Divina Vida romance Capítulo 25

No sabía en verdad en lo que me estaba metiendo cuando acepté juntarme con Beatriz. Aún no podía identificar totalmente si Beatriz era una mala o buena persona, pero lo que sí sabía era que ella manejaba información quizás demasiado valiosa.

Dormí con múltiples pesadillas, aveces era Beatriz, otras veces era Jeanne y Delphine, la mayor parte de la noche fuí un lío en la cama, me despertaba cada ciertas horas y miraba mi cuarto oscuro. Luego me sumía en mis sueños y nuevamente la sensación de terror que sentía cuando Beatriz se aparecía.

Para la mañana mi mente apenas había descansado, me sentía completamente agotada y la mala noche se veía latente el las dos grandes bolsas que descansabn bajo mis ojos.

Me di una ducha y luego me puse un vestido floreado de color azul, si hoy me iba a ir a juntar con Beatriz debía lucir magnífica.

Nos vemos hoy a las 7, te enviaré un chofer.

Era el único mensaje que Beatriz me había dejado y lo tomé como una invitación. Aún no conseguía decidirme realmente sobre si ir o no, pero muy dentro de mi sabía que cualquier desición que tomase ninguna me iba a dejar completamente conforme.

Salí de mi cuarto perdida en mis pensamientos, sin darme cuenta choqué con un cuerpo que estaba en el pasillo. Al levantar mi mirada ahí estaba Jeanne observándome de pies a cabeza y con su ceño fruncido.

-¿Vas a alguna parte?-preguntó alzando su ceja y yo bajé mi mirada.

-Si, hoy por la tarde me juntaré con una amiga-mentí sin poder mirarle a los ojos y Jeanne asintió mirándome aún con su ceño fruncido.

-No dormiste conmigo-reclamó y yo baje mis hombros soltando un suspiro, al menos no me interrogará más.

-No...-dije pensativa- en verdad tenía un poco de miedo que tu invitada descubriera que dormimos juntas-dije observándola nuevamente a sus ojos. Jeanne se me quedó mirando de una forma extraña, primero negó con su cabeza y luego agarró mi cintura con su mano, depositó sus labios sobre los míos y en menos de un segundo su lengua se adueñó de la mía. Su beso comenzó a ser mas insistinte y yo le correspondí, los labios de Jeanne eran mi perdición y eso lo sabía hace un tiempo, pero este beso era distinto, era un beso hambriento, Jeanne no dejaba mis labios y yo nunca dejaría de besar los suyos. Jeanne me empujó suavemente contra la pared y siguió besándome, sin importarle nada, yo por mi parte me dejé llevar y uní mi cuerpo al suyo, mis manos viajaron por la espalda y cintura de Jeanne, éramos una mezcla de besos, brazos y piernas que se unían y alejaban cada pocos segundos.

-Me encantas-dijo Jeanne con la respiración agitada y aún con su boca a centímetros de la mía- ¿Cómo con un solo beso me dejas así?-me preguntó y yo sonreí mordiéndome mi labio inferior-no hagas eso si no quieres estar contra esa pared todo el día-dijo dando un bufido con ojos oscuros y separándose de mí.

Reí ante aquello y antes de que se marchara agarré una de sus manos y la traje hasta mí. Jeanne reaccionó de inmediato y nuevamente sus labios se unieron a los mios, esta vez ambas nos encontrábamos con la temperatura más elevada, por lo que Jeanne no tardó en agarrar mis caderas y senos por sobre el vestido mientras me besaba. Comencé a soltar leves gemidos cuando Jeanne dejó de besarme y comenzó a repartir besos en mi cuello, me sentía completamente exitada ante aquello, Jeanne volvió a mis labios y sin pensárselo mucho bajó con su mano hasta mi vientre y luego comenzó a bajar mas...

-Jeanne-dije con un pequeño gemido y ella hizo oídos sordos, dos de sus dedos jugaban por sobre mi entrepierna y ya comenzaba a desesperarme- por favor...

Jeanne negó con su cabeza y con una sonrisa diabólica comenzó a hacerlo más rápido, me sentía desfallecer, Jeanne no paraba de besarme, lamerme y tocarme, todo lo que estaba haciendo me dejaba con la piernas temblando, apenas me las podía.

-Jeanne...-aquella voz no era la mía, Jeanne tardó dos segundos en notarlo y con rapidez se separó de mí.

Subiendo por las escaleras apareció Delphine, llevaba un largo vestido crema y una chaqueta negra con tacones ¿En serio todos los días se vestía así?

-Jeanne...-dijo con extrañeza y luego puso sus ojos sobre mí, en cosa de segundos Delphine pareció entender por qué ambas estábamos con la respiración agitada y nuestras vestimentas revueltas- buenos días Emma-dijo con indiferencia y luego observó a Jeanne- te he estado esperando por al menos veinte minutos desde que dijiste que ya volvías, debemos irnos...-dijo dándose la vuelta y bajando por la escalera.

Cuando me volví para ver a Jeanne ella ya se encontraba mas normal y arreglaba sus ropas, yo por mi parte seguía en mi posición analizando todo aquello ¿Por qué Delphine no había dicho nada?

-Debo irme Emma...-Jeanne se había puesto junto a mi y depositó un beso en mi mejilla- hoy iremos al siquiátrico para investigar todo lo de mi hermana, probablemente llegue en la noche... te extrañaré hasta que vuelva-dijo sincera y luego se fue. Jeanne Nizzari era experta en escabullirse y dejarme totalmente perdida.

*

Tal como lo dijo Beatriz su chófer llegó religiosamente a las 7, era un coche negro totalmente polarizado y me sorprendí de aquello. El chófer solo me saludó pero no me dijo donde íbamos, tampoco creí que me lo dijera de todas formas.

Mientras en la cuidad comenzaba a anochecer el coche avanzaba por la carretera, los edificios, los árboles y los demás coches pasaban por mi lado como manchas pero desde lejos podía ver a la cuidad y las luces que poco a poco comenzaban a prenderse. Esta cuidad era enorme, lo había comprobado el mismo día en que llegué huyendo de mi pasado. Mucho tiempo había pasado desde entonces y nunca había pensado en todo lo que había pasado en este tiempo, conocí a Jeanne Nizzari, una de las mujeres mas famosas y exigentes del país y ahora la persona en que dormía cada noche, sin pensarlo ni preeverlo Jeanne comenzaba a ser parte importante de mi vida y quería que siguiese así por mucho tiempo más, era indescriptibles la sensaciones que tenía cuando Jeanne me besaba o me tocaba. Nunca antes había experimentado algo así con nadie y por lo mismo cada nueva sensación que me causaba Jeanne la atesoraba en mi corazón, aunque nunca se lo diría.

Por eso y por que aveces puedo ser muy terca decidí juntarme con Beatriz, Jeanne ya había calado en mi ser tan profundamente que sería capaz de llegar a muchas consecuencias solo para que estuviese bien... y dentro de ellas estaba juntarme con Beatriz, una sicópata.

Luego de quince minutos andando por la carretera llegamos a un lugar asilado de la cuidad, casi en el otro extremo.

-La señora Beatriz la espera, solo debe indicar su nombre-luego de eso el chófer me hizo bajar y se marchó sin decirme nada más.

Estupefacta caminé por un sendero de piedras hasta llegar a un enorme restarurant con luces doradas por doquier. Caminé sorprendida hasta la entrada y allí me recibió un hombre de traje y corbata.

-Dígame su nombre por favor.

-Emma...-y eso bastó para que el hombre me observase mas detalladamente, asintió luego de unos segundos y me dijo que lo siguiera. Caminamos por un largo pasillo hasta llegar a un salón donde varias mesas estaban ocupadas por un sin fin de personas. Todas ellas vestidas de manera impresionante ¿era un restaurante de lujo? El hombre dió la vuelta y comenzó a subir unas escaleras, lo seguí sin más y cuando llegamos arriba un salón idéntico al anterior pero con menos mesas se hallaba ahí

El hombre avanzó hasta una de las mesas finales y allí estaba Baetriz, vestida conpletamente de blanco y con un moño alto en su cabeza.

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