El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 191

Cuando Oscar regresó por la llamada, vio a Laura temblando, con agua goteando desde su cabeza y envuelta en una gruesa colcha, sin importarle lo que dijera Milagros, estaba desesperada, y sus ojos estaban tan vacíos que partían el corazón a quien la viese.

El corazón de Oscar se elevó de repente, estaba preocupado e impotente. Laura, esta tonta, ¿cómo podía pensar que era otra persona? Si él la había llamado por su nombre en su oído innumerables veces y aunque ella no estaba muy consciente en ese momento, ¡él pensó que ella lo sabía más tarde!

Laura levantó los ojos y lo miró rápidamente, y luego bajó la cabeza. La carita llorosa hizo que el corazón de Oscar doliera mucho.

-¿Qué te pasa? Laura, ¿por qué eres tan estúpida?- Oscar no creía que Laura pudiera ser tonta incluso hasta este momento. Saltó al mar. ¿Por qué lo había hecho?

Cuando escuchó la voz de Oscar, Laura estaba temblando y con la cabeza agachada, estaba asustada y se sentía culpable, no se atrevía a mirarle.

Solo recordaba que cinco personas la drogaron y sabía que se golpeó contra la barandilla de la cama. Y después, ¡ya no recordaba lo que pasó después!

Pero cuando se despertó, lo que sentía en su cuerpo y el dolor entre sus piernas le hicieron saber por lo que había pasado.

¡Seguro que había sido violada!

¡Seguro!

Recordaba vagamente que era Oscar, pero no le vio después de despertarse. Comenzó a pensar que solo era una ilusión, estaba demasiado desesperada en ese momento, seguro que había hecho el amor con alguien, ¡ya no estaba limpia!

Entonces cuando despertó y pensó en que había sido violada por cinco hombres, no tenía la voluntad para seguir viviendo, salió corriendo sin pensarlo, ¡no quería vivir más! Pero cuando se lanzó al mar, Milagros que la estaba persiguiendo, la salvó.

Dijo que era Oscar, no fue otra persona, pero pensó que Milagros la estaba consolando, sentía tanto dolor en el cuerpo, ¿cómo había podido ser solo Oscar?

¡Debió haber sido violada por cinco hombres! No se lo creía de ninguna forma, solo pensaba que Milagros la estaba consolando, algo debió pasar, ¡no podía seguir viviendo!

Oscar dio un paso adelante angustiado y suspiró.

-Ella no se cree que no ha pasado nada. Cuando se despertó, pensó que había sido violada por los malos. Le dije que no, ¡pero ella no se lo creía!- explicó Milagros, -¡Ven y cuéntaselo tú!-

Milagros salió de la habitación para dejarles a solas.

Todo lo que era ruidoso, instantáneamente se volvió silencioso.

Oscar se acercó a la cama, cuando se sentó, Laura se encogió.- No, ¡no quiero!-

De repente, Oscar estiró los brazos, y la abrazó, suspiró impotentemente, -¡Laura, levanta la cabeza!-

Estaba tan asustada que cerró los ojos y sentía que no tenía la cara de volver a verle, -No, Oscar, vete, sé que pasó algo, lo sé... ¡Estoy sucia!-

Se había vuelto sucia, y sus ojos se estaban acumulando de lágrimas.

-¡Abre los ojos!- dijo Oscar con tono bajo, -Realmente quiero pegarte en el culo por pensar tanto en cosas sin sentido, ¿de verdad no me distingues de otros? ¿Quieres matarme de enfado? ¿Cómo puedes pensar que era otra persona? ¿Acaso crees que permitiré que otros te toquen?-

Laura parpadeó sus largas y rizadas pestañas y abrió lentamente los ojos. En una visión un poco borrosa, aturdida, Laura vio un rostro familiar, ¿debería creerle?

Él también era demasiado dominante, estaba sujetando sus brazos con fuerza, una fuerza que casi rompió sus brazos.

-Quieres huir o morir en cuanto pasa algo, Laura, ¿sigues siendo la chica que no le tiene miedo a nada que conozco?- sonó la familiar voz de tono bajo, con un sinfín de emociones complejas e irritación ocultas.

Laura se mordió el labio inferior y levantó su cara, preguntándose si debería creerle o no, lo que vio fueron esos ojos profundos y hermosos, -No quiero que me consueles, no, ¡me estáis mintiendo todos!-

-Laura, te lo digo, nunca podrás escapar. ¡Incluso si te dejase ir, Dios te llevará ante mí! ¿Cómo te atreves a suicidarte? ¿Quieres enojarme?- él miró fijamente, se le marcaron las venas de la cara, se podía ver lo nervioso y asustado que estaba.

-¡Yo… estoy sucia!- ella negó con la cabeza, hundiendo los dientes en los labios.

-¡No te muerdas el labio, eso solo puedo hacerlo yo!- Oscar la besó de repente, ella estaba aturdida, y se resistió. Luchó para soltarse de los brazos de Oscar, pero él la abrazó con fuerza.

-¡Chica estúpida, no pasó nada, sigues siendo tan limpia como siempre! ¡Era yo, siempre he sido yo! Te habías dormido antes, y fui a ocuparme del culpable, ¡le dije a Milagros que te vigilase! Si no me crees, pregúntale a Max, pregunta Milagros, pregúntale a Richard, incluido tu padre, y a la policía, ¡estás realmente bien! ¿Por qué ni siquiera crees en mis palabras?- dijo amablemente en voz baja.

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