Carlos levantó la vista y le echó un vistazo rápido.
En la página había una noticia sobre cómo Fabiola estuvo maltratando a un empleado en Sabor de la Vida, destacaba en el primer puesto de las tendencias.
"¡En sólo media hora ya está en primer lugar y la popularidad sigue subiendo!". Rafael le susurró mientras hacía clic en un video de la noticia sin pensarlo mucho.
En el video, Fabiola se mostró altiva, era muy diferente de la imagen dócil y sumisa que siempre intentaba mostrar.
Como siempre fue protegida por la familia López o la familia Mendoza, cualquier crítica negativa hacia ella desaparecía de inmediato, por lo que obtuvo el título de la querida nacional, la buena niña de todos.
Pero justo por no tener críticas negativas, esos comentarios negativos sobre la doble cara de Fabiola dejaron a sus fans casuales confundidos, y el escándalo creció tanto que la palabra "explosión" apareció en los servidores.
"Quítalo". Carlos dijo entre dientes tras echarle un vistazo.
El patriarca no estaría contento de ver algo así.
"Pero el problema es que esta vez no podemos quitarlo. El departamento de relaciones públicas se puso con eso desde el momento que salió la noticia, los servidores de Twitter están a punto de estallar, están mejorándolos y no podremos hacer nada por un buen rato". Rafael tragó saliva con nerviosismo y respondió con la cabeza baja.
Tras pensarlo un poco, le dijo a Carlos: "¿Cree que podría ser un ataque de algún hacker?".
Carlos vio que Estefanía ya había llegado a la carretera principal y se quedó en silencio unos segundos antes de decir: "Averígualo".
Vio a Estefanía subirse a un Ferrari que estaba al lado del camino.
Evidentemente, ese Ferrari no era de ella.
No era de extrañar que despreciara a la familia Vargas.
Después de tantos años, ella seguía igual, todavía estaba dispuesta a abandonar su dignidad por dinero.
"Entonces King y Adriana te echarán de menos, ¿no?". José arqueó una ceja.
Estefanía se quedó callada, José siempre bromeaba sobre ella y King, pero ella sabía mejor que nadie que lo de entre ellos era sólo afecto familiar, nada más.
José la dejó en la entrada del edificio de apartamentos, le dio la tarjeta del lugar y estaba a punto de subir con ella.
"No hace falta, tú eres muy conocido y fácil de reconocer, yo subiré sola". Estefanía lo detuvo rápidamente.
Ella sola subió con su maleta, pasó la tarjeta para entrar y encontró que el apartamento estaba limpio y con todo lo necesario para vivir. José había sido detallista.
Dejó su equipaje, y como se sentía muy cansada, fue directo al baño para darse un baño.
Cuando salió del baño y se terminó de secar el cabello, se dirigió hacia su computadora en la cama. De repente, desde el rabillo del ojo, notó que había alguien sentado en el sofá del salón.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Dilema entre el Odio y el Amor