El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 141

En este momento, ella no sabía cómo se sentía en su corazón. De repente Oscar vino a pedirle matrimonio en público. Podía sentir el amor de Oscar, sin embargo, ¿cómo se resolvería el problema sobre Alexia? No quería casarse con él antes de que eso no se solucionara por completo, ni quería los factores inestables siempre la rodearan.

-¡Vamos rápido! ¡Ya llevo unos días sin verlo!- ella dijo-¡Quiero verlo!-

Al fin ella dio una ojeada que se encontró con los ojos profundos de Oscar. Laura se suspendió y sintió un poco de inquietud en el corazón. Porque la vista actual de él era muy aterrador.

-Oscar...- Iba a decir algo pero el asiento del auto se iba hacia atrás. Laura exclamó en voz baja y se apresuró a levantarse.

Oscar se apretó contra ella, puso dos manos a ambos lados de su cuerpo para evitar que ella se alzara. La llamaba en voz masculina ronca. -Laurita, casámonos, en serio, lo digo sinceramente. Y mi padre también lo aceptó, ¡sabes que eso es muy difícil para él!-

-Es decir, si tu padre estuviera en contra de la decisión, no fueras a casarte conmigo, ¿verdad?- ella enarcó las cejas.

Oscar estaba suspenso por su pregunta, luego explicó rápidamente-¡No es así! Independientemende de si mi padre lo acepte o no, ¡quiero casarme contigo!-

-Tú...¡Déjame levantar!- se sonrojó toda la cara mientras Laura intentó empujarlo.

-¡Cásate conmigo! Si tu me aceptas, ¡te dejo levantar!- su vista se clavó en el rostro de ella.

-¡No!- Laura negó con la cabeza con firmeza.

-¿Por qué?-

De repente ella parecía que se asfixiara, que no podía hablar nada. Los ojos de Oscar eran tan profundos, como si llegaran al fondo de sus ojos y espiara su interior. Laura volvió la cabeza para no mirarlo. Dijo de manera impotente, -Porque no sé si yo seré una cosa del pasado para ti.-

Tan pronto como salieron las palabras de su boca, ella vio que expresión facial estaba un poco rígida, tal vez un poco triste más. Estaba ansiosa y quería decir algo, pero la garganta parecía estar bloqueada.

-¿Todavía estás enojada?- la preguntó con un tono triste y bajo. -¿Por las fotos de ayer?-

Mencionándose las fotos, se sentía más triste en el corazón de Laura. Ella dio una risa llena de amargo, dijo en voz baja, -Oscar, nunca hemos tomado una foto juntos, ¿verdad?-

De pronto se quedaba callado, porque sus palabras, eran el hecho. Tan triste, pero todo lo que ella dijo era la verdad. Se mencionó así por ella, Oscar se dio cuenta que entre ellos solo existía un hijo. Y otros recuerdos resultaron tan pocos, ¡ni siquiera quedó una foto con ella!

Quería explicar que no lo hizo intencionalmente. Mientras iba a decir así, descubrió que todas las explicaciones eran en vano.

-Si quieres tomar fotos, vamos a hacerlo juntos, ¿está bien? ¡Vámonos a Hokkaido otra vez!- dijo de manera muy rápida. -¡Vamos a tomar muchas fotos! ¿Vale?-

Quería compensarla, darle el mejor recuerdo y dejarla olvidar el dolor.

Pero ella negó con la cabeza, movió las comisuras de boca. Lo miró de cerca y la tristeza en el corazón iba más profunda. -Para que me abandones otra vez, ¿verdad? ¿crees que viajaré contigo de nuevo como una tonta?-

-¡Laurita!- la llamó en voz baja. -Lo siento...-

De repente encontró que en realidad era una persona muy mal, parecía que siempre la ignoraba. Laura no quería volver a darle daño, por lo que le dijo sinceramente,

-Puedo sentir que me amas. Pero, al mismo tiempo también puedo sentir que amas a Alexia. Si quieres saber por qué rechazo antes, ¿ahora ya entiendes? El hecho es que amas a ella más que a mí.-

-¡No es así!- Oscar explicó con ansiedad.

–¡No quiero culparte! Escúchame-

Sus ojos llenaban dolor, asintió con la cabeza.

-Tienes tanto cuidado de guardar las memorias con Alexia. Pensé que el pasado ya había pasado. Pero conservas tu pasado bien con apego. ¿No sabes cuánto desesperado estabas al escuchar las palabras de ella? ¡Tú tal expresión me dio un gran daño! Tal vez crees que yo estaba triste por aquellas fotos, pero en realidad,Oscar, tanto las fotos como tu expresión! Cuando ella dijo que los ojos de su Oscar eran azules. Leo la tristeza en tu cara.

En serio no Oscar se dio ningún cuenta que, ¿realmente estaba desesperado?

Oscar preguntó a sí mismo en el corazón, frunciendo el ceño. Habían tantas emociones en el fondo de sus ojos, su vista llenaba mucha angustia. Ya no lo recordó, ¿era porque la emocional expresión inconsciente la hacía a Laura tan triste?

-Hoy te arrodillaste en público para pedirme la mano, de hecho me conmovía mucho. ¡Pero no puedo casarme contigo!- Laura susurró, sintió un frío repentino en su corazón. Algo se iba claro en su interior, que era tan obvio. Sí, ¡no podía casarse con él!

Tal vez lo que ella quería era demasiado extravagante, solo quería amor puro y único, si no, prefería abandonarlo.

A pesar de saber que para los demás, ahora se mostraba un poco cursi, incluso andaba un poco hipócrita, solo quería preservar su dignidad. Y también contaba con derecho a defender su dignidad.

-Laurita, no sé cómo explicar el asunto sobre las fotos ni mi emoción.-

-¡Así que no te hace falta explicarlo!- ella dijo rápidamente, todo el corazón sufrió tortura. -No quiero escuchar tu explicación. Oscar, no debes huir de su sentimiento, enfréntate a tu corazón. ¿Vale? Lo siento, ¡pero no puedo casarme contigo!-

-¿pero todavía quieres verme?- la preguntó en voz ligera. No quería dejarla hacer cosas con disgusto. Sus delgados dedos tocaron levemente las suaves mejillas de Laura y le puso en otro lado el cabello que se le pegaba a la cara.

Sintió un temblor en el corazón. Esta pregunta era inesperada para ella.

Si nunca iba a verse...

No sabía qué se sentiría en su corazón.

Oscar besó en su frente, con un poco de tristeza. El ambiente actual era tan melancólico. -Lo siento, excepto que lo siento, no sé qué más puedo decir a ti...-

-¡Entonces no digas nada más!- Laura cerró los ojos, impidiendo la amargura.

-Lo siento, ¡mi chica! ¿Por qué siempre te hago mal?- murmuró y se le alejó.

El asiento también se levantaba. Él estaba callado.

Ella bajó la cabeza y no se atrevía a verlo. Pero Oscar tendió la mano para ayudarle a abrochar el cinturón de seguridad.

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