El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 142

Tras colgar el teléfono, Oscar entrecerró los ojos, la vista perspicaz se dio por la ventana, notando que Laura y Felix caminando uno al lado del otro, ¡sin saber qué estaban diciendo! Y era tan molesta la forma en que ellos caminaban.

¿Para qué se acercó a Laura?

La autocaravana los siguió con una velocidad súper lenta.

Caminaba Laura con él, quien preguntó por inadvertencia,

-¿Adónde fueron ayer? ¿Parecen estar muy ansiosos? ¡Ni siquiera fuiste al trabajo!-

-¡Ah! ¡Es que una amiga estaba enferma!- moviendo las camisuras de boca de manera embarazosa, respondió casualmente.

-¿Es la mujer de la foto?- se le dio una pausa el cuerpo a Felix y se detuvo. -¿Alexia?-

Laura de repente estaba atóinta y levantó la cabeza con sospecha. -¿Cómo lo sabes?-

Brilló algo en los ojos de Felix. -Lo supongo. ¿Está muy grave su enfermedad?-

Asintió con la cabeza. -¡Sí! ¡Tiene un problema mental! ¡Se dice que su trastorno mental se conduce por la violencia doméstica!-

-¿La violencia doméstica?- la voz se aumentó un poco de manera involuntaria, parecía estar emocionado.

Laura estaba un poco atónita y lo vio con perplejidad. -Es así, vi que en su brazo había muchas cicatrices quemadas, como algún herida hecha por cigarrillos. ¡Podrá imaginarse que su esposo la trataba tan cruelmente! Así no es extraño que ella añore a su antiguo amante Oscar, quien antes era tan bueno para ella. ¡Es compresible que ella no lo olvide por un instante!-

De repente Felix se sintió preocupado. -¿Ahora su mentalidad está bien?-

-¡No!- negó con la cabeza, dándose cuenta de que había dicho demasiado, pues dijo de pronto, -Sr. Felix, lo que estamos hablando es la privacidad de otra persona. No debo hablar sobre eso, también espero que usted no hable más.-

Pero él parecía estar perdido en sus pensamientos.

-Sr. Felix, ¿está bien?- lo llamó Laura.

-¡Ah!- se recuperó. -¿Qué has dicho?-

Laura suspiró. -Sr. Felix, ¡estabas distraído!-

-¡Lo siento!- se disculpó con sinceridad. -Vamos a cenar juntos. Ahora justo el momento de comer. Te invito, ¡como compensación por no lograr invitarte ayer!

Los siguió Oscar todo el tiempo. En la autocaravana, sus manos no pudieron evitar apretarse como el puño, siempre viendo a ellos dirigiéndose al restaurante Mar.

-Señor, ¿es necesario que yo entre para seguirlos?- preguntó el conductor.

-¡No!- su cara lateral se mostró fría y severo, que estaba muy enojado, -¡Solo esperamos aquí!-

Pues el conductor detuvo el coche alrededor de una ventana por la que podían observar el interior del restaurante. Oscar los vio por la ventana, que Laura estaba sonriendo a Felix, pero no sabía sobre qué hablaban.

Viendo así, se dio cuenta de que su corazón sentía un temblor fuerte. Resultó tan dolorido, tan triste su corazón solo porque vio a ella sonriendo a otro hombre. ¡Ahora estaba tan celoso!

Si se ponía en el lugar de ella, al ver los fotos tomados por él y otra mujer, Laura sintió una grande tristeza. Resultó le pasó la misma situación a Oscar, no podía reaccionar de manera así, ni un sonrisa.

En serio querría tanto entrar en el restaturante, sacarla afuera y abrazarla con fuerza. Luego querría decirla que no sonreiría a otro hombre. ¡Nunca! Pero, Laura ya le había dicho que, no se veían por un tiempo.

De repente sintió una decepción. No se atrevía a ir adelante, solo a verlos desde la distancia. La ira en el corazón se volvía más fuerte, como si fuera a asfixiarse.

- Sr. Felix, ¡amas tanto a tu novia! Tal vez la amas más mucho que tu ama ella. Por lo tanto, has sufrido mucho.- dijo Laura.

Él antes dijo que solo quería buscar a alguien para charlarse. Justo cuando también ella estaba aburrida, pues se convirtió en su audiencia otra vez. Y luego, fueron a comer.

-¡Pero no sé si la quiero realmente o no!- Felix negó con la cabeza. Su voz masculino mostró un poco de soledad, -¡Solo me siento muy desesperado para ella! Sin embargo, todo ya pasó, yo y ella, nosotros debemos de tener la vida nueva.

-Ya existe poco tal persona en el mundo como tú, un hombre que estima el amor. ¡Serás feliz!- lo consoló Laura.

Algún emoción desconocida surgía en el fondo de los ojos de Felix, y dijo unas palabras impredecibles, -La felicidad es un lujo para mí.-

Eso dio una temblor al corazón de Laura. Sus palabras llegaron a su interior. La felicidad para cualquier persona parecía ser un lujo. ¡También no sabía dónde estaba su felicidad! Posiblemente era una mujer codiciosa. Dijo en voz ligera, -¡Quizás no debes de ser exigente.-

De repente sintió que ellos como si fueran viejos amigos, que estaban hablando sobre el significado de la felicidad. Sonrió Laura levemente, sintiendo que parecía ya envejecerse mucho, y siempre se sentía demasiado.

-¿Ya somos amigos?- levantó la cabeza y miró hacia Laura sentándose enfrente, quien estaba se frotaba las comisuras de boca elegantemente con una servilleta.

Se suspendió un poco y luego asintió con la cabeza. Iba a pensar así, pero no esperaba que él lo decía directamente. -¡Claro que sí!-

Aunque no le gusta mucho el amigo del sexo opuesto. Pero no era tan mal que obtuviera unos tales amigos.

Justo en este momento, sonó el teléfono de Laura. Se sorprendió, porque la llamó Serena. recordó los números de teléfono por la llamada de la última vez.

-Discúlpame, alguien me llama.- dijo Laura. Felix hizo un gesto para decirle que no importaba.

-Sra. Serena, ¿para qué me llama?- preguntó en voz baja.

-Laura, nunca he esperado que eres tan malvada. ¡Tú ordenaste a Oscar que no viera a mi hermana mayor para siempre! Si le pasa algo mal a ella, ¡no te dejaré en paz!- su voz llena de amenaza penetró directamente a la oreja de Laura.

-Sra. Serena, no entiendo bien qué significan tus palabras. ¿Por qué Oscar no quiere ver a tu hermana mayor para siempre?-

Al escucharlo, estaba suspenso Felix y la vista lanzó hacia Laura.

-No sé bien lo que estás diciendo. Las cosas sobre Oscar no las conozco. ¿Qué has dicho? ¿ Tu hermana desapareció?- la voz de Laura se volvía presurosa. -¿Por qué?-

De repente alzó la cabeza Felix, se hallaba un poco estupefacto.

Colgó el teléfono Laura, frunciendo el ceño de manera con muchas dudas.

-¿Ella dijo que Alexia desapareció?- él preguntó directamente.

Asintió con la cabeza. -Sí, dijo que acababa de irse, ahora ella está buscándola.-

Ella también caminaba con prisa. No perdió a cada peatón en la calle, sobre todo, al ver la figura de mujer, la observaba con mucha seriedad.

Siguió caminando hasta que llegó a un callejón. De repente Laura escuchó un grito desde el fondo del callejón delantero. Inmediatamente ella corrió hacia allá, -Alexia, ¿estás allá?-

¿Nadie estaba? Laura estaba suspensa, viendo que nadie se quedaba en el callejón. ¿Acaso era travesura de alguien? Justo dio la vuelta pero golpeó contra un cuerpo robusto. De inmediato se disculpó inconscientemente, -Perdón.-

Tocó la nariz dolorida por el golpe, Laura pidió perdón. Y luego levantó la cabeza, de repente su cara se volvió pálida, -¿Quiénes son?-

-Hermano mayor, aquí está otra mujer. ¡Esta es mucho más bonita que la de antes!- un rufián delgado dijo. De repente tendió la mano para agarrar el brazo de Laura, y pasó una mirada erótica por su figura buenísima.

-¿Quiénes son?- Laura se asustó mucho al instante. ¿Por qué se encontró con los rufianes?

-Ah...- otro grito vino de lo más profundo del callejón.

¡Era de Alexia!

La cara de Laura era tan pálida. Dio la vuelta y vio que una mujer estaba gritando en el fondo del callejón. -No me pegue, no me queme...-

-¡Déjenla! ¡Ella tiene enfermedad!- gritó Laura con ansiedad- No la asusten.-

-¡Jaja! ¿Dices que la soltamos? Queremos a las mujeres. Acabamos de salir de la cárcel, ahora tenemos tanta aspiración al sexo. Es difícil para nosotros encontrarnos con una mujer, ¿cómo podemos soltarla?- sonó una voz ronca detrás de Laura, al mismo tiempo se acercaron dos hombres altos y robustos, que eran calvos, cuyas caras mostraron males intenciones.

-¡Llévenla al interior! Si hay una mujer más, podemos dividirlas a cada personas.Al escuchar la conversación entre ellos, la cara de Laura se volvió más pálida.

-No me queme...- Alexia gritaba más fuertemente, forcejeando de manera loca. Ellas dos eran arrastradas hacia el interior.

Viendo la mano sucia en el brazo, el miedo estalló en un instante. Laura exclamó en voz aguda, -¡Suéltame! ¡suéltame!-

El miedo surgió sobre su corazón, la cara ya se ponía totalmente pálido por temor.

De repente alguien le dio una bofetada a Laura. En su boca sintió un olor de sangre y estaba mareada.

El que la golpeó era un joven rufián. La gritó con odio, -Joder, no llames. Más tarde nosotros te haremos más feliz, ¡que te dejamos no poder hablar!-

-¡Jaja! Es una bombón. ¡A mí me gusta solo eso tipo!- el tono lleno de males intenciones en el que él estaba bromeando la hizo a Laura más asustada.

Ella fue arrastrada a un patio por ellos, y luego Alexia también fue tirada aquí.

-¡Alexia!- la llamó con ansiendad.

Pero Alexia ya había perdido la consciencia, todo el cuerpo se acurrucó, y cuya ropa se quedaba rota en tiras.

-¿Qué han hecho a ella?- Laura abrazó a Alexia ni prestó ningún atención al dolor en su cara. -No tengas miedo, ¡Oscar vendrá a salvarnos!-

Alexia se temblaba, y su cuerpo estaba muy tenso.

-Maldita, ¡arrástrenlas al cuarto!- alguien agarró a Laura.

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