"Cupido" caído del cielo romance Capítulo 38

Diana no se despertó de la gran conmoción hasta que aquel Maybach desapareció en la oscuridad.

Ella estaba increíble con los ojos bien abiertos y aproximadamente se deslumbró por el celo.

Aquella hija de puerta, Paulina, ¡conocía a los miembros de la familia Leoz!

¿Por qué?

Ella era una mujer que había dado a luz por otro, ¿en qué se apoyaba ella?

Y Marcos, ¿acaso él estaba ciego? ¿por qué protegía a la mujer sucia con aquella postura?

Ella no logró explicarse después de mucho reflexionar, incluso se olvidó a prestar atención a Santino que estaba comatoso. Su cabeza estaba llena de la imagen que Paulina se fue protegiéndose por Marcos.

...

Paulina no notó totalmente cuándo tiempo se quedaba inconsciente, lo único que sabía era cuando se despertó, se encontraba en una habitación desconocida.

Se levantó drásticamente por sorpresa, luego miraba a los alrededores.

En este momento, un peludo a su lado tocó a ella de repente.

Cuando lo miró claramente, descubrió que esto era Esteban vestido un pijama de felpa con los motivos de vaca.

Ella dio un suspiro de alivio inmediatamente y levantó la mano para acariciar sus mejillas dormidas.

Justamente entró Marcos de afuera. Al ver que ella estaba despierta, se le dirigió apresuradamente y le preguntó, - ¿Estás bien? ¿Si tienes alguna incomodidad?-

La chica tocó el cuello trasero y le contestó, - Aquí me duele un poco, pero no es grave... - En este caso, ella casi recordó todo lo que pasó antes de desmayarse. Estaba un poco disgustado, le preguntó, - Yo... ¿De qué modo yo he venido aquí?-

Los ojos del hombre emitían la indiferencia. Le contestó, - Cuando yo fue a busacarte, encontré a Santino que quiso llevarte a algún lugar.-

Asintió la cabeza, - Muchas gracias.-

Marcos se agitó la cabeza, fue detrás de ella a amasar su cuello con fuerza suave.

La chica lo evitó involuntariamente, pero de inmediato se agarró de hombros por el hombre,

- Quieta, con la friega el dolor va a aquietar.-

Al principio, Paulina no quería molestarle, pero la punta poca fría de los dedos y la fuerza moderada de la mano se le pusieron tan cómoda que casi no aguantó gemir.

Ella dio una respiración lentamente y sentía la fuerza del hombre silenciosamente.

Esta no era ligera ni pesada, como si llevara la electricidad, que le provocó un sentimiento entumecido. Ella no tardó mucho en relajarse mucho.

De repente a ella le pasó el impulso de llorar.

Desde aquel día que se había echado de la familia, nunca hubo alguno que la trataba con tanta bondad durante cinco años.

Ella creó que no existía nada ni nadie que podría herirla, pero, en realidad, esto era una ilusión.

Ella todavía se emocionaría mucho cuando recibiera la bondad de los demás.

Se sonó ligeramente y dijo, - Marcos, los públicos dicen que eres despiadado, indiferente y cruel. Pero creo que no eres así. Tú tratas bien a la familia, por ejemplo, a Esteban. Mimas y cedes a él. Y a tu hermano menor, aunque le enseñas con severidad, pero todo eso es por él mismo bien... No eres despiadado, sino imperturbable y sentado. No tienes indiferencia ninguna.-

-Muchas gracias por elogiarme, por los rumores no son falsos. Siempre tomo la actitud cruel y resoluta para enfrentarme con los comercios. Pero ante algunos especiales, no me quedo así.-

-Por ejemplo, frente a mi familia, y tú.-

Él lo agregó en el corazón de secreto.

Paulina no sabía lo que pensaba él.

Se burlaba de sí misma, -¡Qué buena suerte tienen que pueden ser la familia de ti! En cambio, yo soy lo superfluo para mi familia. No le gusto a mi familia, la madrastra y la hermana menor no desean ver que yo llevo una feliz vida, Incluso...me apuntan en cualquier aspecto. Y han pasado tantos años, yo he dejado de recordarlo, pero ellos siguen estorbándome... ¿Por qué ellos me tratan así?-

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