El Amor De Antonio romance Capítulo 376

-Sandra, ¿qué estás haciendo? Actuas como así, y, ¿en qué lugar me pones?

Después de que salió, el señor Colón la miró con bastante crítica.

-Abuelo- lo llamó simpáticamente, -Tengo razón por este hecho.

-¿Qué razón tienes?- frunció las cejas.

-Estoy retrocediendo para avanzar. Solo cuando lo hago como así, Guillen no va a tomar precauciones para mí.

Al oír esto, el anciano se sorprendió un poco y luego sonrió feliz, -Resulta ser así.

Pensaba que esta niña en realidad iba a rescindir el contrato matrimonial, pero afortunadamente, fue solo un asusto.

Se sintió mucho más cómodo en un instante y dijo con una sonrisa -Sandra, realmente eres una chica inteligente.

Sonrió, -No soy inteligente sino se me cae esta manera de repente por la impotencia.

-Sea como sea, te apoyaré incondicionalmente.

-Gracias, abuelo.

Sonrió y luego volvió la cabeza para mirar hacia la puerta. La sonrisa se retiró paso a paso y la mirada se volvió pesada.

Cuando acababa de salir de la Familia Colón conduciendo el coche, recibió la llamada de la cuñada Clara.

-Cuñada- contestó al teléfono.

-Guillen, ¿qué estás haciendo?

Lo preguntó Clara en otro lado de la llamada.

Miró fijamente el camino delante del coche y respondió -Acabo de salir da casa.

Se quedó tranquilo en el otro lado y un tiempo después la voz volvió a sonar, -Guillen, Alejandra está enferma.

-¿Enferma?- exclamó y siguió preguntando con un tono ansioso -¿Por qué está enferma?

-Tiene fiebre. Probablemente tiene un resfriado.

La zona de villas donde vivía la Familia Colón y la de la Familia Díaz, una estaba en el sur y la otra en el norte, en dos direcciones completamente opuestas.

En general demoraba media hora en la ruta pero ahora solo necesitaba diez minutos y pico para llegar, y durante el camino pasó por varios semáforos en rojo, completamente en un estado de arriesgarse.

Entonces, cuando lo vio, Clara se sorprendió particularmente, -¿Por qué has llegado tan pronto?

-¿Cómo está Alejandra?- no prestó la atención de su pregunta sino consultó el estado de la chica.

-Ha bajado la fiebre pero todavía no se despierta- se volvió de lado para que él pudiera ponerse en pie cerca de la cama.

Se sentó en el lado de la cama, extendió la mano y tocó su frente, y la sensación fría le hizo sentirse aliviado.

El rostro de Alejandra estaba muy pálido y sus labios no estaban tan rosados como de costumbre. Le acarició la cara con angustia.

-Tenía fiebre de repente y esto me ha asustado mucho.- dijo ligeramente.

Al pensar en la situación de cuando entró a la habitación por la mañana, todavía se sintió un poco asustada.

Inclunó la cabeza y descubrió la angustia que estaba saliendo naturalmente en la cara del hombre, Clara cerró levemente los labios, pensó por un rato y luego dijo lentamente -Guillen, recién parece que la has ignorado un poco.

Hizo una pausa en los dedos y se reveló una sonrisa amarga en sus comisuras, -No lo quiero, pero...

-¿Cómo está tu abuelo?

De repente cambió el tema y esto le hizo un poco sorprenderse, luego reaccionó y se encogió de hombros con impotencia -¿Qué más? Todavía es así.

Frunció levemente las cejas, -¿Realmente está enfermo?

Consideró por un rato, -No puedo decir que realmente está enfermo pero no sabía que tiene la angina de pecho hasta hoy.

-¿Angina de pecho?- ella estaba un poco sorprendida, -Entonces, ¿no podría sufrir un ataque?

-Sí- asintió con la cabeza, -Hoy he vuelto a presentarle a mi abuelo mis ideas y actitud, esto lo ha irritado tanto que siguió tapando el pecho, e incluso cambió la expresión facial. A pesar de todo, luego vino Sandra. Le sirvió la medicina para aliviar el dolor.

¿Sandra?

Ella arqueó las cejas, -¿Tu prometida?

-Sí, es ella.

Sonrió, -Parece que cuida mucho a tu abuelo.

-Sí. Desde cuando regresó, siempre es ella quien cuida al abuelo.

Asintió y luego cambió de tema con otra pregunta -¿La actitud del abuelo todavía es así?

Se calló por un rato, -La actitud del abuelo no ha cambiado nada pero la de Sandra, sí.

-¿Cómo?- arqueó las cejas, porque antes Sandra había pedido que Alejandra tuviera que separarse de Guillen, y ¿cómo podía cambiar la actitud bruscamente?

Se la cayó una curiosidad, -¿Cómo ha cambiado su actitud?

-Desea anular el contrato matrimonial para ayudar a Alejandra y yo- dijo ligeramente.

-¿En serio?- ¿Por qué creía que esto era tan inconfiable?

Dio una sonrisa amarga, -De hecho tampoco lo creo, pero ya que ha dicho como así ante el abuelo, seguro que ha considerado todo bien.

Clara todavía no lo creía que una persona que sobornaba y amenazaba a Alejandra, ¿realmente podía cambiar de actitud dentro de unos días?

¿Realmente deseaba abandonar a Guillen?

De todas maneras, no podía creerlo.

-Guillen...- de pronto surgió un gemido cerca de las orejas cuando Clara quería expresar las dudas en sus adentros.

-Emm...

En seguida ellos volvieron la cabeza para mirar y vieron que Alejandra encogió apretadamente el entrecejo y luego abrió los ojos lentamente pero perdidos sin foco.

-Alejandra, ya estás despierta- en la voz de Clara se oyó una sorpresa.

Al oír la voz, se volvió lentamente y su mirada se enfocó poco a poco, viendo a Clara con una alegría en toda su cara y... a Guillen con los ojos llenos de angustia.

-Tú...- abrió la boca pero descubrió que se sintió muy seca en la garganta.

-Venga, primero toma un sorbo de agua y luego habla.

Clara desenroscó el termo de la mesita de noche, vertió agua en el vaso y luego le pidió que la sostuviera para que pudiera sentarse.

Tomando el cojín de la almohada detrás de ella, el muchacho extendió la mano para alisar el cabello fino de sus mejillas, recibió el agua entregada por Clara para servirle un sorbo y luego preguntó en voz suave -¿Te sientes mejor?

Sonrió levemente, -Sí, estoy mucho mejor.

Habló así pero su voz todavía estaba un poco ronca.

Después miró por los alrededores y echó una mirada confusa hacia Clara, -¿Dónde estoy?

-Es mi casa- la ridiculizó con una sonrisa, -¿Estás tan mareada por la fiebre? Incluso no reconociste mi casa.

Sonrió avergonzada, -De hecho estoy confundida.

-Anoche estaba tan borracha que no recordé lo que pasó después.

Al oír estas palabras, él encogió el entrecejo, -¿Anoche tomaste el alcohol?

-Sí. ¿Pasó algo?- no comprendió por qué le preguntó así.

-¿Por qué fuiste a tomar el alcohol de repente?

Al oír esta pregunta, Claro le tocó el hombro con mano, dijo medio en broma medio en serio -Todavía es por ti.

Echó un vistazo a Alejandra y continuó -Estaba de mal humor, entonces Lydia y yo le acompañamos para tomar algo. Pero nadie de nosotras pudimos beber mucho y finalmente estábamos todas borrachas.

Al terminar las palabras, golpeó su hombro, -Bueno, voy abajo para ayudar a Albina. Comunicaos.

Les cedió el espacio a los dos, y algunas cosas aún tenían que aclararse entre ellos ambos.

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