COMPRADA POR EL JEQUE (COMPLETA) romance Capítulo 45

⚠️ Contiene escenas de violencia, sexo y drogas.

Pedro

Soy el hijo de Carmen.

Mi infancia fue ser golpeada y ver a mi madre con muchos hombres, rotando en casa.

Yo era solo un niño, pero mis recuerdos no son nada buenos.

Carmen era una prostituta que tenía un hijo y no dejaba de salir y ganarse la vida con sus hombres.

A veces me escondía dentro del armario que teníamos en casa.

Ella salía y volvía con alguien, antes de irse me decía que me quedara ahí en mi rincón oscuro y yo me quedaba ahí porque me decía que me quedara ahí tranquila, yo era obediente y me quedaba.

Cuando los traía, escuchaba gritos, gemidos y, a veces, golpes de sus clientes.

Y yo todavía estaba allí en silencio.

Yo tenía ocho años, ella se fue y al poco tiempo volvió con ella, escuché gritos y esta vez no fueron los de siempre, era como si la estuvieran asfixiando, luego los ruidos que estaba acostumbrado a escuchar, de un cinturón ser golpeado contra la piel, ya me había acostumbrado, porque ella siempre me hacía eso, me golpeaba solo por mirarla o por no hacer algún servicio que ella ordenaba.

El hombre que la golpeó, la golpeó y la asfixió con una almohada.

Cuando el cinturón llegó a su cuello, me desesperé, mataría a mi madre.

Salí de mi escondite secreto y grité, él se detuvo y me miró, ella no reaccionó.

Inmóvil allí en la cama, entonces el hombre vino hacia mí, con una mirada de muerte.

Golpeó el cinturón en mi cara, y después de que se cayó, el cinturón crujió en mi piel, en todas partes, grité.

Grité a todo pulmón.

Quería que alguien me escuchara.

Después de golpearme tanto como creyó que era suficiente me levantó y me puso en el borde de la cama y me estaba quitando los pantalones raídos que tenía puestos, Carmen parecía muerta en la cama y ese hombre me iba a hacer daño.

Lo recuerdo pasando su mano por mi pequeño cuerpo.

Cuando comenzó a quitarse los pantalones grité y pedí ayuda, gracias a mi vecina que estaba haciendo lo mismo que Carmem, entró un hombre solo en pantalones, y Marta fue mi salvadora junto con ese hombre solo en pantalones.

Golpeó al hombre que nos golpeó y llamó a la policía y una ambulancia.

- Cariño, vamos a mi apartamento o te llevará la policía, yo me encargo de ti y de tus heridas muchacho.

Y me fui con ella, con su promesa de cuidarme de las heridas que me había hecho el hombre y Carmen se fue con la ambulancia.

Solo tuve a Carmen en mi vida, ella era mi madre y la amaba y siempre la respetaba y obedecía.

Siempre obedecí.

Marta me cuidó, en casa de Marta era diferente.

Carmem permaneció en la UCI durante días y después de irse desapareció.

Años después...

Gracias a Marta y sus clientes me eduqué, porque Marta fue una madre para mí, fui a la escuela de negocios y ella estaba muy orgullosa de mí.

Nunca olvidé a Carmem que desapareció en el mundo y me dejó allí.

En mi graduación, Marta estaba radiante, no quería decepcionarla, si alguien hablaba de ella por su profesión, la golpeaba, así que terminé siendo temida en la universidad.

Yo era diferente, tenía pensamientos extraños desde el momento en que descubrí el placer y cuando tenía sexo con las chicas a las que me gustaba pegar, me gustaba escuchar los gritos, igual que los de Carmen ese día, era como música para mis oídos.

Hoy entiendo que si Marta no hubiera llegado en ese momento, yo hubiera sido violada por el cliente de Carmem.

Pero mi casi violación me dejó secuelas.

Aún con el amor de Marta no podía dejar de recordar y cuando estaba con una mujer esos recuerdos volvían a mi mente, siempre fui hermosa, tenía a las niñas a mis pies, era buena estudiante por muy torcida que fuera. era.

Usaba drogas, a Marta no le gustaba, pero yo me sentía libre de todo eso cuando las usaba.

Conocí a una chica en la escuela y empezamos a salir, la amaba, siempre la quise cerca de mí, odiaba verla hablar con otros hombres.

Ella me amaba, me respetaba y me obedecía.

Era morena y tenía el pelo largo y negro, sus ojos de un color ámbar.

Hermoso.

Patricia era mi vida.

Cuando me gradué de la universidad, comencé a trabajar y tenía mis actividades extra.

Dirigí mi imperio de drogas allí mismo en la ciudad.

Y Patricia siempre está a mi lado.

Un día los muchachos de mi trabajo legal, porque yo trabajaba en una multinacional, me llamaron para ir a un burdel, y fui.

Allí vi a Carmen, la reconocí enseguida.

Era un local de granja.

Era mayor, pero seguía tan bonita como siempre.

Ella no me reconoció de inmediato.

Pedí que me llevaran a una habitación y entré.

Cuando me vio, se congeló, me miró a los ojos y supo que yo era el hijo que ella había abandonado.

Estaba muy bien vestido y era claro que tenía dinero.

- ¿Pedro eres tú?

- Su aire de desenfreno se apoderó del ambiente - Pensé que habías ido a un orfanato e incluso adoptado.

- Me dejaste allí durante años - la miré - Nunca más me buscaste, nunca quise saber de tu hijo Carmem.

- No, Peter, siempre fuiste una carga para mí, debería haber abortado o dado en adopción desde el principio, pero sentí pena por ti y te dejé allí conmigo - se sirvió un trago - Después de ese día, yo No quería llevar más este Peso.

- Nunca me amaste, ¿verdad?

Por eso me tuviste encerrado, en ese lugar asqueroso, pocas personas sabían de mí, mientras hacías tus programas yo estaba metido en ese clóset.

- Te traje comida, ya era hora de que miraras en tu dirección, así que te dejé ahí – y sonrió diabólicamente.

Salí de allí molesto, pagué el programa y las copas que ya había tomado, que no eran pocas.

Llegué a la casa de Patricia, la casa que pagué por ella, y para mi sorpresa ella estaba hablando con un chico afuera, muy íntimamente, y luego él la besó.

Entraron, esperé, ella recibió hombres en mi casa, la casa le pagué a esa zorra.

Después de un rato entré, estaban en la cama, dormí con ella y estaban teniendo sexo y ella estaba gritando.

Fui a la cocina y cogí un cuchillo y el primer golpe fue para él.

Gritó, mientras apuñalaba al tipo, cuando me sentí satisfecha era el turno de Patricia, le sonreí que estaba sentada en el suelo llorando y acabé con la vida de la zorra, con tantas puñaladas solo me detuve cuando no pude levantar mi brazo nunca más la sangre estaba por todas partes.

- Veo que la fruta no cae lejos del pie, ni siquiera es mi querido hijo, pero te convertiste en un asesino de primera - miró la escena con cara de asco - Felicidades.

- Carmen, ¿qué haces aquí?

- Vine a ver a mi querido hijo, y mira mi sorpresa – señaló con las manos.

Lloré cuando vi a Patricia allí sin vida, la maté.

Llorar.

Llorar.

Y Carmem, estaba a mi lado, me abrazó y lloró como un niño.

Ella tomó el cuchillo y lo envolvió, me ayudó a levantarme.

- Ya basta de llorar - me dirigió hacia la salida - Salgamos por la parte de atrás, nadie nos verá.

Después de un tiempo en mi casa, Carmem siempre estaba ahí ayudándome mientras yo lloraba, pasaron unos días y ahí fue cuando Carmem jugó su carta.

- Vi en las noticias que encontraron a tu novia - La miré y supe que vendría alguna 'petición' - Seré sincero contigo Peter.

Quiero que resuelvas mis dudas en el burdel y me compres una casa en el campo.

Si no lo haces te entrego a la policía, de ahora en adelante me obedecerás como ese niño obediente que eras o sabrán lo que hiciste.

- Te mato Carmen.

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