El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 125

-Se, Senda ...- Al ver la figura junto a la puerta, Mauren se quedó helada.

Cuando vino. ¿Exactamente cuánto escuchó?

tía Rita estaba aún más asustada.

Ella creció cuidando al señor Pérez durante más de 20 años. Ella conoce mejor que nadie el temperamento de señor Pérez.

En su espalda hablar de sus chismes es definitivamente un gran problema.

-Voy a bajar a trabajar. ¡Señor Pérez, buenas noches!-

tía Rita pasó cuidadosamente por delante de él. Después de salir por la puerta, desapareció inmediatamente.

Mauren sintió envidia al ver la figura de tía Rita huyendo.

Ella también quería desaparecer como tía Rita rápidamente, pero le parecía imposible ...

Senda entró. Mauren inconscientemente dio un paso atrás.

De repente su cintura golpeó el escritorio. El dolor la hizo encogerse. Inconscientemente, miró hacia el lugar donde se había golpeado.

De repente, una gran mano se acercó. Le presionó la cintura en la espalda. No se frotó suavemente, pero tampoco fuertemente.

El masaje fue indescriptiblemente cómodo. El dolor en la parte posterior de la cintura también desapareció rápidamente.

-Gracias.- Mauren terminó de dar las gracias. Entonces recordó inmediatamente. Quién era la persona que estaba frotando su cintura ahora.

Entró en pánico. Levantó la vista rápidamente. Pero accidentalmente, su frente chocó con sus labios.

-¡No era mi intención!- ¡Quién sabe cuándo estaban los dos tan cerca!

¿No estaba todavía en la puerta? ¿Cómo es que, de repente, ya había llegado a su lado?

-¿Todavía te duele?- Senda no pareció darse cuenta de que le había besado accidentalmente la frente. El lugar donde los ojos miraban seguía siendo su cintura.

-No, ya no me duele.- Mauren se agachó detrás de ella. Sólo entonces recordó que detrás de ella estaba el escritorio.

Intentó esquivar hacia un lado. Pero él tuvo que rozar su cintura. Su brazo rodeó su cintura. La otra mano apoyada en el escritorio. Sus brazos la bloqueaban.

En resumen, estaba su alto cuerpo frente a ella. Detrás estaba el escritorio, a la izquierda y a la derecha estaban sus brazos. ¡No había manera de evitarlo!

-Estoy bien, Senda- dijo ella, empujándolo suavemente. Con suerte, él vería su indirecta. Que le diera un poco de espacio para salir.

Pero, Senda no parecía entenderla en absoluto.

Incluso, empujó su cuerpo suavemente. Dejándola de espaldas sobre el escritorio.

-¡Senda! - Esta posición hizo que las piernas de Mauren se debilitaran de miedo.

Anoche, cuando él estaba detrás de ella. ¡La estaba matando!

¡No, no, no! Que es lo que pasa con el recuerdo de anoche otra vez. ¿No estaban de acuerdo en que sólo fue un accidente? ¿Olvidarse de ello cuando se acabe?

-Déjame ver si hay algún moratón. -Senda trató de levantar su camiseta.

¿Cómo se atreve Mauren? Revolviéndose, le retiró la camiseta.

-Está bien, no me duele. No, de verdad.-

Ella sólo quería salir de sus brazos rápidamente. Ese dolor de ahora. Ahora no importaba en absoluto.

Rápidamente se puso de pie. Pero se estrelló contra los brazos del hombre que estaba detrás de ella.

Su pecho era tan duro como una pared de ladrillos. La fuerza feroz fue tan fuerte que ella cayó hacia atrás después de golpearlo.

Esta vez, se tumbó con más delicadeza. La postura era más seductora.

Era casi instintiva. El alto cuerpo de Senda se apretó directamente contra su espalda mientras se desplomaba.

-Todavía no me he duchado. ¿Segura que quieres seducirme ahora?

La voz del hombre era baja. Un poco conmovido, pero un poco insatisfecho.

Estaba insatisfecho consigo mismo. Le sorprendió que su pequeño gesto le hiciera ser impulsivo.

Mauren puso las manos sobre el escritorio y quiso levantarse. Pero él estaba presionado contra su espalda. La pesadez de su cuerpo le impedía levantarse.

-No, Senda, no quiero.-

-Siempre dices que no.- Senda le acarició el pelo. Los ojos parecían más oscuros -Pero me estás tendiendo una trampa cada vez.-

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El corazón de Señor Peréz