(COMPLETO) ¿Enemigos o amantes? romance Capítulo 13

Cuando me alejé de él trate de no mirar hacia atrás, sentía su mirada en mi cuerpo a medida que caminaba, por ello no quería mirar hacia atrás para no darle demasiada importancia, pero lo hice y efectivamente él me estaba observando, se llevó una mano hasta su cabello y me sonrió antes de irse por el otro lado, dejé escapar unas risitas sintiéndome muy raro, sabía que esto no sería normal, sabía que éramos demasiado diferentes, pero quiero dejar de sentirme triste, yo quiero intentarlo, quiero intentar confiar en una persona como Nathan, quiero sentir otra vez lo que es enamorarse y creo que no hay mejor persona que él, de todas formas fue él quien se llevó mi cordura aquella noche y ahora no sé cómo volver a sentirme como antes, mi cuerpo lo extraña más de lo que yo mismo puedo darme cuenta.

Lo malo de tener una cita es que por norma general debes buscar la ropa que mejor te sienta, debo buscar un atuendo que sea acordé a la situación, aunque no sé a dónde iremos por ello no sé qué ponerme, tengo un vestidor repleto de ropa y cientos de zapatos que podrían hacerme lucir bien, pero no sé si será suficiente como para lucir atractivo esta noche, quiero que hoy me vea con mi mejor atuendo para que de esa forma no pueda despegar su vista de mí, no sé cuánto tiempo durará esto por ello quiero aprovechar cada segundo; al final me decidí por una polera blanca y encima me puse una chaqueta de un color claro, de pantalones me puse unos nuevos que me había comprado hace poco por ello creí que era una buena situación para estrenarlo, era un Jean rasgado de color azul, bueno, azul claro, en mis pies me puse unas zapatillas blancas que me hacían combinar todo, me veía muy bien o al menor eso creí, no sabía si había escogido el outfit adecuado, mas, no tenía tiempo para seguir perdiéndolo en mi vestidor, de todas formas faltaban tres minutos para las ocho, no sé qué tan puntual será Nathan, pero yo estoy lo suficientemente nervioso como para verlo tan pronto.

Me perfumé, tomé mis llaves y bajé hasta el salón donde se encontraban mis padres hablando sobre una noticia que habían escuchado en el trabajo, cuando aparecí ellos me miraron de pies a cabeza, me sentí nervioso cuando me miraron por completo, pero dijeron "Te ves muy bien, ¿A dónde vas?" por lo que con una sonrisa respondí "a una cita" mi madre miró a mi padre y sonrió continuando con las preguntas, mis padres querían saberlo todo, como donde, cuando y con quién. No tuve tiempo de responderle a todo, de todas formas, el timbre sonó interrumpiendo nuestra charla, cuando vi a lo lejos de quien se trataba sonreí al instante tras verlo entrar a mi casa gracias a que una sirvienta le abrió la puerta, mis padres se asomaron a mirar quién era por ello me vi en la obligación de acercarme rápidamente antes de que ellos nos retrasaran con sus preguntas de padres curiosos.

–¿Alguna hora límite que deba recordar para devolvérselo? –les preguntó Nathan a mis padres.

–No te preocupes por la hora, sólo diviértanse– dijo mi padre.

–Gracias– dijo Nathan viéndome.

No había hora límite, teníamos toda la noche para disfrutar de nuestra primera cita, aunque cabe mencionar que se veía guapísimo, además su polera combinaba con la mía al ser del mismo color, aunque su chaqueta era negra y sus pantalones rasgados eran mucho más oscuros que los míos.

Por supuesto que viajaríamos en mi auto, de todas formas, él no tenía auto ni nada parecido, no me molestaba la idea, aunque le cedí mis llaves para que él condujera hasta el lugar donde piensa llevarme, aunque yo era capaz de conformarme hasta con salir a ver una simple película.

Claro que no me llevó a un centro comercial, más bien me llevó hasta una feria donde podía ver la enorme noria desde lejos, tenía muchas ganas de subirme cuando encontramos un lugar donde estacionar mi auto, el único lugar disponible era cerca de unos árboles gigantes que daban la bienvenida a un pequeño bosque que a estas horas daba un poco de miedo al sólo haber oscuridad, pero claro, nosotros íbamos hacia la luz por ende me sentía mucho más relajado, aún más cuando su mano se acercó a la mía y enredó sus dedos con los míos, en ese momento agradecí que todo estuviera un poco más oscuro, ya que con más luz se me habría vuelto imposible ocultar mi sonrojo; las estrellas brillaban con intensidad, de seguro desde la noria podríamos ver mejor el cielo y con menos gente a nuestro alrededor, no obstante, primero jugamos todos los otros juegos dejando la noria para el final, de vez en cuanto competíamos entre nosotros de manera amistosa o directamente cuando perdíamos picábamos al otro para presumir una victoria, pero todo era con humor, ninguno de los dos nos enojábamos por ver las burlas del otro.

Estaba siendo tan divertido, me reía mucho con él y eso era lo más importante para mí en ese momento, reírme con él, ya sea de sus chistes o de las cosas que nos pasaban, por ejemplo, cuando sin querer le botó el algodón de azúcar a un niño, yo no podía dejar de reír tras Nathan ponerse muy nervioso al oír los llantos del niño, pero como recompensa le compró dos y le regaló un juguete que ganó al jugar con las armas, el niño se fue con su madre feliz y Nathan dejó de sentirse culpable, pero yo no podía dejar de reír, su cara había sido tan cómica que cada vez que la recordaba me entraban ganas de reír. Por suerte yo solamente me perdí, Nathan se reía, pero lo mío era menos gracioso comparado a lo que le pasó a él, ya que la pasé muy mal al no saber dónde estaba parado.

Nathan fue quien me encontró, me abrazó por la espalda y susurró en mi oído un "Te encontré" para seguido caminar en aquella posición, estábamos siendo muy románticos o esa sensación tenía, pero no podía quejarme, me gustaba ser envuelto por sus brazos mientras caminaba en medio de la gente. Cuando nos subimos a la noria Nathan me compró un algodón de azúcar de color celeste, nos subimos en aquel "cubículo" y nos sentamos frente al otro viendo la ciudad desde aquella altura, se veía realmente bien todo desde aquí, además que la noche estaba preciosa.

Era todo muy lindo...