El Amor De Antonio romance Capítulo 153

Como sabía quién era Clara y estaba molesta con el comportamiento de Cecilia, la señora de la recepción dejó entrar a Clara.

Tras una conversación con tío Zelipe, Clara se entera de que algunos de los antiguos empleados que trabajaban para su padre han sido despedidos uno tras otro.

Zelipe dijo que, si esto siguiera así, el Grupo González estaría realmente arruinado.

Clara se dirigió directamente a la planta donde se ubicaba el despacho del presidente. Era lo mismo que recordaba, pero no estaban los tíos y tías que la llamaban cariñosamente.

-Francisco, yo no sé nada de dirigir una empresa, así que qué te parece si cuando me haga cargo del Grupo González, lo pongo en tus manos. -

La puerta del despacho no estaba bien cerrada, dejando un resquicio, por lo que, una vez que se acercaron, pudieron escuchar la conversación en el interior.

-Eso no es bueno, es el corazón y el alma de tu padre, no es apropiado que me lo dejes a mí. -

Al escuchar las palabras de rechazo de Francisco Pastor, Clara lo maldijo mentalmente.

-Francisco, no hay nada malo con eso. Cuando nos casemos, lo mío será tuyo y lo tuyo será mío, no hace falta dividirlo tan claramente. -

Esta Cecilia era tan falta de honradez intelectual que estaba dispuesta a darle la compañía de su familia por un hombre.

-Pero…- Francisco Pastor intentó fingir un rechazo, pero fue interrumpido por Cecilia, -Bueno, está decidido. Estoy seguro de que el Grupo González se desarrollará mejor en tus manos que ahora. -

¡Una pareja maldita!

Clara tenía rabia en los ojos, y lo siguiente que hizo fue empujar la puerta con fuerza.

Los dos de la sala, que estaban abrazados, se separaron inmediatamente por el repentino movimiento. Tras ver que era ella, Cecilia se calmó rápidamente y la interrogó con severidad, -Clara, ¿qué haces aquí? -

A Francisco Pastor se le iluminaron los ojos de repente al ver a Clara, hacía unos días que no la veía y se había puesto aún más guapa.

Llevaba un vestido largo que enmarcaba su altísima y esbelta figura, su larga melena estaba trenzada en una trenza de espiga inclinada a un lado del cuello, y estaba especialmente guapa y elegante.

Cecilia se molestó al ver que Francisco miraba fijamente a Clara y la miró con más rabia.

Clara echó un vistazo al despacho y se acercó lentamente a los dos, deteniéndose frente al escritorio, con las yemas de los dedos rozando el borde liso y redondeado, sus ojos se posaron en la silla del jefe con un toque de burla en ellos.

-Voy a ver si había alguien sentado en la silla de mi padre. -

Giró la cabeza hacia la pareja y sonrió, -Después de todo, hay muchos que codician esa silla. -

Cecilia entrecerró los ojos, -Clara, ¿también quieres sentarte en esa silla? -

Clara se mostraba confiada, -Por supuesto. Por no hablar de que esta silla será mía en el futuro. -

-Jajajaja…- Cecilia soltó una carcajada mientras miraba a Clara como si fuera una tonta, - ¿Crees que esta silla va a ser realmente tuya? -

- ¿O qué? - La sonrisa en los labios de Clara se ensanchó un poco, pero sus ojos eran fríos mientras hablaba palabra por palabra, -No te creas tan capaz que piensas que nadie sabe las cosas malas que has hecho, ahora eres presumida, pero no lo serás por mucho tiempo. -

Cecilia pensó para sí misma, estas palabras eran sólo una advertencia para que no intentara controlar al Grupo González, al que, por desgracia, ya tenía en las manos.

En cuanto se celebre el próximo consejo de administración, será la nueva presidenta del Grupo González.

Pensar en lo decepcionada y desolada que estaría Clara al enterarse de esta noticia alivia a Cecilia física y mentalmente.

-Clara, estoy esperando el día en que puedas sentarte en esa silla. - Cecilia se rio, con un toque de diversión y provocación.

La sonrisa en los labios de Clara desapareció al instante y la miró fríamente a ella y a Francisco Pastor. Quería abofetear a Cecilia.

Pero la razón le decía que no, que se tranquilizara, que sólo analizando con calma qué hacer podría proteger al Grupo González.

Clara respiró profundamente y recogió el marco de fotos que estaba sobre el escritorio.

La foto muestra a una familia de tres personas, que parece muy feliz.

Eran su padre y su madre, y la joven ella.

Resultó que la foto que su padre había dejado sobre el escritorio no había cambiado en todos estos años.

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