El Cocinero Del Capitán [BXB] romance Capítulo 16

Estoy agotado, pero conseguí que se fuera al siguiente día muy temprano por la mañana cuando más cansado me sentía, supongo que se dio cuenta de mis intenciones, por ello se fue luego de depositar un beso en mi frente asegurándome que nos veríamos en tres días.

Supongo que ambos nos quedamos satisfechos por la intensa ronda de placeres que tuvimos ayer, además ha dejado mi cuerpo lleno de marcas de besos y él se llevó unas cuentas, las cuales aprendí a crear luego de que él me dejara muchísimas.

No puedo evitar sonreír cuando pienso en él, cada vez me gusta más, no importa qué tan cansado me deje, siempre quedo con una sonrisa embobada en mis labios tras pensar en lo divertido que es pasar tiempo juntos.

Por supuesto que no podía quedarme en la cama, tenía que limpiar mi cuerpo apropiadamente antes de vestirme y cuando salí de la cabina, vi cómo había varios sujetos reparando el barco bajo órdenes del capitán. Era gente que no conocía, así que los mantenía en la mira mientras me coordinaba con el resto para limpiar el barco.

Quería hacer un trabajo extraordinario que lo hiciera sentir orgulloso, así que con ayuda de todos fui limpiando cada centímetro del barco sabiendo que no podríamos acabar el mismo día.

Las horas pasaban deprisa gracias a esto, sentía que no tendría tiempo para extrañarlo debido a lo ocupado que estábamos, además el capitán dio instrucciones de ampliar la cocina, por lo mismo, había un descontrol los primeros días.

El capitán contrató a muchos especialistas para las reparaciones del barco y modificaciones, de esta forma todo era más rápido, algo que nos permitió ver grandes cambios al segundo día.

La cocina era diferente, tenía más repisas en las paredes donde podré dejar diversas cosas que antiguamente debía buscar en el almacén, además de una estufa de hierro que parecía bastante costosa y pesada. Esta estaba ubicada alrededor de una nueva encimera de ladrillo con una cubierta de hierro bastante bonita, aunque nuevamente todo parecía demasiado costoso.

Las reparaciones también estaban listas, así que podíamos limpiar apropiadamente las diversas zonas donde los trabajadores dejaron rastros de madera tipo aserrín.

Claro que, como éramos pocos, quise hacer una tarta de manzana y de paso usaba el nuevo horno que tenía. En el pueblo sólo horneaba en un horno de ladrillo, así que esta vez no estaba seguro cómo sería el resultado, ya que era la primera vez que utilizaba esta clase de cocina.

Anteriormente cocinaba en una zona de ladrillo con unas rejillas de hierro bastante negras por el fuego y humo, pero esta vez todo era diferente. El olor que desprendía la tarta me hacía creer que todo iba bien, así que como también teníamos alcohol, a eso del anochecer nos reunimos todos y celebramos el haber terminado.

–¡Salud por esta delicia! –dijo Leo, levantando su trozo de tarta con entusiasmo.

–¡Salud! –dijeron todos, haciéndome reír.

–No debemos compartir, ¿verdad? –me preguntó Leo, temeroso por la idea de comerse solo un trozo.

–No, hice cuatro sólo para ustedes– les respondí.

–¡Viva Joshua! –gritó con emoción Julián.

–¡Viva! –dijeron todos con alegría.

Parecía que estaban bastante alcoholizados y aún era temprano, pero como no era un problema no les hacía tener un control, aunque a eso de las nueve aparecieron unas mujeres que se unían a la fiesta.

Sabía qué clase de mujeres eran, así que me mantenía bastante nervioso, nunca he lidiado con mujeres de compañía, aunque como aún sobraba dinero, conseguimos que alguien tocara música y entre alcohol fuimos dejándonos llevar.

–Ya no sé por qué quería ir con el resto– comentó Leo, rodeando su brazo alrededor de mi cuerpo– estar con ustedes es más divertido– añadió, alzando su copa de ron.

–Deberíamos hacer esto más veces– decía otro, claramente borracho.

–Por cierto– habló una chica de apariencia coqueta con un cabello rubio brillante, además de un busto pronunciado que era revelado por su gran escote– ¿Dónde está el capitán? –preguntó.

–¿Tú eres…? –preguntó Leo entrecerrando sus ojos creyendo que con esto la vería mejor– ¡María!

–Lorena– corrigió.

–Es lo mismo– dijo Leo, haciendo una señal de cansancio con la mano– ahora que recuerdo, tú eras la moza del capitán– comentó, algo que me llamó la atención rápidamente– él no está aquí, aunque no creo que repita sus aventuras contigo, ya sabes cómo es–añadió mientras la chica parecía disgustada.

–¿Dónde está? ¿Está en el bar? –preguntó insistentemente.

–No lo sé, pero los gustos del capitán han cambiado, ahora tiene novia– le dijo mientras se ponía por detrás de mí y me tomaba de los hombros, casi señalándome– ahora las prefiere castañas con ojos color verde zafiro, así como él.

–¿Qué? –soltó la chica confundida.

–Ya sabes, con una cintura pequeña– continuaba diciendo Leo, rodeando mi cintura con sus manos– y un culo grande.

–Bien conozco los gustos del capitán, no te preocupes, en cuanto lo vea, te aseguro que regresará a mí– decía la chica con una sonrisa, antes de alejarse con tal de marcharse a buscarlo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Cocinero Del Capitán [BXB]