El Amor De Antonio romance Capítulo 389

Dado que se había descubierto, ya no era necesario fingirlo.

Abrió los ojos Ofelia, pasó una mirada fría por Metthew y Clara y preguntó en voz fría- Ya estáis vosotros dos satisfechos?-

Se miraron Clara y Matthew y luego se rieron,- Ofelia, que increíble tan eres. No solo fingías estar enferma sino dormida. ¿ En serio crees que somos tontos?-

- La enfermedad de mi madre es real. Fingía dormida solo porque no quería veros.- gritó a Clara de manera furiosa y exasperada.

Clara le echó una mirada indiferente y se curvaron las comisuras de labios,- Examina por el médico y luego sabremos si ella ha fingido estar enferma o no.-

Al escuchar que iba a hacer examen físico, las caras de Cecilia y Ofelia de repente cambiaron.

Clara lo vio todo en silencio y se aumentó el desdén en los ojos. Dio la vuelta y se acercó para sentarse en el sofá, sacó el teléfono móvil e hizo una llamada bajo sus vistas.

Después de contestar el otro lado, mientras miraba a las dos, dijo por el teléfono, -Hola, soy Clara. Anoche hice una cita con usted. ¿ Ahora está libre para venir aquí?-

Tan pronto como escucharon la palabra doctor, Cecilia y Ofelia se miraron a espanto sin decir nada, que no sabían qué haría Clara.

Clara colgó el teléfono y dijo a Matthew sonriendo- Oficial Matthew, más tarde el médico va a hacerla un examen físico a Ofelia de nuevo.-

-¿Verdad?- En realidad él ya sabía que Clara había arreglado a otro médico para hacer examen física a Ofelia, pero aún procedía de manera muy sorprendida y siguió preguntando, -¿Es confiable el doctor?-

Clara pasó una mirada por ellas dos, cuyas expresiones faciales eran desagradables. Se burló un poco y dijo de manera significativa- Claro que sí por no haber sido sobornado.-

Justo terminó de hablar, escuchó que Cecilia interrogaba en voz alta- Clara, ¿ qué quieres expresar?-

Clara sonría- Tengo temor de que los médicos de ese hospital sean inseguros. En caso de que le de el resultado equivocado, le molestará a Ofelia. Entonces para no molestar a Ofelia, encontré de nuevo a un médico para ayudarla a hacer una examen. Si está enferma, debes tratarla. De lo contrario, tienes que enfrentarte ante lo que debes hacer.-

- Cecilia...- agarró la mano de su hija de manera inquieta.

Cecilia giró la cabeza mirándola y vio la expresión incómoda de su madre, frunció fuertemente el ceño. Se le mordió el labio y luego dijo con frialdad a Clara, -No seas tan hipócrita. Mi madre no necesita hacer otro examen. Este hospital es el mejor en la Ciudad Paz. ¿ Y los exámenes hechas por sus médicos podrían ser falsos?-

- Es la verdad de que el hospital es el mejor.- asintió con gestos de cabeza y después las comisuras curvadas de labio causaron una sonrisa irónica,- Pero existen algunos médicos que no tienen ética profesional, y por el bien propio, a cualquier precio, ayudarán a las personas malas a hacer mal. ¿ Cómo se puede confiar en tales médicos?-

Cecilia entrecerró los ojos, -¿Dices que he sobornado al médico?-

Alzó las cejas Clara, -No he dicho así, sino que lo dices tú misma.-

- Clara, no lances palabras infundados y maliciosas contra mí. Mejor que muestre los testimonios antes de sospechar de alguien. Y además, mi madre rechaza el examen hecha por un médico que no es seguro de dónde proviene.-

Cecilia disparó una mirada cruel hacia Matthew,- Oficial Matthew, ¿la policía también no tiene el poder a obligar a una mujer desarmada para someterse a tal examen?-

- Seguro que sí.- estaba conforme con su punto de vista tranquilamente. Se le metieron las manos en los bolsillos, se dirigió a la puerta de manera perezosa, volvió la cabeza mirando al interior y apareció una ligera sonrisa en su cara, -Ya que la policía no tiene el derecho a obligarla, lo eludiré primero. Resolveréis en privado lo que queda, y como si no me enterara de nada.-

La actitud de Matthew ante el caso era no obligar ni impedir.

- Cecilia, ¿qué debemos hacer ahora?- Ofelia ya estaba completamente ansiosa. No quería aceptar el examen. Cualquiera enfermedad que tuviera era falsa, que se fingía para evitar el castigo.

Si el doctor que encontró Clara le examinaba algún resultado falso, todo lo que habían hecho antes se revelaría.

Así todo lo que le esperaba solo era un castigo más severo.

No, no quería ir a la cárcel, no podría ser así.

Cecilia se acercó directamente hacia Clara, los ojos llenos de ira la miraron fijamente con odio,- Clara, ¿ por qué no puedes dejarla en paz a mi madre? Aunque realmente había dado perjuicio al padre, solo fue una confusión momentánea. ¿ Por qué no puedes perdonarla?-

Se la salió la sonrisa, -Cecilia, ¿ por qué te sigues tan cínica? Lo que hizo tu madre es tan ominoso, ¿cómo puede alguien perdonarla? Mi papá, casi muerto, y también le pasó a Boris. No puede solucionarse con tal palabra perdonar un caso tan grave.-

Cecilia empuñó las manos y tomó un aliento profundo, como dedicarse a toda costa. De repente dijo- Clara, perdóname. Lo que ya había pasado antes es el error mío. No debiera destruir la relacíon amorosa entre tú y Francisco, ni dar herida al padre quien me trataba como su hija propia, solo debido a la intención de apoderarme por la fuerza de la Familia González. Todo es mi falta y le pido disculpas.-

Abrió los ojos desmesuradamente Clara con sorpresa, que obviamente nunca esperaba que Cecilia podría ser así de pronto.

¿ Qué tipo de persona era Cecilia? Una chica tan presumida, con tanto oido a Clara, antes había hecho todo lo posible para lidiar con ella, pero ¿ ahora reconocía su falta solo por su madre?

Si no fuera por los agravios anteriores que eran demasiado graves, de hecho, sería también emocionante que una hija pudiera bajar la cabeza por su madre.

Pero Clara desconfía en eso.

- Cecilia, ¿ no es bien tarde para que digas las cosas ahora? No me importa lo que sucedió en el pasado. Lo que me importa ahora solo es que los malos puedan recibir la pena merecida.-

- Tú...- Cecilia mantenía los ojos abiertos de manera desmesurada. Pensaba que ya hacía concesiones a tal punto, pero Clara se seguía tan terca.

Clara se buró ligeramente, -Cecilia, no hagas esfuerzos inútiles. Esta vez tu madre no podrá evitar su castigo merecido.-

Cecilia tenía la vista fija en ella quien estaba completamente calmada, y en su corazón un fuego de ira estaba ardiendo. Si fuera probable... si fuera así, siempre que Clara no viviera en este mundo, su madre no tendría que encontrarse tan asustada.

Justo cuando pensaba así Cecilia, una fuerza inesperable la empujó al otro lado. Antes de que pudiera reaccionar, solo vio que un bulto pasaba rápidamente junto a ella.

Tras detenerse firmemente, de repente vio a su madre sosteniendo un cuchillo de fruta en el cuellos de Clara.

- Mamá, ¿ qué estás haciendo?- exclamó Cecilia, sintiéndose increíble que Ofelia hiciera algo tan confuso.

El accidente repentino la dejó a Clara un poco aturdida. Lanzó una mirada con la cabeza muy poco inclinada hacia Ofelia que estaba de pie detrás de ella. Y la última encontró su vista, acercó el cuchillo en el cuello más a su piel. Y sonó la voz llena de rencor de Ofelia en los oídos de Clara- Clara, no me culpes. Eres tú, quien sigues presionándome. Solo puedo hacer eso.-

- Mamá, cálmate. Deja el cuchillo, ¿ vale?- Cecilia persuadió en voz leve,- Podemos encontrar de manera lenta una solución para el caso. Pero si haces así, realmente no hay ningún forma para retirarnos.

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