CAPITULO 65
Aurora abre los ojos confundida después de haber dicho ese nombre que nunca había escuchado, Laura no entiende la sorpresa.
— Creo que esa loba ya no trabaja para nosotros, por lo menos, nunca he escuchado su nombre — Laura cree que, Aurora está llamando alguna ex empleada de la cocina.
— Nunca ha trabajado una loba llamada Inés, la verdad es que dije esa palabra como un reflejo, pero nunca he conocido a alguien con ese nombre.
La cabeza de Aurora le duele, es la primera vez en mucho tiempo que recuerda un nombre, uno que viene de sus pensamientos y no de los impuestos por Noelia y Víctor.
Laura le sirve un vaso de agua, también se siente algo confundida
— Si deseas le pregunto a la señora Noelia, quizás es alguna buena señal acerca de tu pasado — si aquella luego conociera lo que realmente está sucediendo, no dudaría un solo segundo en sacar a la prisionera de su jaula de oro, pero al igual que Aurora, Laura cree todo lo que le han dicho hasta este momento.
— No, siento que cada vez que puedo recuperar algo de mis memorias, mi mamá parece alterarse más de lo debido, prefiero que nos quedemos en silencio sobre este nombre — había algo dentro del corazón de Aurora, que le insistía en no contar esta verdad.
Laura de nuevo decidió preguntarle por el hombre lobo que conoció, desde que había llegado a ese lugar nunca había visto a Aurora tan emocionado.
— Señorita Ana, sé que usted solamente quiere mantenerse al margen de la situación, pero considero que debería darse una oportunidad en el amor — Laura la tomó de la mano de la miró fijamente a los ojos, Víctor no era el lobo ideal, pero sentía vergüenza de decírselo.
— No quiero que volvamos a tocar este tema, anoche solo me di unos besos con un desconocido, una conducta inapropiada para cualquier loba de buena cuna — las palabras de Noelia se le habían quedado Aurora metidas en la cabeza, no quería poner en vergüenza a su madre, por eso prefería alejarse del desconocido del bosque antes de dejarse llevar por un sentimiento que no tenía control dentro de su pecho.
Esa noche de no haber escuchado el llamado de Laura, muy seguramente se hubiera entregado a los brazos de aquel lobo, era una mujer comprometida y tenía que meterse esa idea en la cabeza, mientras observaba el anillo de diamantes que Víctor colocó en su dedo.
Al anochecer...
Romeo decide prepararse para reencontrarse en el bosque, con ese fantasma que le ha hecho perder por completo la cordura, la idea de volver a ver Aurora en el rostro de otra persona, se le hace una idea completamente absurda, por lo que necesita una mínima prueba para demostrar que esa loba con la que se encontró, a pesar de su cabello lacio y de no reconocerlo, es su esposa que lo Sigue esperando para ser rescatada.
—¿ A dónde vas? — Darío había decidido hacer guardia, se dio cuenta es el primer instante que su mejor amigo no estaba nada bien.
La manada aún seguía hablando del espectáculo de la tarde, como el alfa de su manada había perdido la razón e intentó sacar a su esposa del ataúd.
— Solo fue un momento de locura, Ya sé que lo que hice estuvo mal y no quiero que me sigas reprochando — lo único que necesitaba en ese momento Romeo era tener ese espacio, nadie iba a caer en sus palabras sino una prueba justificable.
Darío lo tomó de los brazos y le pidió que reaccionara
— Se que te falle como amigo hace algún tiempo, Pero créeme que soy consciente de lo que sucedió, no estás bien y quiero ayudarte.
Romeo pudo ver la sinceridad en los ojos de Darío, era evidente que su amigo en verdad quería estar ahí para él, y quizás en medio de todo lo que sentía como un caldo de confusiones dentro de su cabeza que se cocinaba lentamente, Darío sería el único que le daría la oportunidad de creerle.
— Creo qué Aurora está viva, hace un par de horas estuve con una loba muy similar, nos encontramos en el bosque y quiero demostrar que es ella.
Romeo hablaba con tanta seguridad, quedaría en verdad pienso que su amigo había perdido por completo los estribos, solamente tomo un poco de aire para entender la locura de su amigo.
— Aurora está muerta, sé que puede ser muy doloroso para ti, pero cualquier posibilidad de su existencia es nula.
Darío lo apretó de los brazos tan fuerte que dejó una marca de dedos en los brazos del Alfa Romeo, sentía frustración por no poder regresarlo a la realidad.
— Acompáñame al bosque esta noche, quiero que lo veas con tus propios ojos, que te des cuenta que no es un espejismo de mi cabeza, que esa loba se parece demasiado Aurora para no ser ella — Romeo necesitaba unos ojos testigos, Pues el mismo empezaba a dudar de lo que había pasado.
Todo le parecía irreal, no podía aceptar que había perdido a lo mejor de su vida, y tenía miedo, que la locura lo hubiera alcanzado, para sentir que ella estaba viva.
Darío accedió, tenía que apoyar a Romeo, demostrarle que era una locura lo que decía o ver con sus ojos a esa loba.
Cabalgaron en el bosque, Romeo no sabía nada más que su nombre "Ana", los dos habían acordado verse en ese lugar cada noche, y esperaba que llegara.
Darío se sentó en el árbol mientras miraba a Romeo, no quería perder a su amigo, que los consejos de los ancianos se volvieran una obligación, hablaría con Romeo de lo que pasaría si el no reaccionaba.
Aurora teje en su habitación, es una de las pocas distracciones que tiene encerrada en su jaula de oro como la ha bautizado ella, cada día lo único cercano que ve a la realidad es la ventana, el paisaje de un gran bosque que parece comerse su ubicación.
Ve la luna, se acerca la hora de su paseo nocturno, le dijo a Laura que ella no regresaría al bosque, pero su corazón la llama, es como si desde la distancia Romeo la buscará, se levanta y busca una capa negra en su closet, pero Laura entra a la habitación.
— Esta noche te quiero en la habitación con la Loba Vivíana, debes sentirte agradecida de ser tocada por el Alfa — Victor le da una nalgada a Laura que se va con los ojos llenos de lágrimas.
No quería, supo desde el primer momento cuando llegó a la casa que esa era una de las condiciones, estar disponible para ser meretriz del Alfa, pero pensó que este momento nunca llegaría, maldice entregarle su virtud a su novio pues cuando hizo este, el se burló de ella y su manada la desterró.
Aurora baja, intenta ser amable con Víctor aunque la cena es incomoda, pues Noelia no puede hablar, sus manos tiemblan llenas de miedo.
— Viajaré en un par de días, te quedarás con la servidumbre, Victor sabe de este viaje — le explica Noelia a su hija.
Aurora sonríe, nunca se ha quedado sola en la casa, siente un poco de libertad y de confianza.
Noelia quiere visitar a su hija, sabe que entrar a la manada Luna Azul será difícil, pero quiere verla a ella y su nieta, sentir que esto que hace es adecuado, Victor lo aprobó pero solo con el propósito de mantener a Noelia en calma, sabe que se excedio y Aunque no le guste ella es la unica que sabe y le ayuda con su loco plan.
Romeo mira la luna, siente que Ana llegará, pero con el pasar del tiempo las cosas parecen ser más difíciles para el.
— Vamos de regreso, no quiero que la manada en especial Inés y Rogelio se preocupen por ti — Darío quiere que Romeo se de cuenta que esa loba solo es producto de su cabeza.
— Un rato más, por favor, se que Ana vendrá y que los dos vamos a estar juntos porque ella es Aurora — Romeo no puede aceptar lo que sucede.
—Todos piensan que perdiste la razón, y yo empiezo a creer lo mismo, Romeo tienes que parar, los ancianos te quieren enviar a el convento de ancianas, ellas cuidan de los Alfa enfermos y locos.
Romeo abre los ojos, le da un golpe a un árbol
—¡No estoy loco!— exclama furioso.
— Entonces deja de pensar en Ana, piensa en lo más importante para Aurora que era Lucius, Inés está preocupada y quiere llevarse al cachorro a Alba de luna, hasta que estés mejor — Darío le habla a su amigo con sinceridad es momento de despertar.
—¿que quieren que haga? No puedo perder a mi hijo también — Romeo gruñe enojado e increudulo, no puede creer que le piensen loco de amor.
— Necesitas elegir una esposa,
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