adentro era todo espejos, dos ascensores y un recepcionista. Cuando llegó a la puerta de entrada, el guardia le pregunto a donde se dirigía.
- Voy al tercer piso, soy amiga de Kevin.- Contesto Emma con toda calma y el guardia la miro entornando los ojos.
pensó que sería muy irrespetuosa si no llamaba primero, así que tocó timbre una vez, como no tuvo respuesta volvió a tocar, está vez más larga, pero nada. Tocó tres veces seguido, contó hasta diez y abrió la puerta.
Cuando entró, se sorprendió de tal forma que no podía cerrar la boca, ni la puerta a sus espaldas. Simplemente se quedó en el umbral disfrutando la vista.
ciertamente una casa maravillosa, enorme, bastante lujosa. Pero tenía tierra de hace meses, el desorden le daba a la casa un aspecto deplorable. Había ropa, zapatos, platos y vasos sin lavar, botellas medio vacías. envases de comida instantánea, y esto era sólo en la sala de estar y parte del comedor, ni siquiera había visto la cocina.
Con toda las energías al máximo. Emma se sintió ansiosa y expectante, era casi como un reto. Mantener orden y limpieza era lo segundo que hacía luego de levantarse de la cama.
Pero lo que más le llamó la atención, es que no había señales de Kevin, así que levantó los hombros distraídamente, importándole poco si aparecía o no.
-Manos a la obra!!!- Soltó con animo para comenzar.
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