El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 174

-¡Qué significado tiene casarse con una máscara! Si no lo aceptas, ¡también puedes llevarlo! Me parece muy bien, ¡de todos modos la llevaré a la iglesia para casarme!- anunció a bombo y platillo, con el corazón rebosante de alegría, al ver a Oscar tan avergonzado que se sintió muy divertida.

Estaba adicta a disfrutar al ser mimada por el hombre que amaba.

-¡Cariño!- al verla sonreír, una extraña marea fluyó por su corazón. Tenía una medida que dejaría que se comprometiera. De todas formas no podría dejar que su mujer se casara con él vestida de novia con una máscara de zorro. Tenía miedo de que todo el mundo lo dudaría tenía manía sexual rara.

-¡Cariño, ven aquí!- dijo de repente en voz baja.

Laura se sobresaltó, dándose cuenta de repente de lo que ocurría y tragó saliva, -¿Qué haces?-

La miró y la máscara le evocó una extraña emoción. Levantándose violentamente, las sábanas se deslizaron para revelar su fuerte cuerpo desnudo mientras en su pene hubo una respuesta fisiológica.

-¡Oscar, bribón!- gritó, dándose la vuelta para huir.

Pero él le abrazó la cintura.

Sus labios fueron besados por él.

A través de la máscara, la sensación cómoda hizo que Laura se sonrojara.

-Cariño, no te pongas una máscara, ¿vale?- pido Oscar. El beso caliente y fuerte se detuvo las palabras de Laura.

Sus sensuales y finos labios le capturaron por completo la boca, con su caliente lengua que entró directamente.

-¿De acuerdo?- volvió a preguntar.

-No... - su voz se había suavizado.

-¿De acuerdo?- continuó preguntando, con besos cayendo por todo su cuerpo.

-¡No! No te habría dicho que sí aunque lo hubieras hecho así! De lo contrario, no me casaré.- dijo rápidamente, con la idea de que nunca se comprometería.

***

Laura finalmente se quitó la máscara, -Oscar, tengo mucha hambre-

Laura tenía mucha hambre en ese momento, mirando la hora, que ya era las dos por la noche.

En esta hora, su estómago estaba realmente rugiendo.

-¡Yo también!¡Pediré comida ahora!- dijo

-¿Hay comida para llevar a esta hora?- se quedó sin palabras.

Vio su carita sonrojada y la ternura que se reflejó en su rostro, -¡Entonces iré a cocinar para ti!-

-¡Muy bien! .- ella dijo.

Tuvo que levantarse, poniéndose la ropa para bajar a cocinar.

Media hora después, Laura no esperó que él levantara y le siguió bajando a la cocina.

Oscar estaba de pie, mirando los ingredientes, con su ceño fruncido ligeramente, lo que parecía no saber cómo empezar. Antes ella recordó que Oscar no sabía lavar las verduras en absoluto. Cocinar era muy difícil para él.

Inmediatamente Laura se arremangó las mangas de su jersey y dijo, -¡Deja que lo cocine!-

-¡No!- Oscar se giró para verla, sin darse cuenta de que llevaba tanto tiempo de pie en la cocina, -¡Pero dije que cocinaría para ti!-

-Oscar, Si así, supongo que no podré comer hasta mañana por la mañana. Parece que no sabes cómo cocinar. Me temo que moriré de hambre antes de que cocines todo bien.- ella sacudió la cabeza divertida, pero se sintió conmovida de que realmente fuera a cocinar para ella.

-¡Enséñame. No es tan difícil!- dijo. “¿Acaso es más difícil que hacer negocios? ¡Realmente no lo creo!” pensó él.

De repente, Laura le besó en los labios, -¡Vale, cariño, la próxima vez te enseñaré a cocinar. Pero ahora todos tenemos hambre!-

Oscar se quedó atónito, encantado con su iniciativa.

Oscar se tocó los labios propios como un tonto y luego miró a la atareada mujercita, sintió mucha felicidad.

Diez minutos después, Laura había revuelto un plato de huevos y cocinado dos cuencos de fideos colgados con un poco de cilantro por encima. -¡Toma, llévalo!-

Lo cogió tontamente, vio el cilantro y frunció el ceño, sin decir nada.

Los dos se sentaron y Laura dijo, -¡Es muy tarde y me muero de hambre! ¿Por qué no comes?-

Oscar negó con la cabeza y respondió, -¡Porque yo no como cilantro!-

-¡Iker tampoco lo come!- Laura habló con una sonrisa, -Oscar, a veces me dudo si Iker es otro niño que has abandonado fuera.-

-¡Qué!- Oscar negó y luego dijo en serio, -¿Como puede ser? Solo te quiero. Pero no te preocupes, aunque Iker no es mi hijo biológico, ¡lo querré!-

-¡Te creo!- Laura sonrió, -pero tu padre trata mejor con Iker que con Andrés, ¡o quizás realmente le gusta Iker! ¡Nuestro hijo es demasiado introvertido comparado con Iker!-

-¡Es mi culpa!- dijo, -¡Si hubiera crecido cerca de ti al principio, sería mucho mejor que ahora. Pero ahora Andrés ya está mucho más animado que antes. Tenemos que tener fe.-

-¡Sí!- ella asintió, -¡Pero será mejor que comas un poco de cilantro que es bueno para tu salud!-

-¡No, soy alérgico al cilantro.!-

-¡Iker también!- Laura añadió.

-¡Qué casualidad ! de hecho, lo trato como mi propio hijo.-

Umberto llevó a Natalie al centro comercial a comprar algo para su bebé, sin pensar que se encontrara con Teresa.

Teresa se sorprendió al ver a Umberto abrazar la cintura de Natalie, lo que hizo que todo el cuerpo de Teresa se congelara por ese tipo de acción íntima.

Se precipitó hacia ellos, -¿Umberto, Natalie?-

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El hombre con la máscara de zorro