COMPRADA POR EL JEQUE (COMPLETA) romance Capítulo 46

Helena

Hoy es domingo, el día que me voy a encontrar con Camila, necesito ir temprano.

Kalil, Matt y Alex van conmigo y los otros guardias de seguridad también.

Tenía curiosidad y aprensión acerca de Camila, ella siempre fue muy animada, después de la muerte de su madre era extraña y después del matrimonio de su padre nadie supo de ella.

Fuimos a la iglesia el domingo, ya le había preguntado a mi mamá por Camila, me dijo que a la niña la veía todos los domingos en la iglesia y que siempre se sentaba en el mismo lugar, apartada de todos y luego se confesaba con el cura, y desaparecía .de los ojos de la gente y nadie sabía mucho sobre ella, había un murmullo en la ciudad de que había intentado huir de casa, o que había sido violada por otra persona, su padre lo había negado todo en ese momento.

Al final, fue desinformación.

A la hora de la misa dominical, toda la ciudad estaba en la puerta de la iglesia, me senté donde mi mamá dijo que estaba Camila y me quedé esperando, pensé que no vendría, todos venían mirándonos como si fuéramos un ET en un platillo volador, ya me estaba imaginando lo que estaban inventando sobre mí con ese montón de hombres de mi lado.

Me pregunto cuándo se enterarán del embarazo.

Llegó Camila pero no se sentó donde estábamos nosotros, se sentó del otro lado.

- Creo que alguien la está observando - verificó.

- ¿Es Kalil?

– Entonces observé a la gente en la iglesia.

- Creo que es un paleto también, tiene miedo, por eso se sentó del otro lado.

- Helena, tengo un plan.

Quédate ahí, hablaré con Camila - Y Kalil desapareció.

Lo esperamos y nada, termino la misa y nos quedamos afuera esperando a mi amigo.

- Alex, ¿dónde ha estado Kalil?

– Le interrogué.

- Nos pidió que estuviéramos atentos y desapareció.

CAMILA

- Padre, las cosas se me están poniendo difíciles.

Creo que ha estado usando drogas y me ha estado buscando más a menudo - hubo un silencio - Y creo que estoy embarazada de nuevo, incluso pensé durante mucho tiempo que ya no podría tener hijos, por esa golpiza y mi aborto.

No quiero perder al bebé, sabiendo que mi hijo siente todo el dolor y sufrimiento que me causa.

Sé que no quiere a mi hijo, y no se lo quitaré.

Quisiera tener el coraje de huir, de salir de esta situación pero sé que sin dinero, sin adónde ir, con él vigilando mis pasos, tiene gente por toda la ciudad que me está vigilando.

Los bienes que dejó mi padre, después de su inexplicable muerte, me hizo firmar un poder notarial dándole todos los poderes - silencio - Padre, ¿estás callado hoy, te volvió a amenazar?

- Camila, no te asustes, soy amiga de Helena, hablé con el cura y le pedí que me dejara entrar en su lugar.

Queremos ayudarte – se quedó callado – ¿Has pasado por todo esto?

- No puedo involucrarte a ti, ni a Helena en toda esta mierda.

Si sabe que estás aquí, te matará y me dará otra paliza.

- Cálmate, te ayudaré, por favor déjame ayudarte.

- No puedo, es demasiado peligroso.

Te puede matar, tiene dinero y te puede hacer daño – estaba llorando.

- Camila déjame ayudarte, por favor.

Se me ocurrirá un plan para sacarte de ahí – estaba muy enojado – Es ese novio tuyo que no sabe con quién está tratando.

- No es mi novio, es un monstruo que me gustaría alejar de mí, necesito irme si lleva tiempo querrá saber con quién hablé y eso tendrá consecuencias, no quiero desafiarlo.

- Camila, te prometo que te sacaré de ahí - Ya estaba haciendo un plan - Recién esta semana.

- No quiero que hagas nada, no quiero lastimar a Helena.

Salí corriendo de la iglesia y, como de costumbre, corrí a casa.

Si Peter se entera de que otras personas saben lo que me hace me matará y si estoy embarazada sé que mi hijo no tiene la culpa.

Sufrí mucho cuando tuve el aborto espontáneo, no quiero volver a pasar por todo eso.

KALIL

La historia de esta chica.

Camila me dejo tan conmocionada, que podría estar embarazada de un tipo que la abusa y le pega encima.

No soy un santo, he tenido sexo con muchas mujeres, y las dejé el otro día, pero después de escuchar su historia me sentí como una mierda de hombre.

Ahora estoy caminando por el lugar, después de hablar con ella, y pensando en cómo sufre esta pobre niña.

¿Cómo ayudaré?

Mi deseo es entrar en esa casa y rescatarla.

Quiero poner mis manos sobre este tipo.

Ya sé cómo hacer esto.

- Alex averigua todo sobre este tal Peter - fin de la llamada.

Helena ya me había llamado varias veces, pero yo no tenía cabeza para hablar con ella.

Mi madre debe estar preocupada.

Pero esa historia no se me quita de la cabeza.

Tenemos que volver a Nueva York y te llevaré conmigo.

Así que tenemos que ser rápidos.

Llego al mercado, como no puedo ir a otro, al del padre de Carlos, me lo prohíben.

Escucho que las viejas chismosas me miran con la misma cara de siempre, los mismos comentarios de siempre, pero esta vez la chismosa es Helena, dicen que Helena esta teniendo una aventura con un rico de la gran ciudad, y que ella es el amante, ya quien le fue bien en la vida.

Pago mis compras y camino con la cabeza baja sosteniendo las bolsas, veo a algunos hombres diferentes en la calle.

¿Peter contrató gente nueva para cuidarme?

Si es así, no puedo hacer nada, me estoy riendo de mí mismo.

Creo que si uno de ellos me matara sería aún mejor, pero sé que a Peter le gusta hacerme sufrir, así que déjalo como está.

Escucho el ruido de un auto que parece estar en marcha, viniendo hacia mí, me llama la atención el chirrido de las llantas, porque el auto está estacionado a mi lado, las puertas se abren y soy arrojado dentro de él.

Siento algo en mi nariz mojada con un olor diferente y pronto no veo nada más.

Solo la oscuridad.

Me cuesta abrir los ojos, salir de esa oscuridad está siendo difícil.

Necesito abrir los ojos.

La luz los hace arder y doler.

Estoy en una habitación de hotel, muy lujosa por cierto.

Lo que estoy haciendo aquí será otra de las rarezas de Peter, ¿qué me va a hacer esta vez?

Eso es todo lo que pasa por mi cabeza.

Atravieso la gran sala, no hay señales de nadie dentro.

Veo que llevo ropa más cómoda, camiseta y braguitas.

Un escalofrío recorre mi columna vertebral.

Lo que Peter quiere que haga con este atuendo es que él quiere jugar al ejecutivo.

No puedo soportar más esta vida.

Me dirijo a la puerta, un pensamiento pasa por mi cabeza, tal vez mi sueño de tener una puerta abierta y poder salir corriendo y mendigar en la calle, sería mucho mejor que mi vida actual.

Lentamente abro la puerta, miro a un bruto que está parado a un lado observándome.

- ¿Quieres algo?

- Abro los ojos.

Señorita, los hombres de Peter en el mejor de los casos me pondrían o dirían "¿dónde crees que vas, perra?" porque me trató bien.

- Me gustaría saber dónde está.

¿Y por qué estoy aquí?

- El Príncipe te pidió que esperaras aquí, ya viene a hablar contigo.

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