COMPRADA POR EL JEQUE (COMPLETA) romance Capítulo 44

⚠️ Puede haber escenas de violencia, drogas y sexo.

Camila

Soy Camila o fui Camila.

Entiende mi historia.

Fui popular en la escuela, siempre fui muy bonita desde pequeña, morena con el pelo largo y negro, mis ojos son de color ámbar y son muy grandes y expresivos, siempre quise ser la mejor, quería ser el orgullo de mis padres.

En la escuela solo iba con los mejores, siempre bien vestidos, porque mi padre es dueño de la única farmacia del pueblo, entonces teníamos una buena situación económica.

Tenemos dinero, no somos como esas personitas que viven aquí.

Mamá siempre me decía que era una princesa, pero mamá era amable y yo no.

Si pudiera pisar a alguien para subir, lo haría sin piedad.

Tenemos un grupito en la escuela, en el que yo dirijo a las niñas, somos los hijos de los comerciantes de la ciudad, nadie se mete con nosotros.

Excluimos y nos reímos de todos los que están por debajo del umbral de la pobreza como decimos, los hambrientos.

Carlos, hijo del dueño del mercado, es hermoso y también idiota, le gusta una Helena que es hija de unos campesinos que viven andando sucios por la ciudad, Helena tiene un hermano que también es lindo, pero yo no quiero un hombre todo sucio de suciedad, creo.

El idiota de Carlos está enamorado de Helena, pobrecito, porque ese de allá está loco, le gusta el pie rapado de Helena, pero se va a la mitad de la escuela.

La pobre es ingenua y la deja en ridículo.

Más en un amanecer, mi vida cambia, mi madre, mi madrecita.

Escucho ruidos provenientes de la habitación de mis padres y un fuerte suspiro se apodera de la casa, y corro a ver qué pasa, llego y veo a mi extraña madre la tomo en mis brazos y escucho un último suspiro, la miro ella y su cuerpo ya no tiene vida, mi padre está a mi lado, y vemos su inexistente latido, corremos, llamamos a la ambulancia y tratamos de hacer resucitación, pero el cuerpo de mi madre está inmóvil y comienza a ponerse morado, y frío.

Mi sentimiento en ese momento es correr y no volver nunca más, gritar, rezar, rezar.

¿Resuelve?

Llega la ambulancia de nuestro pueblito, dan choques y más choques pero nada ayuda, veo la desesperación de mi padre, y me mira y me pregunta "¿Qué pasó?"

Veo el cuerpo de mi madre ahí tendido en el suelo frío que le quitaron de la cama para que los médicos le hicieran un masaje cardíaco, sin vida.

Papá me mira con los ojos llenos de lágrimas y me dice que no hay nada más que hacer.

Ver el cuerpo sin vida de mamá allí tendido en la cama.

Mi madre se ha ido.

Veo gente llegando a casa, el llanto empieza a correr por mi rostro, viene la doctora y me dice palabras de consuelo, está sentada en el sofá de mi casa haciendo el certificado de defunción.

Llegan amigos y vecinos, algunos lloran y otros no entienden lo que pasó.

Ni siquiera sé qué pasó.

Dejar el cuerpo de mi madre en el cementerio fue como dejar allí también un pedacito de Camila y entender que la vida es un respiro, y que nada vale el dinero, el éxito o ser mejor que otra persona.

Luego todos se fueron y yo me quedé frente a la lápida donde hoy descansa el cuerpo de mamá.

Tengo que unir fuerzas, para poder salir del cementerio y dejarla allí.

Meses después...

Me convertí en una persona que vaga por la tierra, palabras de aliento que hay que ser fuerte.

Me pregunto, ¿cómo ser fuerte?

Soy hija única, éramos tres, ahora dos, cada esquina grita el nombre de mamá, cada esquina tiene su olor que va desapareciendo con el pasar de los días.

Voy a la escuela, ya no quiero ser parte de la clase popular.

El dolor y el anhelo me consumen.

Helena es de las que a veces se me acerca, incluso de mal humor, me trae palabras de consuelo.

Pasó el tiempo y vi a mi padre, en la farmacia todos sonrientes con una señora, era nueva en el pueblo, papá sonreía y ella lo hacía sonreír.

Al menos estaba sonriendo.

Carmen así se llamaba la mujer que me quitó todo.

No me gustaba esta cercanía, incluso a Carmen, que parecía una persona alegre, no le gustaba.

No la quiero cerca de mí o de papá.

Pero no siempre nuestra voluntad es la voluntad del otro.

Carmem se acercaba y se infiltraba cada vez más, ahora entraba a mi casa, le cocinaba a papá, salían juntos y yo siempre estaba en mi rincón.

Hasta que un día, para mi sorpresa, papá me dijo “me voy a casar con Carmen”.

Mi piso se abrió y caí allí sin forma de regresar.

Su boda fue en la iglesia, ella insistió en que toda la ciudad estuviera presente, asistí por obligación porque papá me lo pidió y dijo que sería importante para él.

Hubo fiesta, baile de los novios, pastel todo de una boda de lujo.

Mi infierno comenzó cuando Carmen puso su pie dentro de mi casa.

Papá trabajó todo el día.

Y yo me quedé allí arreglando las cosas y me convertí en la criada de Carmem.

Al principio hasta hacía cosas para complacerme, pero con el paso de los meses llegó su maldad.

Mientras papá trabajaba, Carmen me obligaba a hacer todas las tareas de la casa y cocinar.

Y eso se convirtió en un hábito.

Hasta que un día me dijo que su hijo vendría a vivir con nosotros.

Tu tan afectuoso y querido hijo.

Peter era alto, guapo y fuerte, mucho mayor que yo, Peter como Carmen era amable y divertido al principio, me ayudaba en la casa y ayudaba a papá en la farmacia.

Una vez intentó un beso, pero llegó Carmen y yo salí como la ofrecida.

Mis amigos ya no me buscaban y lamentablemente dejé de salir, o relacionarme con la gente.

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