COMPRADA POR EL JEQUE (COMPLETA) romance Capítulo 41

¿Alguna vez has oído hablar de las arenas movedizas?

¿Cuanto más te mueves, te hundes?

Así me sentía, "saliendo" con Kalil, teniendo un contrato y embarazada de Rajj.

Esa era la locura en la que se había convertido mi vida.

Dos hombres, asquerosamente ricos y que podrían ayudarme o matarme.

Kalil ha sido un buen hombre, él y Mary e incluso el jeque eran buenas personas.

Pero entonces vino la pregunta?

¿Aceptaré la ayuda de Kalil?

Ya nos había aceptado a mí ya mi hijo.

Pero sé que si me lo quedo, todos pensarán que mi hijo con Rajj es suyo.

¿Y sería justo?

Todo esto se arremolinaba en mi cabeza mientras estaba en la habitación del hotel donde se hospedaban.

La duda flotaba, como humo saliendo de mi cabeza.

Sería un esposo cariñoso, pero realmente se preocupa por mí, ¿qué hombre tomaría el hijo de otro hombre?

¿Y lo tomarías como tuyo?

- Me duché en otra habitación, quería dar privacidad - me miró con una sonrisa - Si quieres cambiarte, tienes ropa nueva, Doña María ya lo había arreglado todo mientras estábamos en el bote.

- En serio, ¿cómo supo ella que vendría aquí?

- Dije que te traería y no te dejaría ahí con Rajj.

Me pidió que ordenara la habitación y te comprara ropa nueva.

- Realmente no la necesitaba, Kalil tengo algo de ropa que está en el hotel.

- No te quiero con nada que venga de Rajj.

Me molestó un poco el comentario, me acerqué a la ventana y me quedé allí mirando la nada.

Y sentí la mano de Kalil en mi cintura mientras me susurraba al oído.

- Lo siento, no quise lastimarte, me refería a la ropa que Rajj te había dado - me acarició la barriga - Te quiero a ti y al bebé.

Aun así, bajé la cabeza y me pregunté qué había dicho sobre no querer nada de Rajj.

Mi hijo también era de Rajj, así que no quería a mi hijo.

Tal vez eso no es lo que quiso decir, pero desafortunadamente lo hizo.

Estoy cansado de ser la pieza de ajedrez que empujan estos hombres poderosos.

- Te llevaré a cenar a un restaurante, es muy acogedor te gustará.

¿Usted quiere ir?

- Tengo hambre, pero no sé si quiero salir.

- Vamos, será mi disculpa por ser un idiota con las palabras que dije.

Cámbiate, y disfrutemos de la noche que es tan hermosa - Acepté porque tenía hambre, y un paseo estaría muy bien.

Mikronos era hermoso, incluso de noche, esas casas blancas, iluminadas por la luz de la luna, dejaban todo con un aire romántico.

El restaurante era muy lindo, mesas sencillas, parecía ser de una familia española amiga de la familia de Mary.

Fueron súper divertidos, y nos recibieron muy bien.

Kalil me presentó como su novia y nos desearon lo mejor.

Trajeron comida rica, a pedido de Kalil no sirvieron pescado, que a mi no me gusta mucho, pero nos sirvieron carne y un risotto maravilloso.

Y de postre, un mousse de chocolate, Kalil no me lo dejó beber, ni yo tampoco, y pidió un jugo de uva para los dos.

La noche fue muy buena.

Después, caminamos por los callejones de Mikronos, llevaba un vestido floreado y zapatillas blancas, el viento me movía el pelo como en una escena de película.

- ¿Qué te parece dormir en el barco?

- Entonces no conozco a Kalil, ¿verdad?

- Vamos, nos conocemos un poco más y ahí podemos hablar tranquilos, no hay señales de lluvia o tormenta.

Entonces podemos ir y disfrutar de un tiempo a solas.

Fuimos al puerto deportivo, pero para nuestra sorpresa, no solo se nos ocurrió esta idea.

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