Zeltia había estado muy enojada por la última vez.
¡Especialmente cuando Diego compraba una bolsa, los avergonzaba a ella y a Germán mucho!
Señalando la nariz de Diego y le insultaba.
¡Solo para estimularlo!
-Buenos días, estudiantes, este es un lugar público, ¡por favor no hagan un ruido fuerte!-
Una camarera se acercaba y sonría cortésmente a Zeltia.
Zeltia hablaba tan alto que interrumpía a otros clientes.
-¡Qué quieres decir! ¿Quieres ahuyentarme? ¡Ves cuántas cosas compré, son ellas las que te quieres llevar!-
Zeltia seguía hablando, -¡Llame a su gerente para que venga a verme! ¿Es para ahuyentar a los distinguidos clientes que compran cosas, o estas personas que no tienen dinero solo vagar por aquí pretendiendo ser una persona rica?-
La camarera estaba aterrorizada.
Si encontraban al gerente, y parecía que esta chica estaba demasiado incómoda y realmente tenía que perder su trabajo.
Ahora, la camarera estaba muy avergonzada.
Germán, en cambio, lo abrazaba por los hombros y miraba todo lo que tenía enfrente con una sonrisa.
Especialmente cuando eran observados por tanta gente, estaba muy satisfecho con esta situación.
Niceto ya escogía una ropa de más de 1000 euros, pero cuando Zeltia ridiculizaba a Diego, volvía a bajar la ropa y tiraba de Diego,
-¡Diego, vamos a elegir ropa en otra tienda!-
Ya lo había recogido, pero si quería pagar, Zeltia no se burlaría de sí misma, pero definitivamente a Diego, así que no se lo tragaba en absoluto.
Después de todo, traía a Diego aquí.
-¿Vamos?-
Diego sonría levemente.
-¿Por qué nos vamos? ¡También estamos aquí para comprar ropa!-
Diego miraba a Zeltia y Germán.
Germán siempre creía que Diego era raro, durante este tiempo Diego también había enterado de que Germán estaban más generoso que antes, lo que significaba que tenía dinero otra vez.
Aunque su familia era rica, no debería estar tan loco por gastar dinero.
Ahora, podía comprar una ropa tan cara a Zeltia.
Sin embargo, una vez que encontraba a su ex novia Zeltia, siempre podía despertar la autoestima de Diego.
Debido a que Zeltia era chica que él la amaba profundamente y ella le perjudicaba profundamente.
Luego, volvía la cabeza para mirar a la camarera, -¡Saca la ropa más cara de tu tienda y vamos a elegir!-
-¿De verdad?- La camarera estaba atónita, pero como el cliente había dicho, ella solo podía hacerlo.
-Jaja, Diego, ¿aún te quedas dinero? Se has gastado los 200.000 de billetes de lotería, ¿Cómo compras la ropa?-
-Así es, ¡no te avergüences aquí!-
Decían Zeltia con Germán juntos.
Zeltia pensaba que todavía se comparaba con ella, ¡no se podía comparar!
Diego negaba con la cabeza con una sonrisa irónica, ¿no podía pagarla?
Sumando toda la ropa de esta tienda, ¡todavía podía pagarla!
Zeltia, si no rompía con Diego, ¡Diego le compraba todo!
Entonces, la camarera acababa de llegar con algunas ropas preciosas.
Al ver una de las placas de matrícula, Zeltia se quedaba atónita, ¡solo una se costaba más de 80,000 euros!
¡Dios mío!
Y el motivo por el que la camarera escuchaba a Diego.
Era que, de hecho, también tenía su propio propósito.
Obviamente, según la ropa que Diego se ponía, definitivamente no podía pagar la ropa aquí.
Sin embargo, había mucha gente en la tienda en este momento, y mostraba estas ropas raras definitivamente podía tener un buen efecto publicitario.
Había cinco artículos en total, de diversas categorías, lo que sumaban más de 200.000 euros. Zeltia miraba la ropa de 15 mil euros que estaba sosteniendo de nuevo y al instante se sentía ensombrecida.
Mirando a Germán con ansiedad.
Germán ya tenía una pinta avergonzada, entre estas cinco ropas, la más barata costaba más de 70 mil euros.
¡Muy cara!
-¡Ayúdame a empacar una! ¡Niceto, elige uno también, como te doy!-
Inmediatamente pasaba su tarjeta bancaria.
A plena vista, escuchaban el sonido de la máquina POS.
La camarera se sorprendía al principio, y luego, con el sonido de la máquina, se sentía instantáneamente decepcionada.
-¡Uy! ¡Señor, el límite de tarjeta de crédito no es suficiente!-
La camarera ya lo sabía que este chico era una persona falaz.
Simplemente no creía que realmente ella podía sacar una ropa tan cara para que él lo comprara.
Por eso seguía clamando por comprar la más cara, pero en realidad, no había dinero en absoluto.
Ella pensaba por qué estaba tan estúpida, según la ropa de esta persona, no parecía que tuviera dinero en absoluto, ¿por qué perdía tanto tiempo con él?
-Jajaja…-
Y Zeltia se reía directamente, -Diego, ¿estás soñando? Te digo, antes solo te despreciaba por ser pobre y romper contigo, en realidad todavía te echo de menos un poco más, ahora, me parece que eres solo un chico hipócrita, ¡rompo contigo es realmente una decisión correcta!-
Germán también se reía y negaba con la cabeza.
-¡Este chico es increíble!-
-¡Pensé que es un rico!-
Muchas de las chicas presentes se reían, miraban a Diego como si miraran a los tontos.
Sin mencionar a los demás, Niceto también se sentía vergüenza.
Diego se rascaba la cabeza.
Simplemente recordaba que el límite de su tarjeta bancaria era de 200,000.
Solo sabía que su tarjeta de la compra de oro negro ahora tenía una cuota de más de 1 millón, y el consumo mínimo comenzaba con 300,000.
Pero ignoraba el hecho de que su hermana también engañaba a su tarjeta bancaria.
Hoy, Diego tenía muchas ganas mostrar su habilidad a Zeltia y hacerle saber que Diego no era un desperdicio.
Pero ahora, estaba realmente vergonzoso...
En ese momento sonaba una voz clara y hermosa:
-Debe poder pagarlo. ¿Cómo es posible que el señor Diego no pueda pagar estas cosas en nuestra tienda…-
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