CAPITULO 63
Romeo al llegar lo primero que hace es tomar una larga ducha, es la primera vez en mucho tiempo que tiene una gran sonrisa, siente que ha regresado a la vida, que recupero algo que se le ha perdido.
Cree que esa mujer no es Aurora, pero es imposible no sentir que es ella, su voz, sus gestos, su aroma, quizás la vida le quitó a su esposa, pero la diosa Luna le ha regresado una oportunidad de esperanza.
Inés y Rogelio abren los ojos, no pueden creer que Romeo ha llegado de buen humor después de esa fatal noticia que debe casarse rápidamente.
Pero prefieren verlo de esta manera, un poco más animado, más el, que el Alfa amargado que ha vivido encerrado los últimos meses, no deja de ser importante para ellos.
Romeo se quita la barba y se corta el cabello, es la primera vez en mucho que su imagen la tiene frente a un espejo y reconoce que no es el mismo de antes, que se ha dejado derrotar del dolor.
Entra a la habitación que tenía con Aurora, aún su aroma está en ese lugar y su cama aún tiene marcada su figura, aquella habitación no había Sido abierta desde la muerte de su esposa.
Se había convertido en un altar para ella, se arrodilló delante de la cama, le parecia verla allí fría y acostada, esa imagen que no sacaba de su mente un solo segundo, la de su esposa sin vida y como su alma se iba con ella.
— No te puedo hacer esto mi amor — Romeo siente culpa, es la primera emoción que se viene a su cabeza al imaginar que traicionar el amor de su esposa con una desconocida.
Estaba seguro que después de Aurora nadie podría provocar lo que ella, que su corazón latiera rápidamente mientras una llamarada de calor suave lo acobijaba.
Pero cuando vio a Ana, cuando tocó su mano, cuando la olfateo, era imposible no sentir esto de nuevo, se daba golpes en la cabeza, se sentía un desleal al gran amor de Aurora.
Se quedó en aquella habitación hasta que llegó la noche, no sabía si haría lo correcto al ir a ese lugar, o mejor debía escapar de lo que era una clara tentación, sabía lo que pasaría con aquella desconocida de nombre Ana si la veía de nuevo.
Mientras tanto Aurora se arreglaba, decidió confiar este secreto a Laura, la loba se emocionó, sentía que Aurora merecía algo mejor que el infiel y aprovechado de su novio, no podía quitarle la máscara, pero si podía alejar a Aurora de el, no se sentiría tan culpable de callar.
— Yo te ayudaré, supongo que no tendrás mucho tiempo con el desconocido, pero debes aprovecharlo, a veces un segundo es perfecto para sacar lo que hay en tu corazón — Laura tomaba las manos de Aurora, desconocía las mentiras y engaños tras ella, pero si se daba cuenta de los insultos de Noelia y la manera en la que era prisionera de una jaula de oro.
Aurora se colocó un vestido hermoso, y sin entender porque un conjunto de lencería Rojo, Victor se lo había regalado en una de sus tantas calenturas y ella lo guardo enojada, pero hoy ese enojo se volvía en un regalo apropiado..
No sabía porque, pero parecía que su cuerpo necesitaba de el, ese lobo y su aroma se le metieron todo el día en la cabeza y a pesar de verse muy demacrado y descuidado, para ella era atrayente, como si hubiera estado con ella en sus sueños más profundos.
Baja a la cena, Noelia le da un platillo específico como lo indica el menú de Victor.
Victor en los últimos seis meses ha controlado bajo está fachada absurda que creo, la vida de Aurora en cada milímetro.
El decide que ropa debe usar, que tipo d joyas y accesorios, las tres comidas y meriendas que pasen por su garganta, cuando debe durar el baño, como debe estar peinada y que perfume debe usar.
Le causa un poco de placer sentir que domina a la loba que lo rechazó, que prefirió a un salvaje como Romeo antes que el, pero a la vez esto a causado que como se lo dijo la anciana bruja loba, no dejar que Ana viva, y que lentamente los muros que puso en la cabeza de Aurora de vayan cayendo para que Nazca de nuevo ella.
— ¿Porque tengo que casarme con Víctor?— Aurora hace por primera vez está pregunta mientras deja a un lado la servilleta de la cena.
— Es tu prometido, lo amabas y te entregaste a el, cualquier loba te puede decir, que es difícil que otro lobo te ame sin virtud, Victor va a responder, no sabes lo decepcionada que me senti de ti — Noelia descarga todas sus frustración en Aurora, no puede olvidar que gracias a ella, su amada hija Isabela, es hoy al esposa de un simple carpintero que pasa necesidad y que dejo atrás sus sueños de ser reina.
Aurora abre los ojos, pero accede a ese beso, lo toma del cuello y besa a Romeo con pasión.
El siente el mismo sabor de los labios de Aurora, duda que su esposa este muerta, cree que ha reencarnado en la bella pelinegra que lo besa pasional.
Los dos se sientan en el suelo, Romeo cola su espalda contra un gran arbol, y Aurora se sube encima de el.
Ella deja que Romeo bese cada milímetro de su cuello, gime, se siente excitada, no como con Víctor que le causa asco.
Romeo baja el cierre del vestido de fina tela, los senos de Aurora salen a la luz y este mete uno a su boca, lo que hace que Aurora le entierre las uñas.
Romeo la besa, tiene que ser ella, sus besos, sus reacciones, todo en ella es Aurora.
Aurora sonríe al ver que Romeo baja la bragueta de su pantalón dejando al aire su dureza , pero escucha el aullido de Laura, que ignoro en otras ocasiones, no pudo entregarse por completo.
— Tengo qué irme, mañana nos vemos aquí — Ella besa a Romeo con rapidez y se va corriendo.
Romeo se queda congelado, niega con la cabeza mientras repite una y otra vez
<< Es Aurora... tiene que ser Aurora>>
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