Ella pensó por unos segundos y luego respondió: "¿No estuvo Rafael siempre investigando a Fénix antes? Por supuesto que lo sé".
"Es cierto", dijo Carlos con una sonrisa. "Ya que te gustan los juegos, pensé que tal vez también andabas en foros de hackers".
"Pero jugar y hackear no son lo mismo", contestó Estefanía sin más.
Tras pensar un poco, le preguntó: "¿Qué pasa? ¿Por qué me llamaste de repente para preguntarme eso?".
Carlos sonrió de nuevo y dijo: "Quiero contratarla".
"Entonces ya no sé, quizá pueda preguntar en el mundo de los juegos a ver si alguien la conoce", contestó Estefanía como si nada.
Justo en ese momento pasó Margarita por allí y le preguntó a Estefanía: "¿Dónde está tu guion? ¿Lo has visto? Es posible que el guionista quiera hacer cambios en la obra".
Carlos escuchó la voz de Margarita y le susurró: "Anda, ve a lo tuyo".
Luego colgó la llamada.
Estefanía dejó el celular, y cuando se levantó para buscar el guion para Margarita, se dio cuenta de que su corazón estaba latiendo a mil por hora, era como si fuera a saltar de su pecho.
Resultaba que Carlos todavía sospechaba de ella y no había bajado la guardia.
Cuando le entregó el guion a Margarita, ella tocó la punta de sus dedos y dijo sorprendida: "¿Por qué tienes las manos tan frías?".
"Llevo poca ropa puesta", respondió Estefanía con una leve sonrisa.
La pantalla del celular se iluminó y Estefanía lo agarró para ver.
Era un mensaje de texto de Emilio: "Ustedes dos tranquilícense. Uno quiere terminar la relación y el otro quiere dejar el mundo hacker. No me parece bien. Voy a hablar con él, quizás en unos días cambie de opinión. Además, te viene bien un descanso. Si te hace falta dinero, sólo dímelo a mí".
"Gracias, Emilio", respondió Estefanía con un par de palabras y luego borró el mensaje.
Siempre que King se enojaba, reducía las conversaciones al mínimo, y Estefanía pensó que había algo de razón en las palabras de Emilio. En ese momento, si buscaba a King para hablar de eso, sólo conseguiría enfadarlo más.
"Pero sí lo has herido", dijo José sirviéndole una copa de champagne y empujándola suavemente hacia ella.
Con el corazón revuelto, Estefanía tomó un par de sorbos y después de un rato, respondió en voz baja: "José, si estuvieras en mi lugar, ¿qué harías?".
"Sólo tienes a Carlos en tu corazón, ¿verdad?", preguntó José mirándola fijamente. "Aunque él te trate de esa forma, él es el único en tu corazón".
Estefanía no quiso responder y permaneció en silencio.
José entendió claramente.
Después de comer un poco, Estefanía dijo: "Le transferiré los derechos del código a King. Transfiéranle la participación que el Sr. Eliseo me dio a su nombre".
"No le importa eso", dijo José negando con la cabeza.
"Él te quiere mucho, ¿cómo va a importarle un simple código? ¿Cómo va a preocuparse por esas participaciones? Él ya me contactó, dijo que tú diseñaste el código y que es tuyo".
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