Carlos se acercó a la puerta y justo alcanzó a escuchar la conversación que el abuelo Mendoza estaba teniendo con la gente de la familia López.
Al ver a Carlos acercarse, el abuelo Mendoza se dirigió hacia Antonio y Laura diciendo: "Llegó Carlos, él se va a encargar de cuidar a Fabiola, así que ustedes ya no tienen por qué preocuparse".
Antonio entendió lo que el anciano quiso decir y, con una expresión complicada, salió del lugar llevándose a Laura.
Carlos escuchó las instrucciones del abuelo, le pidió que cuidara el ánimo de Fabiola, pero no dijo nada y se quedó viendo cómo la gente salía.
"Carlos...". Sólo quedaron Estefanía y Carlos en la habitación y Fabiola volvió a llenarse de lágrimas.
"El doctor dijo que no es nada grave, con unos días de hospitalización bastará". Carlos dejó el informe médico en la mesita junto a la cama y respondió con una cara que no expresaba emoción alguna.
Incluso siendo algo ingenuo, Carlos sabía que aquel director pudo entrar a la habitación de Estefanía porque pasó algo raro.
Y que Fabiola estuviera acostada en la cama de Estefanía era aún más curioso.
Aunque Fabiola parecía inocente e ingenua, el hecho de que siempre había sabido cómo manejar la información sobre su vida personal sin mencionar jamás a Isabel frente a él demostraba que sus pensamientos no eran tan simples como parecían en la superficie.
Él no la confrontó porque hasta el momento no había sido una molestia para él.
Probablemente Fabiola había intentado tenderle una trampa a Estefanía la noche anterior y, al querer robarle el gallo, terminó perdiendo el arroz.
Carlos se giró y se sentó en el sofá que estaba frente a la cama, se quedó mirando fijamente a Fabiola.
"Carlos, ¿por qué me miras así?". Fabiola se sintió incómoda bajo su mirada y, poco a poco, dejó de llorar para preguntarle con cautela.
"¿Por qué fuiste a buscar a Estefanía la noche anterior?". Carlos hizo una pausa de unos segundos antes de preguntar en voz baja: "No me digas que fue por el cariño entre hermanas".
"Carlos...". Fabiola titubeó: "Ya te dije, ¿no? Fue simple curiosidad, quería saber por qué mi hermana había ganado ese premio y cómo le fue en el extranjero todos esos años, pero quién iba a pensar que ella había quedado con aquel director y yo...".
"¿Ah sí?". Carlos no esperó a que terminara y le preguntó con un tono suave.
De todas formas, al final, Fabiola fue quien fracasó y ahora se encontraba en la posición de víctima. Para él, eso era patético y triste a la vez.
Fabiola pensó que él realmente le había creído, así que se relajó y se acostó con tranquilidad.
Carlos escuchó cómo su respiración se volvía regular, sacó su celular del bolsillo y abrió la conversación de WhatsApp con Estefanía.
Estefanía todavía no le había dado una explicación razonable de por qué, con sus logros, se conformó con un sueldo de unos pocos centenares de dólares en su país.
Miró la foto de perfil de Estefanía durante un buen rato. Al final, simplemente lanzó el celular a un lado.
Aunque preguntara, Estefanía no le daría una respuesta honesta.
Él quería que ella le confiara la verdad voluntariamente, no quería forzarla.
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