El Amor De Antonio romance Capítulo 326

El camarero trajo el aperitivo, rompiendo el incómodo silencio.

-Cuñada y...- dijo Nina, quien miró primero a Clara. Luego se dirigió a Lydia y, frunciendo el ceño, dijo vacilando, -… novia de Aquiles, ¿qué queréis comer?-

‘¿Novia de Aquiles?’

Las cejas de Lydia se arquearon ligeramente, esa forma de llamarla era bastante largo además de ser confuso. Por tanto, le dijo a Nina sonriendo, -Con llamarme Lydia es suficiente.-

-Vale, Lydia.- dijo sonriendo.

-Cuñada, podéis pedir lo que queráis comer.-

Aquiles ordenó traer la carta al camarero.

-Si tienes hambre, come el mío primero- dijo Antonio, quien había estado en silencio, a Clara.

-Antonio, como me esperaba, solo estás dispuesto a decir oraciones más largas cuando estás frente a Clara", bromeó Aquiles con una sonrisa.

Desde la compañía hasta el Restaurante Galaxia, solo él y Nina hablaron sin cesar. Antonio como mucho decía palabras cortas como "Sí" y "Vale", así que ni siquiera se molestó en hablar con ellos.

Incluso con Nina, a quien no había visto desde hacía unos años, tampoco tenía mucho entusiasmo para conversar, manteniéndose igual de indiferente.

También es que solo frente a Clara él es como un humano normal, y ya no es un gran iceberg al que es difícil acercarse.

-Aquiles, no lo entiendes. Tu hermano es un hombre de pocas palabras. Solo habla frente a personas que le preocupan. De lo contrario, sería un desperdicio.- dijo Clara con una sonrisa.

Una sonrisa orgullosa.

-Sí, tienes razón. Él solo se preocupa por ti. Hablar con nosotros es un mero desperdicio.- dijo este último, fingiendo negar con la cabeza de manera impotente.

Luego, suspiró y siguió comentando, -Pobre de mí, que encima soy su hermano más cercano.-

Al escuchar eso, tanto Clara como Lydia no pudieron evitar reírse.

Sin embargo, Nina frunció el ceño, -Así que no soy una persona que le importa a Antonio, por eso no me habla mucho.- dijo decepcionada y disgustada.

Clara la miró de reojo y vio que estaba un poco triste, por lo que rápidamente explicó, -Nina, no te lo tomes en serio, solo estoy bromeando con Aquiles.-

-¿Estabas bromeando?- preguntó la chica con el ceño aún más fruncido.

-Claro.- asintió Clara con una sonrisa, y luego agregó, -Por quién se preocupa Antonio no se mide con la cantidad de palabras que le dirige. Él tiene una personalidad fría y, a veces, no se le nota cuando se preocupa por una persona.-

-¿En serio?- preguntó Nina dirigiendo la mirada hacia Antonio, quien estaba observando gentilmente a Clara. Entonces sintió un dolor sordo en el corazón y bajó la mirada para disimular su sentimiento. Luego sacó una sonrisa para decir, -Ah, entonces no necesito sentirme triste.-

Clara no notó su anormalidad y aún sonrió expresando, -Eso, no estés triste.-

Lydia miró pensativamente a Nina, luego se volvió para mirar a Aquiles y preguntó, -¿Os conocéis desde hace mucho tiempo?-

El hombre asintió, -Sí, ella es la prima de Magno, así que se podía considerar que creció con nosotros.-

‘¿Crecieron juntos? Entonces es evidente que tienen una buena relación’.

Lydia murmuró por un momento, luego con una sonrisa llamó suavemente, -Nina.-

-¿Eh?- la chica la miró.

-¿Tienes novio?- preguntó Lydia, aparentemente preocupada por el asunto, pero con un toque de tanteo.

Nina se sorprendió, -No tengo novio.-

-Ah, que no tienes novio.- Los ojos de Lydia se iluminaron, y luego dijo con entusiasmo, -Te presentaré uno amigo.-

Clara sonrió sin importarle nada y pensó que la cita a ciegas organizada por el padre de Antonio no parecía ser tan mala. Entonces, giró la cabeza para mirar al chico y se encontró con sus profundos ojos negros. Por lo que se puso seria y le dijo fingiendo estar enojada, -Cuando volvamos a casa, tienes que explicarme todo claramente, sin reservarte nada.-

Antonio sonrió cálidamente, -Está bien, lo explicaré todo.-

Clara le devolvió la sonrisa, -Trato hecho.-

Después de que el grupo acabaran de comer, fueron al club de alta categoría, donde se reunían Antonio y sus amigos.

Debido a que Nina acababa de regresar al Nación C y fue a la Ciudad Paz para encontrarse con ellos, le debían dar una buena bienvenida.

Cuando llegaron allí, Magno y los demás también estaban.

Begoña, la hermana menor de Gerardo, gritó de emoción al ver a Nina y se apresuró a abrazarla, -Nina, te eché mucho de menos.-

-Ejem, ejem ...- La chica le abrazó con tanta fuerza, que casi la dejó sin respiración, pero mejoró tosiendo unas cuantas veces.

Nina pasó la mirada de uno a uno a Magno, Imanol y Gerardo con una sonrisa, y dijo en voz alta, -Amigos, he vuelto.-

Magno sonrió gentilmente, -Bienvenida.-

Imanol dio un paso adelante y le acarició la cabeza, su rostro estaba cubierto de alegría, -Pequeña, finalmente regresaste.-

Gerardo miró fijamente esa linda cara, con emoción y amor en sus ojos.

‘Ella regresó, por fin regresó’.

Respiró profundamente y dijo, -Nina, bienvenida de nuevo.-

Nina apartó suavemente a Begoña, quien la seguía abrazando, y con una sonrisa deslumbrante dijo, -Sí, he vuelto.-

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