El Amor De Antonio romance Capítulo 372

Clara no continuó con Cecilia porque venía Ann.

Clara había visto las primeras entrevistas de Ann. También observó el trabajo que había hecho. Una directora con bastante talento, sin duda.

Y lo que era más importante que era una mujer. Y no demasiado vieja. Sólo tenía treinta y pocos años.

Había dicho a Ann antes de venir, así que Clara se dirigió directamente a su cara. Extendió su mano y dijo con una sonrisa. -Hola. Soy Clara del Grupo Santa.-

Ann se congeló por un momento pero reaccionó rápidamente. Tomó su mano entre las suyas y devolvió la sonrisa. -Hola. Soy Ann.-

Eso fue un saludo. Entonces, porque tenían que rodar el anuncio, Clara y María se sentaron primero a un lado. Observaron cómo Ann dirigía al equipo.

-Wow. ¿Cómo puede haber una persona tan guapa?- Exclamó María.

Antes de venir a entrevistar a Ann, María había hecho sus deberes. Había visto sus fotos antiguas. Su pelo era largo y suelto. No era una cara bonita pero su temperamento era extraordinario. También era difícil apartar los ojos de ella.

Pero no esperaba verla en persona hoy con otro sentimiento.

Una cabeza de pelo corto y afilado. Sus rasgos eran cada vez más profundos. Era guapa en cada movimiento con un traje de estilo unisex. Si no la hubiera visto con sus propios ojos, no podía creer que una mujer pudiera ser tan guapa.

Clara le miró y se burló, sonriendo. -¿Qué? ¿Vas a cambiar la diosa de tu lista?-

-No, no puede ser. Mi diosa siempre ha sido Karia.- Aunque Ann era muy guapa, seguió gustando el tipo bonito y gentil.

Clara levantó las cejas y volvió a mirar a Ann.

María tenía razón, Ann era realmente guapa. Cecilia parecía una chica ordinaria junto a ella. No tenía ninguna cualidad de celebridad.

-¿Dónde está la otra?- Los ojos de Ann recorrieron la habitación. Su ceño se arrugó ligeramente.

Era un anuncio para dos personas, pero sólo había una persona en el plató.

-La otra dijo que no quería hacerlos.- La persona que estaba a su lado susurró al oído de Ann.

El ceño de Ann se frunció. -No está filmando. ¿Cómo vamos a rodar?-

Su agenda de trabajo estaba llena. Ya ha sacado tiempo para rodar este anuncio. Si no podía rodar hoy, entonces el fabricante tendrá que encontrar a alguien más que lo filme.

Así que pidió a su asistente que devolviera el problema al fabricante.

La llamada de teléfono no había salido todavía y una voz sonó de repente. -Lo siento, directora. Llego tarde.-

Clara no esperaba que Amaya volviera. Amaya se acercó a Ann. Porque la distancia era un poco grande, no podía oír claramente lo que decían. Pero pudo ver que la cara de Ann no era muy agradable.

Entonces el gerente de Amaya se inclinó hacia Ann uno tras otro. Parecía que se estaba disculpando.

Finalmente el anuncio comenzó a filmarse oficialmente.

María miró a Cecilia y Amaya, que interactuaban con sonrisas falsas en el plató. -Este fabricante debe arrepentirse especialmente de haber conseguido las dos para el anuncio.-

Clara se rió a carcajadas. -Es demasiado tarde para arrepentirse.-

No entendía cómo el fabricante podía ser tan desconsiderado como para dejar que Cecilia y Amaya hicieran un anuncio juntas. ¿Ni siquiera ven las noticias? ¿No sabían de la enemistad entre ambas?

Pero el anuncio fue bien. Esto hizo que Clara admiró a Cecilia y a Amaya. Fueron capaces de dejar de lado sus rencores frente a la cámara, actuando como si estuvieran en buenos términos entre ellas.

Si tales habilidades de actuación pudieran ser utilizadas en una película. Tal vez habrían ganado un Oscar.

En cuanto terminó el anuncio, Amaya se fue sin siquiera desmaquillarse. Parecía que no quería pasar ni un segundo más con Cecilia.

Después de que Ann terminara de explicar el seguimiento. Se dirigió a Clara y a María que esperaban.

-Siento haberos hecho esperar.- Ann se mostró su arrepentida.

Clara sonrió y sacudió la cabeza. -Está bien. Es bueno verte en el trabajo. También será bueno para la entrevista.-

Entonces levantó la cámara en su mano. -Tomé algunas fotos de ti en el trabajo. No te importará que los utilice para esta entrevista, ¿verdad?-

-No.- Ann sonrió y negó con la cabeza.

Cecilia inclinó la cabeza y dejó que la maquilladora le quitara el maquillaje. Pero con el rabillo del ojo siguió mirando a Clara, que estaba hablando con la directora Ann que no estaba muy lejos.

Después de ver a Ann y Clara salir del estudio en armonía. Bajó la cabeza de golpe y tomó al maquillador por sorpresa. -Cecilia...-

Cecilia miró a la maquilladora sorprendida. Luego miró en dirección a donde Clara y los demás se fueron. Pero ya no eran visibles. Su ceño se arrugó con incredulidad.

Ann era como los rumores. Suave por naturaleza y modestia en los modales. Ni una pizca de chulería. Hacía que la gente le acercara fácilmente.

Todo el proceso de la entrevista fue muy bien. El ambiente era muy cordial.

-Ann, gracias por tu cooperación.- Clara sonrió y le tendía la mano.

Ann tomó su mano entre las suyas. Dijo con una gran sonrisa. -De nada. Ha sido un placer conoceros.-

En ese momento, Clara y María se miraron y sonrieron. Entonces dijeron. -Nosotros también estamos encantados de conocerte.-

Ann le soltó la mano y miró el reloj que llevaba en la muñeca. Luego los miró. -Es casi de noche. Vamos a cenar juntos.-

-Sí. Claro que sí. -María aceptó sin siquiera pensarlo.

Clara le dirigió una mirada de impotencia. Luego sonrió disculpándose con Ann. -Ann, me temo que no puedo acompañarte a cenar. Tengo otras cosas que hacer.-

-¿No puedes terminar de comer y luego ponerte a trabajar?- Preguntó Ann con una sonrisa.

En realidad, tenía una cita con Alejandra esta noche para reunirse. Pero ahora...

Miró a la sonriente Ann. Era un poco difícil. Ya que había pedido que cenara con ella, sería demasiado vergonzosa si se negaran.

Pensó durante un tiempo y finalmente tomó una decisión.

De todos modos, Alejandra y Lydia eran buenas amigas. Dejó que se fueran y sólo tenía que explicarlo cuando llegara el momento.

Así que. Ella sonrió y asintió. -Está bien. Estaré ocupada después de la cena.-

La sonrisa en el rostro de Ann se intensificó al oírla decir que sí a su invitación. -Me alegro de que estés aceptada.-

Clara sonrió. -Sería un honor cenar contigo.-

Ann se rió. -En realidad no tienes que decir cumplidos así conmigo. A mí tampoco me gusta. Supongo que tampoco eres el tipo de persona a la que le gustan los cumplidos, ¿verdad?-

Clara levantó las cejas sorprendida. -¿Puedes ver eso?-

Ann se rió. -Tus ojos están limpios y claros. Pareces una chica humilde. A la gente así no le suele gustar decir cosas elogiosas a la gente.-

Clara sonrió tímidamente.

De repente, Ann la miró detenidamente. Luego dijo en tono serio. -En realidad eres muy adecuada para el anuncio. Te verás muy bien en la cámara.-

Ann era directora. Así que lo que dijo tenía cierta autoridad.

Clara se rió y sacudió la cabeza. -No me gusta mucho la cámara.-

Para exponerla a la cámara. Realmente no le gustaba.

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