El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 111

Cuando Laura lo escuchó, soltó una risa, -el asistente Milagros, ¿no crees que manteniendo una actitud positiva puede alargar la esperanza de vida? Las personas que ríen a menudo pueden vivir una vida larga y saludable, y yo no quiero morir demasiado pronto, además tengo miedo de que no tenga dinero para el tratamiento médico si me sale alguna enfermedad, así que sólo puedo persuadirme de estar contenta todos los días. La vida es muy corta, ¿no deberíamos estar contentos cuando estamos vivos? ¿Por qué deberíamos crearnos problemas a nosotros mismos?-

Milagros se asombró, -No esperaba que una chica tan joven como tú tuviera una comprensión tan profunda.-

¿Parecía que él nunca sonrió? Desde que salió de la prisión con Umberto. y fundaron el grupo Hurtado juntos hasta ahora, ¡parecía que nunca experimentó nada feliz!

La vida era corta, ¡debería estar contento!

Al ver que estaba perdido en sus pensamientos, a Laura le pareció un poco gracioso. Pensó que ese Milagros en realidad era bastante divertido. Aunque siempre ponía una cara de disgustado, era una buena persona, ¡no tan indiferente como su cara! Entonces se atrevió a decir, -el asistente Milagros, ¿no estás cansado de poner una cara de disgustado todos los días?-

-¿Pongo una cara de disgustado todos los días?- Milagros sospechaba, obviamente nunca se dio cuenta de eso.

Laura asintió afirmativamente, -Je, je... ¡Tus cejas siempre están tensas!-

-¡Mmm!- Milagros estaba un poco avergonzado, y movió sus labios para sacar una sonrisa tímida y extraña. La sonrisa era extraña porque Laura sintió que no era para nada una sonrisa, mejor dicho, era una sonrisa horrible.

-¡Ja, ja, el asistente Milagros, deberías reír a menudo!- Se rio Laura, -Si siempre pones una cara fría, ¡harás que la gente sienta que te debe algo!-

-¿En serio?- Milagros alivió las cejas ante sus traviesas palabras. Como todavía se sintió un poco incómodo, se tocó la cabeza. Que una persona que medía casi 1,9 metros de altura hiciera tal movimiento era realmente divertido.

En ese momento, una multitud comenzó a salir del área de recogida, pero era un vuelo que regresaba de Los Estados Unidos. Así que Laura y Milagros se hicieron a un lado y los dos hablaron entre sí.

Max y un doctor de Los Estados Unidos salieron. Desde la distancia Max vio la escena de allí, vio a Laura hablando y riendo con un hombre alto, guapo y con carácter. Se sorprendió un poco por un rato.

¿Era verdad eso? ¿Laura encontró a un novio tan pronto?

¡Oscar estaba tan abatido como enfermo ahora! Pensándolo, Max le dijo algo al médico extranjero, y luego caminó hacia Laura.

Laura estaba hablando con Milagros. Cuando levantó la cabeza y vio a Max caminando hacia ella a grandes zancadas, se asombró un poco, su sonrisa se tensó en sus labios, pero un instante después, se calmó.

-Laura, ¿por qué estás aquí?- Max se acercó, su mirada se posó en el rostro de Milagros, el hombre con carácter.

“¿Qué relación tiene con Laura?”, Max murmuró en su interior.

-¡Oh! Hemos venido a recoger un cliente. Max, ¡qué casualidad encontrarte aquí!- Laura les presentó con calma.

-¡Hola, soy Max!- dijo Max mientras estiraba la mano.

La mirada de indagación de Max hizo que Milagros se sintiera muy incómodo, sus cejas se fruncieron. Max extendió la mano, pero Milagros hizo caso omiso. Por su lado, Laura estaba un poco avergonzada.

Milagros miró a Laura y susurró, -¡Iré allí para esperar!-

¡Obviamente, Milagros no quería hablar con Max y no quería conocerlo!

-¡Max, no se lo tengas en cuenta, el asistente Milagros es muy introvertido!- Le explicó Laura, -¡No se le da bien comunicarse con la gente!-

Max asintió sin darle importancia, -Laura, ¿has ido a trabajar a el grupo Hurtado?-

-¡Sí!- asintió Laura, -¿Por qué estás aquí, Max?-

-¡Acabo de regresar de Los Estados Unidos, he traído a un médico!- Cuando Max lo dijo, se detuvo. Ese era el médico que trajo para Alexia.

Laura bajó la cabeza, pero enseguida levantó la cabeza y sonrió, -¡Entonces es mejor que te des prisa en volver!-

-¡Laura!- Vaciló Max.

-¿Sí?- Laura miró hacia arriba, -¿Hay algo más que quieras decirme?-

-¡Laura, Oscar no está nada bien!- dijo finalmente Max.

El rostro de Laura se puso pálido en un instante, sus pequeñas manos agarraron su bolso con fuerza, sus dedos se entrelazaron, pero no dijo nada.

Al ver su cara pálida y delgada, Max solo sintió una angustia enorme en su interior que incluso le dificultaba respirar. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué había mencionado su tristeza de nuevo? Pero realmente quería ayudarla.

Aunque Laura no dijo nada, sintió una pena en su interior por un instante y finalmente respiró hondo para decir lentamente, -¡Max, esto no tiene nada que ver conmigo!-

Sus despiadadas palabras dejaron a Max aturdido.

-¡Está bien!- Max la miró a la cara. Aunque sentía lástima, dijo, -Laura, ¡en realidad no es necesario que tú y Oscar rompáis!-

-¡Max, nuestro cliente está aquí, adiós!- Laura interrumpió a Max y caminó directamente hacia Milagros. En ese momento, efectivamente había un grupo de personas saliendo.

Max suspiró y se fue con el doctor…

Después de que Will diagnosticara y tratara a Alexia, les dijo, -Ahora mismo está muy mal, principalmente porque la paciente ha sido maltratada durante mucho tiempo, por eso está agotada física y mentalmente. Se siente insegura y necesita que su familia le preste más atención para aliviar su tensión.-

-¿Qué posibilidades hay de que mi hermana se recupere?- preguntó Serena Sancho sin rodeos.

-¡Eso depende de cuánto cuidado le deis!-

-¡Serena, lleva a Will al hotel a descansar, mañana haremos un plan de tratamiento!- dijo Oscar, -¡Debe estar cansado después de volar durante más de diez horas! ¡No seamos descorteses con el invitado!-

Oscar tenía la ropa arrugada. Sus ojos estaban rojos por el cansancio, porque no durmió mucho ni comió mucho en esos días, además, su estado de animo era triste e irritable.

-¡Oh! ¡Ho-hola!- Milagros estaba atónito, -¡No esperaba que tuvieras un hijo tan mayor!-

En el camino, el rostro frío e inmutable de Milagros comenzó a tener más dudas.

Al ver a Iker por primera vez, Umberto se asombró por un momento. Salió del auto en la entrada del hotel y caminó hacia ese lado con una sonrisa. No apartó la mirada de la figura de Iker en ningún momento. De repente, sonrió y dijo en voz alta, -¡Oh! ¡Qué guapo es este chico! ¿Cómo te llamas?-

Tan pronto como Iker volvió la cabeza, vio a un abuelo que sonreía muy amable y decente, se sintió familiar.

-¡Hola, Jefe!- saludó Laura.

Al escuchar que su madre lo llamaba Jefe, Iker sonrió de inmediato, -¡Hola, abuelo! Mi nombre es Iker Abasto, ¡gracias por dejarme venir a la fiesta!-

-¡Oh! ¡eres inteligente!- Umberto se inclinó directamente para abrazar a Iker, sin importarle el costoso traje que llevaba puesto, -Buen chico, ¿por qué tienes el mismo apellido que tu mamá?-

Tan pronto como Umberto hizo esa pregunta, el rostro de Laura se puso pálido de inmediato. ¿Por qué a la gente le gustaba cotillear sobre la privacidad de otras personas?

-Abuelo, eres muy guapo, pero no deberías ser tan cotilla como las mujeres.- Iker arqueó las cejas, sus ojos coincidieron con los de Umberto, lo miró y dijo con picardía.

-Chaval, ¿estás diciendo que me parezco a una mujer?- Umberto también arqueó las cejas.

-¡Ja, ja, es que estabas cotilleando como una mujer!- Iker no tenía miedo de la gente desconocida, ni le temía a Umberto, en cambio, le daba una sensación muy familiar, -¡No eres una mujer, pero te pareces un poco a una mujer!-

-Ja, ja, ja... ¡Eres la primera persona en decir que me parezco a una mujer!- Se rio Umberto.

Milagros estaba atónito. ¿Desde cuándo su Umberto era tan amigable? ¿Seguía siendo ese el gran jefe mafioso de ese entonces?

-¡Presidente, deja que se baje Iker, pesa demasiado!- Laura estaba un poco avergonzada, pero también se sintió aliviada. No esperaba que Iker no temía a la gente desconocida. Además, ¡Laura se sorprendió mucho cuando Umberto abrazó a su hijo!

-¡Está bien! ¡Baja!- dijo Umberto, pero no dejó que se bajara, sino que entró directamente al edificio con Iker. Toda la vida había estado trabajando duro y nunca había tenido a un niño en brazos. Tenía que aprovechar la oportunidad de abrazarlo por un tiempo más, porque era inusual que se encontrara con uno que le caía bien.

-Bebé, ¿por qué eres tan hermoso?-

-¡Tú eres más hermoso, eres tan hermoso como el Tío Max!-

-¿Quién es el Tío Max?-

-¿No conoces ni siquiera al Tío Max?-

Cuando las dos personas caminaban por delante, Laura y Milagros se quedaron atónitos. ¿Por qué sentían que el presidente e Iker se conocían desde hacía muchos años? Las dos figuras eran tan armoniosas.

Sin embargo, Milagros estaba sumergido en sus pensamientos, sus ojos se posaron en la figura de enfrente, y recordó que ese niño se llamaba Iker Abasto, ¿él y Laura tenían el mismo apellido?

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